Contra las privadas
Unos 100 mil estudiantes protestaron el jueves contra las universidades privadas que se lucran con fondos estatales con una marcha de 5 kilómetros salpicada por actos vandálicos y represión policial que no detuvo la caminata pacífica de la mayoría.
Ésta se realizó por la principal arteria capitalina bajo una suave llovizna que por momentos se convirtió en una fuerte lluvia y pasó frente al Palacio de La Moneda, junto al Ministerio de Educación.
APUnos 100 mil estudiantes protestaron el jueves contra las universidades privadas que se lucran con fondos estatales con una marcha de 5 kilómetros salpicada por actos vandálicos y represión policial que no detuvo la caminata pacífica de la mayoría.
Ésta se realizó por la principal arteria capitalina bajo una suave llovizna que por momentos se convirtió en una fuerte lluvia y pasó frente al Palacio de La Moneda, junto al Ministerio de Educación.
Los jóvenes se reunieron en la plaza Italia, a 12 cuadras de la sede presidencial, donde iniciaron la marcha disfrazados, bailando, con banderas de colores y portando pancartas.
Uno de los carteles imitaba la pantalla de un computador donde se leía “error en el sistema de educación” y abajo decía “actualizar”.
“Vengo a marchar porque no puede haber privilegios para la clase alta”, dijo a The Associated Press el estudiante Salvador Navarro, de 17 años, de un colegio público.
Gabriel Boric, presidente de los alumnos de la Universidad de Chile, destacó el simbolismo de poder marchar frente a la sede de gobierno:
“Vamos a demostrar nuestro enojo e impotencia, pero también nuestra alegría y la convicción de que podemos cambiar las cosas frente a La Moneda”, agregó.
Era la tercera caminata del año y la primera que contaba con permiso para desfilar frente a la sede de gobierno.
En varios puntos del recorrido, autorizado por la gobernación metropolitana, jóvenes con los rostros cubiertos intentaron saquear algunos locales comerciales, destruyeron parcialmente un autobús del transporte público, sin pasajeros, rompieron semáforos y sacaron las rejas metálicas que dividían en 2 las 8 pistas de la principal arteria capitalina y las lanzaron contra los policías, que los reprimieron con chorros de agua y gases lacrimógenos.
También apedrearon un camión de la guardia carcelaria y le lanzaron una bomba incendiaria. Sin embargo, los efectivos policiales lograron frenar el incendio del vehículo. La manifestación concluyó con un acto artístico.
Marchas similares se repitieron en ciudades del interior.
La líder estudiantil Camila Vallejo estimó en unos 120 mil los manifestantes, mientras la policía calculó 30 mil personas y dijo que hubo 250 detenidos y 13 policías heridos.
Los estudiantes exigen desde el año pasado una serie de demandas entre las que destacan una educación pública y de calidad y el fin del lucro en las universidades privadas que reciben aportes estatales.
En concreto, la protesta del jueves se produjo después de que la semana anterior se diera a conocer un informe de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados que reveló cómo varios planteles superiores privados infringen la ley que prohibe retirar las utilidades y que obliga a reinvertirlas.
Varias universidades crearon las llamadas sociedades espejo, en las que un mismo grupo es dueño del edificio donde funciona el plantel y retiran las utilidades con el subterfugio de cobrar arriendo. Este es uno de varios mecanismos para lucrar.
La comisión de diputados identificó a 7 universidades privadas y a un instituto de educación superior y las maniobras que usan para violar la ley que les impide tener utilidades . También entregó los antecedentes a la fiscalía nacional para que investigue.
El fiscal nacional, Sabás Chaguán, anunció el jueves que 2 fiscales investigarán los hechos y “si aparece la necesidad de nombrar un fiscal preferente, se hará a la brevedad”.
Después del terremoto de 2010, los estudiantes han sido el peor dolor de cabeza para Sebastián Piñera. Tras 7 meses de protestas seguidas en 2011, este año envió un par de reformas al Congreso que por ahora siguen discutiéndose. (AP)