Detrás del viaje del Papa a Irak, política y religión

A pesar de que el mensaje del líder católico durante su visita a Irak fue de unidad entre religiones, especialistas comparten que, aunque su viaje sí tuvo aspectos positivos, esa meta es poco probable que suceda, ya que es más una decisión política que religiosa
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Rodeado de banderas de Irak y del Vaticano, así como de múltiples flores y alfombras rojas, fue como el papa Francisco vivió su primera visita al país de Medio Oriente, un Estado con minoría cristiana.

Del 5 al 8 de marzo, el pontífice acudió a esta nación con el propósito de impulsar la fraternidad, de que las tradiciones religiosas representadas por los musulmanes, los judíos y los cristianos “caminen juntas”.

Esa postura fue formulada luego de que el Estado Islámico (EI) se apoderara del norte de Irak, principalmente de Mosul, donde la organización terrorista dejó catástrofes materiales y éxodos religiosos, pues llegaban incluso a marcar las casas de los cristianos para que pudieran ser saqueadas con mayor precisión.

La mayoría de los viajes del pontífice han estado enfocados en visitar países con minoría cristiana, como Estados de Asia, África y Medio Oriente

Ante esto, el papa Francisco aseguró durante su estadía que “el nombre de Dios no puede ser usado para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión. Al contrario, Dios ha creado a los seres humanos iguales en dignidad y en derechos, nos llama a difundir amor, bondad y concordia”.

Con esa ideología, fue como el argentino enfatizó que en Irak la Iglesia católica desea ser amiga de todos, y a través del diálogo, colaborar con las otras religiones.

Así fue como el papa protagonizó encuentros con representantes políticos y religiosos, como con el máximo líder chiita Ali-Husein Al-Sistani, una de las figuras más poderosas del islam.

Para el doctor Felipe Gaytán Alcalá, académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, esta visita en sí misma significó mucho, ya que Francisco siempre ha estado del lado del diálogo interreligioso “para construir un horizonte de paz”.

Además, detalla que otras de sus intenciones fue desestigmatizar a los musulmanes, pues generalmente en Europa, así como en América, han llegado a ser señalados por violentos y extremistas.

“La primera cuestión fue desestigmatizar, pero también el buscar un alejamiento a su antecesor, que fue el papa Benedicto XVI, quien en su momento dijo que no se podía hablar con el ayatolá, pues mencionó que, aunque era una religión importante, el fanatismo y la radicalización de grupos musulmanes hacían imposible que se tuviera un diálogo con ellos. Sin embargo, Francisco demostró que no, que en realidad lo que sí hay es un diálogo y posibilidad de concordia y de paz, de sumar esfuerzos”, dice Gaytán Alcalá.

Y aunque para algunos fue muy bien visto el acercamiento entre el papa Francisco y el líder chiita, así como su visita a Irak en general, otros no lo vieron con buenos ojos.

Al respecto, el maestro Héctor Manuel Pedraza Rosales, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, señala, por ejemplo, que fueron los católicos ultraderechistas quienes vieron como negativo el ecumenismo protagonizado por el papa, ya que consideran que esto podría disminuir la autoridad que tiene la Iglesia católica apostólica romana.

Para los católicos que son fieles al pontífice, esta visita significó una bendición para ellos por todo lo que vivieron tras la persecución de los musulmanes, mientras que los cristianos armenios tuvieron una posición muy clara: no reconocerlo
Héctor Manuel Pedraza RosalesAcadémico de la FES Acatlán

Sin resultados claros visita del papa

Al visitar Irak, el principal mensaje del papa antes, durante y después de su viaje, fue la unión, el ecumenismo y la relación entre religiones. Sin embargo, esa meta es aún poco clara de alcanzar.

De acuerdo con el también investigador de la Universidad La Salle, Felipe Gaytán Alcalá, ese discurso por parte del pontífice es más bien para intentar extender la presencia de la Iglesia católica en lugares donde es minoría, como Asia, África y Medio Oriente, y así volver a ser un actor principal.

“Además hay muchas diferencias (…) El problema es que sí pueden dialogar, pero al final quienes toman las decisiones no son las religiones ni las Iglesias, es la política”, asume el catedrático.

Por su parte, el maestro Pedraza Rosales asegura que esta visita también se dio con el fin de cumplir con una deuda que el Vaticano tenía pendiente desde los 90, cuando el papa Juan Pablo II iba a viajar a Irak, pero por cuestiones de seguridad no se logró. De este modo, Francisco salda un compromiso pendiente.

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