Daño irreversible
Dos médicos que trabajan en los centros de detención de migrantes pidieron al Senado frenar la política de inmigración ‘tolerancia cero’ por considerarla un acto de abuso infantil patrocinado por el gobierno estadounidense
Imelda GarcíaDecenas de niños con dedos fracturados o lacerados porque sus manos se atoraron en las puertas; un bebé que perdió la tercera parte de su peso en solo 10 días; administración de vacunas en menores de edad, con dosis para adultos; o el daño mental que sufren por el encierro, son solo algunos de los daños que los menores separados de sus padres han sufrido al ser detenidos como parte de la política de Tolerancia Cero del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Dos médicos que trabajan en centros de detención de migrantes, Scott Allen y Pamela McPherson, enviaron una carta de denuncia a miembros del Senado de los Estados Unidos en la que hablan sobre las condiciones en que se mantiene a los menores detenidos y las consecuencias del cautiverio
La misiva, enviada en julio del 2018, fue publicada hace algunos días. En ella, los médicos se dirigen al Caucus de Denuncias Internas del Senado, a quienes filtran información sobre su trabajo en estos centros de detención.
Los especialistas agregan que como expertos en salud médica y mental en centros de detención, observaron con horror cómo se separaba a la fuerza a niños inocentes de sus padres mientras se implementaba la política de inmigración de tolerancia cero de la administración.
“En nuestra opinión profesional, este fue un acto de abuso infantil patrocinado por el Estado cuyas consecuencias específicas amenazarán significativamente la salud y la seguridad de los niños”, exponen los médicos en su carta.
Allen y McPherson son expertos en temas médicos y psiquiátricos de la Oficina de Derechos y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security Department, DHS, en inglés).
El presidente Donald Trump ha ejercido una política migratoria de “tolerancia cero” y uno de sus ejes principales ha sido la separación de familias.
Los médicos que denunciaron los daños causados a los niños en encierro reprobaron no solo la política migratoria del presidente Donald Trump, sino las condiciones de los lugares donde los mantienen.
“Las amenazas a la salud y seguridad de los niños no son meramente teóricas”, denunciaron los médicos.
Las fracturas y laceraciones causadas en las manos de los menores de edad, por ejemplo, fueron provocados por las puertas que funcionan mediante resortes, pues las instalaciones eran una prisión de mediana seguridad.
Aún después de que se supo de los daños a los menores de edad, los encargados del centro de detención no hicieron las reparaciones necesarias.
En un caso, un bebé de 16 meses perdió el 32 por ciento de su peso corporal en solo 10 días porque tenía una enfermedad diarréica que no fue tratada correctamente, pues no se le administraron líquidos por vía intravenosa ni se le trasladó a un hospital.
En otro caso, un bebé de 27 días que había nacido en el trayecto del viaje de su madre fue atendido hasta que tuvo una convulsión, cinco días después de haber llegado al centro de detención —al llegar no fue revisado por ningún pediatra—.
Por las condiciones de su nacimiento, este niño tenía un riesgo extremadamente alto y fue diagnosticado con hemorragia intracraneal, pero el personal del centro de detención no estaba capacitado para tratarlo adecuadamente.
En otra instalación, el personal vacunó accidentalmente a niños con dosis de vacuna para adultos, “como resultado de una mala coordinación interinstitucional”.
En un centro de detención, se estaba utilizando la unidad de vivienda médica para segregar a familias y niños como castigo.
“Estos hallazgos individuales no son únicos. En cambio, representan problemas logísticos sistémicos en riesgo de exacerbación con un aumento de las detenciones.
“Nuestra experiencia directa con el programa de detención familiar del DHS nos da un gran motivo de preocupación por los desafíos logísticos asociados con la implementación de la política de ‘tolerancia cero’ por parte de la Administración, que aumentará no solo la violación de las normas federales de detención, sino, lo que es más importante, los riesgos de daño a los niños y padres”, sentenciaron los médicos en su carta.
Los expertos afirmaron que no hay procedimiento médico alguno que pueda remediar los daños que los menores reciben en ese periodo de detención, como ansiedad, depresión, estrés postraumático y mala salud física.
Llaman a frenar política de detenciones
Los médicos llamaron a los senadores estadounidenses para intervenir y frenar esta política de detenciones y separación de las familias no solo por el daño que se causa a los niños, sino porque la situación no mejorará.
“Dada la urgencia creada por los eventos que se mueven rápidamente, tenemos el deber continuo de hacer lo que sea necesario para evitar más daños a los niños y sus familias”, afirmaron los especialistas.
Allen y McPherson señalaron que esta política debe cesar porque el Departamento de Seguridad Nacional no tendrá las condiciones necesarias para mantener esas instalaciones y atender correctamente a los niños.
Por ejemplo, es necesario que haya personal calificado, como pediatras, psiquiatras, enfermeras y otros especialistas; también maestros bilingües o que hablen lenguas indígenas; así como personal especializado en salud mental, sobre todo en atención a personas con pensamientos suicidas.
“La colocación de niños inocentes en confinamiento debido a la acción de un padre es injusta y pone a los niños en peligro para adelantar un mensaje de disuasión. Esto es una explotación y un asalto a la dignidad y la salud de los niños y las familias”, dijeron los médicos.
Los especialistas añadieron que la implementación de la política de tolerancia cero, la separación forzada o la detención suscitan preocupaciones reales sobre la capacidad del personal federal o del contratista para modular y aplicar esta política de forma correcta.
La carta fue dada a conocer por Ron Wyden, senador por el estado de Oregon.