Con 22 años, Álvaro Lafarge Sánchez se convirtió oficialmente en el primer bombero argentino con síndrome de Down. Pero para llegar a esto, su camino estuvo lleno de muchas trabas y obstáculos.
En el 2013, el joven estaba preparado y cumplía con todos los requisitos necesarios, así que inició los trámites para ingresar al cuerpo de bomberos; pero le daban largas. Lo mandaban de oficina en oficina, así estuvo alrededor de tres años y medio.
De acuerdo con el Diario El Clarín, el problema es que, si bien Álvaro cumplía a la perfección con las tareas que le asignaban, no podía ser incorporado como empleado efectivo por tener síndrome de Down.
En un intento desesperado, la madre del joven lanzó una petición en la plataforma Change.org, donde logró reunir más de 18 mil firmas en apoyo en tan solo cuatro días.
“Los medios ayudaron mucho a su difusión y con el apoyo de organismos no gubernamentales elevamos la causa al ministerio de Seguridad”, explicó la madre.
Su petición llegó a oídos del gobierno, quien impulsó a que Álvaro firmara su contrato y así pudiera formar parte del cuerpo de bomberos. Ahora, trabaja 30 horas semanales y cobra un sueldo como el de sus compañeros.
“Se lo toma muy en serio. Por suerte, Junín es tranquilo y no lo van a mandar a incendios, ni nada que implique peligro para él. También va a los desfiles oficiales. Le encanta. Está feliz”, contó su madre.
Su condición ha hecho que Álvaro se enfrente a más retos de lo normal, pero eso jamás lo ha detenido, por ejemplo, cuenta, sus profesoras le decían que no podía terminar la primaria.
Pero Álvaro siempre contó con el apoyo incondicional de su familia y eso, junto con su destacable fuerza de voluntad han hecho posible todas y cada una de sus metas.
