Cuba sin los Castro

La muerte de Fidel Castro adelanta los tiempos de sucesión en la presidencia de Cuba, en manos de Raúl Castro, el hermano del líder revolucionario cubano fallecido la noche del viernes.

El mandato de Raúl concluye en el 2018 y el presidente cubano de 85 años de edad ha anticipado que no piensa reelegirse por un periodo más.

¿Quién se perfila para llegar a dirigir la isla y suceder al castrismo?

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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Fidel Castro, héroe de la revolución cubana, dirigió la isla durante 47 años y dejó su huella en el siglo XX

La muerte de Fidel Castro adelanta los tiempos de sucesión en la presidencia de Cuba, en manos de Raúl Castro, el hermano del líder revolucionario cubano fallecido la noche del viernes.

El mandato de Raúl concluye en el 2018 y el presidente cubano de 85 años de edad ha anticipado que no piensa reelegirse por un periodo más.

¿Quién se perfila para llegar a dirigir la isla y suceder al castrismo?

El nombre que aparece con más posibilidades es el de Miguel Díaz Canel, exministro de Educación y exsecretario del Partido Comunista, quien hace tres años fue nombrado vicepresidente por Raúl.

Pero no es algo seguro. Lo único seguro es que el poder militar será decisivo en este periodo de transición que pasará el pueblo cubano en los próximos años, ahora con la muerte de Fidel y la salida  La muerte de Fidel Castro los 90 años, marca el final de una era para Cuba y para el mundo.

Héroe de la revolución cu bana, Fidel dirigió la isla durante 47 años y dejó su huella en el siglo XX.

Entre homenajes y nuevas perspectivas, los medios de todo el mundo consagran sus editoriales al Líder Máximo, mientras su hermano y sucesor desde el 2006, Raúl Castro, está sólo en el mando para asegurar la continuidad de un régimen envejecido y amena- zado por un naufragio económico.

Muerto su hermano, Raúl deberá organizar la sucesión en el poder en vistas a su salida, anunciada para el 2018.

Los retos

Evitar la quiebra de un modelo económico obsoleto, asegurar la continuidad del régimen a partido único y un Estado en donde la oposición está prohibida, además de gestionar la crisis de confianza de la creciente población joven reafirmando los valores de la Revolución.

Los desafíos que deberá enfrentar el último de los Castro serán pesados.

El crecimiento está estáncado, y es poco probable que alcance el 1 por ciento previsto para este año, sumado a la disminución de los suministros de petróleo venezolano y la caída de los precios de las materias primas.

Sin embargo, el hermano de Fidel ha demostrado ser un estratega político y diplomático sobresaliente; y la coronación de sus reformas fue el anuncio histórico del deshielo de las relaciones con Estados Unidos, lo que podría traer un soplo de aire fresco a la economía cubana.

Pero a los 85 años, Raúl también sabe que no tiene un futuro delante de él, por lo que deberá encargarse de organizar la sucesión.

Con la salida anunciada de Raúl Castro del poder, este es el final de una generación de octogenarios. Pues en el año  2018, e incluso antes, ya no quedarán más de éstos hombres y mujeres que hicieron la revolución cubana de 1959.

Ahora, la isla se queda en las manos de los herederos de los ideales de la revolución. Pero esta es una generación que no experimentó la revolución y que no conoció el régimen de Castro.

Ahora, el pequeño hermano “huérfano” de los Castro va a tener que hacer frente a la difícil tarea de dar una nueva cara al régimen político fundado por Fidel y encontrar una generación sucesora que, por el momento, brilla por su ausencia.

La línea

Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl en 2006 después de una hemorragia intestinal.

Entre febrero de 2014 y abril de 2015, Castro desapareció de las pantallas cubanas, en medio de muchos rumores sobre su salud. Pero desde hace un año y medio, aunque sus movimientos eran limitados, había comenzado a recibir a figuras y dignatarios extranjeros.

Y a la sombra de su hermano, Raúl se comprometió, desde hace 10 años, a emprender un lento proceso de reformas económicas diseñadas para salvar a Cuba de la quiebra,con una mayor apertura a la iniciativa privada y la inversión extranjera.

Los adioses al Comandante

Más allá de la conmoción de la muerte de Fidel Castro, los cubanos se preparan para una semana de duelo marcada por varias ceremonias de homenaje y una procesión de cuatro días en honor al padre de la Revolución cubana.

El punto culminante de las celebraciones funerales del Comandante se tendrán el domingo 4 de diciembre en Santiago de Cuba, cuna de la Revolución.

Mañana empieza un recorrido por más de mil kilómetros hacia Santiago, lugar de donde el entonces Comandante Fidel Castro partió después de haber celebrado el triunfo de la revolución.

En la procesión, con la movilización de millones de cubanos, se llevará acabo el traslado de las cenizas de Fidel.

La primera ceremonia de  recogimiento estaba prevista para hoy en la emblemática Plaza de la Revolución, el epi- centro del Ejecutivo cubano, y cuyo acceso está cercado por la policía desde el sábado.

En toda Cuba, el anuncio de la muerte del líder máximo seha visto acompañada por un si- lencio espeso, sobre todo en La Habana, por lo general agitada por el tumulto de la música en todas partes y los motores de los vehículos viejos.

En la capital de la isla, cientos de estudiantes se recogieron des- de el sábado por la noche durante una vigilia frente a la Facultad en  la que el Comandante había hecho sus primero levantamientos políticos, a finales de 1940.

Un luto nacional obligado, los encuentros y espectáculos fueron cancelados. Los juegos de beisbol fueron suspendidos y se prohibió la venta de alcohol, mientras que la mayoría de los restaurantes han reducido las horas de apertura. El día después de la muerte de Fidel, el Granma, el periódico oficial del régimen, marcó el evento de su tradicional tinta roja en una edición gratui ta, como hizo en el caso de lamuerte del guerrillero argen- tino Ernesto “Che” Guevara, y con el presidente venezolano Hugo Chávez.

¿Quién sigue?

Un joven guardián del régimen es Miguel Díaz Canel, una estrella que asciende en la escena política de la isla.

Y a sus 52 años, él es el aspirante a la silla del Comandante.

Se espera que Raúl deje el paso a este ex ministro de Educación Superior, que en 2013 designó como primer vicepresidente del Consejo de Estado, y número dos del régimen.

Díaz Canel sería el primer líder no perteneciente a la genaración “histórica” en obtener esta posición, que lo designa como el sucesor de Fidel Castro

 

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