Demócratas y republicanos usan a migrantes para impulsar sus campaña
Los demócratas piensan que la dura posición de Trump inclinará hacia ellos a los votantes liberales, de minorías y moderados
APDemócratas y republicanos por igual quieren usar el estancamiento entre el presidente Donald Trump y el Congreso sobre inmigración como arma en las elecciones legislativas de noviembre.
Avivados por tuits de Trump sobre una crisis en la frontera mexicana que otros dicen es fabricada, cada partido está usando el tema de la inmigración para animar a votantes en contiendas en todo el país. Los demócratas piensan que la situación puede ayudarles a atraer a minorías, jóvenes y suburbanos moderados repelidos por la postura antiinmigrante de Trump. Los republicanos, a su vez, están usando promesas de combatir la inmigración para alentar a su base conservadora.
Los demócratas están enfatizando la inclusión y se están concentrando en áreas fronterizas, suburbios y zonas con poblaciones considerables de inmigrantes. El plan republicano es un mensaje de ley y orden que atraiga a los conservadores.
El debate casi seguramente enturbiará las contiendas en California, Texas, Florida, Arizona, quizás Nuevo México y los suburbios capitalinos en Virginia. Un distrito diverso en el condado Orange, en el sur de California, se ha vuelto ya terreno de pruebas para las estrategias de los dos partidos.
El retiro del legislador republicano Ed Royce al final de 13 términos en la Cámara de Representantes hace su escaño un blanco importante para los demócratas, que buscan ganar 23 en noviembre, lo suficiente para tomar el control de la cámara baja.
Diecisiete candidatos republicanos, demócratas e independientes compiten en unas primarias el 5 de junio, un grupo que incluye a un republicano que ha trabajado para sabotear leyes de ciudades santuario, aquellas donde las autoridades locales cooperan poco o nada con las federales en materia migratoria. Tiene además a una demócrata que escapó de Vietnam cuando era niña y cuyo portal de campaña elogia “los brazos abiertos de un país” que le ofreció la “oportunidad del Sueño Americano”.
Trump tuiteó esta semana sobre “leyes ridículas” que dificultan enviar a los recién llegados de México “de regreso al lugar de done vinieron”. El miércoles, Trump firmó una proclamación en la que instruyó a la Guardia Nacional a proteger la frontera sur.
The big Caravan of People from Honduras, now coming across Mexico and heading to our “Weak Laws” Border, had better be stopped before it gets there. Cash cow NAFTA is in play, as is foreign aid to Honduras and the countries that allow this to happen. Congress MUST ACT NOW!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de abril de 2018
Los demócratas piensan que la dura posición de Trump inclinará hacia ellos a los votantes liberales, de minorías y moderados. Aunque la economía y la salud pública son de las mayores prioridades de los votantes, los demócratas ven una ventaja en promover las gestiones del Congreso para proteger de la deportación a los jóvenes inmigrantes conocidos como “dreamers”.
Ese esfuerzo se frustró en febrero cuando Trump rechazó una oferta de 25.000 millones de dólares para construir su deseado muro fronterizo a cambio de ofrecer una vía a la ciudadanía para esos jóvenes, traídos ilegalmente de niños al país y que han sido protegidos temporalmente por la ley conocida como DACA, de la era de Barack Obama.
Los demócratas dicen que entre los legisladores republicanos vulnerables a ataques por sus posiciones sobre inmigración están Carlos Curbelo, de Florida; David Valadao, de California; y Will Hurd, de Texas. Sus distritos son 70% hispanos.
Aunque los hispanos representan alrededor de 18% de la población estadounidense, 62 distritos legislativos tenían al menos el doble de esa tasa en el 2016, de acuerdo con el apartidista Pew Research Center. Resaltando cómo los hispanos tienden a votar demócratas, solamente 13 de esos distritos son representados por republicanos, tres de los cuales se retiran: Ileana Ros-Lehtinen, en Florida; Steve Pearce; de Nuevo México; y Blake Farenthood, de Texas.
La posición de los republicanos sobre el asunto no es monolítica.
Más de una veintena de republicanos moderados están copatrocinando una propuesta de ley bipartidista presentada por Hurd y otros para proteger a los dreamers y fortalecer la seguridad fronteriza. Más de 40 respaldan un intento del representante republicano Jeff Denham, de California, para forzar a los líderes de la cámara baja para que permitan votaciones sobre varias medidas de inmigración. Ambas propuestas parecen tener pocas probabilidades de éxito, pero permiten a quienes las respaldan mostrar su voluntad de hacer concesiones.
Otros republicanos tienen campañas marcadamente conservadoras que atacan a las ciudades santuario, donde las ciudades locales limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración, y presentando esas políticas como algo que permite a los inmigrantes sin permiso de residencia cometer crímenes y llevarse empleos. Eso pudiera ayudarles con los conservadores en todo el país, incluyendo lugares como Arizona y el norte y el centro de Florida.