El Congreso de Estados Unidos reanudó el día de ayer las negociaciones para lograr un acuerdo presupuestario antes del viernes y evitar una parálisis del gobierno federal, en medio de presiones sobre el tema de inmigración.
De no alcanzarse un acuerdo sobre el gasto, se producirá un cierre del gobierno y algunas dependencias oficiales pueden tener que despedir a su personal no esencial por falta de fondos.
Pero a pesar de esta presión y el corto plazo que se tiene para logar consensos, el Congreso aún esta lejos de un acuerdo sobre migrción y presupuesto.
En medio de las discusiones los republicanos acusaban a los demócratas de entorpecer la aprobación del presupuesto para fortalecer su posición en las negociaciones sobre inmigración.
En este sentido la oposición demócrata exige a cambio de su voto para el presupuesto una solución para los dreamers, jóvenes que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños, así como la renovación del programa federal de seguro de salud para niños pobres (CHIP, en inglés).
Es de recordar que el presidente Trump ha privilegiado el tema migratorio sobre otros asuntos del país, como lo es lograr un acuerdo en el presupuesto para este año.
Migración para presupuesto
Al respecto de estas discusiones, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que es prioritario para el presidente Donald Trump dar una solución legislativa al programa migratorio DACA, pero insistió en que el Congreso debe aprobar antes el presupuesto para el 2018.
“Quisiéramos obtener un acuerdo presupuestario, un acuerdo presupuestario de dos años, un acuerdo limpio, y luego centrarnos en las siguientes negociaciones que tratan de encontrar una solución permanente al DACA y una reforma migratoria responsable”, dijo.
Sanders reiteró la acusación a los demócratas en el Congreso por condicionar su apoyo a un acuerdo presupuestario a la aprobación de una iniciativa legislativa, separada o incorporada a esa ley, para proteger a los 690 mil jóvenes indocumentados beneficiarios del DACA.