John Kerry fue elegido por el presidente Barack Obama para ser el sucesor de Hillary Clinton como secretario de Estado de EU.
Kerry asumió el cargo el pasado primero de febrero y desde entonces, su trabajo ha resultado relevante.
Durante sus primeros 28 días en el puesto ocurrieron una serie de sucesos de alta tensión.
Uno de ellos fue el último ejercicio nuclear de Corea del Norte que hizo crecer la preocupación de Corea del Sur y Japón, sus vecinos más próximos.
El secretario de Estado y veterano de la guerra de Vietnam, actuó rápido y alentó al mundo a mostrar su determinación de detener las ambiciones atómicas norcoreanas, ya que éstas corren el riesgo de incitar a Irán.
El programa nuclear persa ha sido una constante angustia para Estados Unidos y una razón de disputa entre Israel y los países afines al gobierno iraní.
“Es importante que el mundo tenga credibilidad en nuestros esfuerzos para la no proliferación”, dijo el exsenador senior del estado de Massachusetts en el Departamento de Estado a principios de febrero de este año.
“De la misma manera que es inadmisible que Corea del Norte persiga este tipo de esfuerzos imprudentes, decimos que es inaceptable respecto de Irán.
“Nuestra reacción tendrá un impacto en todas las demás acciones para la proliferación”, agregó.
La semana pasada hizo dos importantes declaraciones.
Anunció el envío de 60 millones de dólares en ayuda a la oposición durante una reunión en Italia enfocada en discutir el futuro de la guerra civil en Siria
Sería la primera acción de peso de EU dentro del conflicto que busca derrocar al presidente sirio Bashar al Assad.
Posteriormente, durante una visita en Ankara, Turquía, objetó las declaraciones del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, en las que comparó el sionismo con “crímenes de lesa humanidad”.
El veterano de guerra argumentó que este tipo de comentarios complican los esfuerzos de paz en dicha región.
Kerry no dejó pasar la ocasión y también envió palabras de apoyo al saliente papa Benedicto XVI, felicitándolo por su trabajo al frente de la Iglesia Católica el día de su dimisión.