Cuba, diez años entre apertura y represión
Raúl Castro cumplirá diez años como presidente de Cuba antes de dejar el poder este 19 de abril. Asociaciones cubanas y especialistas dicen que en esta década hubo apertura internacional en la isla, pero también represión contra los detractores del gobierno. Ahora se abre la posibilidad de que el próximo líder no tenga el apellido Castro
Mariana RecamierRaúl Castro cumple diez años como presidente de Cuba este 24 de febrero. Su mandato se caracterizó por ser más abierto a comparación del régimen de su hermano. Esto generó una imagen de diálogo internacional y prosperidad turística, no obstante, la represión y ciertos aspectos democráticos se mantuvieron estancados.
Una de las primeras señales de cambio en el gobierno de Raúl Castro fue el diálogo con Estados Unidos y otros países. Aunque desde que llegó el presidente Donald Trump al poder ha mencionado que quiere modificar el acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, la historia de la isla quedó marcada cuando Obama y Castro se entrevistaron sobre el restablecimiento de las relaciones de ambos países
“La embajada de Estados Unidos logró instalarse en Cuba y ese tipo de señales nos hablaban de un socialismo que tenía una tendencia a la apertura, específicamente con su acérrimo enemigo”, afirma Iliana Santibáñez, doctora en derecho con especialidad en temas internacionales.
La reconciliación con Estados Unidos también provocó una mejor relación de Cuba con países latinoamericanos. De acuerdo a Santibáñez, Raúl Castro permitió que Cuba tuviera una participación más activa en la Organización de los Estados Americanos (OEA). El gobierno de la isla también logró asistir a la sesión de la Cumbre de las Américas en Panamá. “Ya empieza a haber señales de una mayor apertura independientemente de que el régimen no cambie”, califica la especialista.
Los diez años de Castro en la presidencia permitieron que la isla generara una impresión de transformación desde el lente internacional, no obstante, algunos cubanos opinan que la política de la isla no ha cambiado.
“Raúl fue la sombra detrás de su hermano, pero siempre fue mucho más pragmático. Era más organizado que Fidel y lo único que ha hecho es darle un movimiento militar a toda la parte económica de Cuba”, afirma Eduardo López Ferrer, presidente de la Asociación Cívica Cubano – Mexicana y la Casa del Balsero.
López Ferrer señala que sólo han cambiado algunas leyes y se ha mejorado la imagen al exterior de la isla, pero la migración en precarias embarcaciones son un síntoma de que la situación no se ha modificado.
“Raúl intentó hacer cosas que parecen un cambio, pero si usted saca las cuentas hasta la fecha tenemos más de 79 mil balseros muertos o desaparecidos. Cuando usted ve esa cantidad de gente que sigue intentando salir de una pequeña isla tirándose al mar, donde se sabe que las tormentas se forman con una rapidez tremenda y los tiburones son muy voraces, ese es el mejor termómetro de que no ha cambiado nada… En el fondo son las mismas vísceras del sistema, sólo un poco suavizadas”.
López Ferrer también comenta que continuó la represión contra los grupos disidentes durante el gobierno de Raúl Castro. “Cualquiera que protesta sigue siendo detenido, pero no siempre encarcelado. Cuando va un representante internacional a todos los disidentes los agarran y los meten presos por algunas horas para evitar protestas, entonces en ese sentido sigue siendo lo mismo”.
La economía de la isla también sufrió muchos cambios con la llegada de Raúl Castro a la presidencia. El desempeño general de la economía cubana fue decepcionante durante la década de este presidente, de acuerdo al economista estadounidense Richard Feinberg en su estudio “La economía de Cuba después de Raúl Castro”.
La escasez de bienes de consumo básicos, el racionamiento de energía y la inflación de los precios son características cotidianas en la isla. El salario en muchos empleos no cubre las necesidades básicas del hogar, incluso teniendo en cuenta los diversos subsidios del gobierno.
Durante la década de Castro, el crecimiento promedio del producto interno bruto registró 2.4 por ciento anual, con una tendencia al estancamiento de 2 por ciento cada año.
Este malestar oscurece el surgimiento de una economía más compleja y diversificada a partir de Raúl Castro. La economía privada de Cuba despegó, un fenómeno que proporcionó empleos e ingresos a cuatro de cada 10 cubanos en edad de trabajar, según Feinberg.
“Expandió mucho el trabajo por cuenta propia y es muy interesante. La gente está muy contenta porque quería tener su propio negocio, sus restaurantes, sus tiendas para vender sus artesanías o su ropa”, afirma Sergio Chaviano Llerena, presidente de la Asociación de Cubanos residentes en México José Martí.
El turismo internacional es la característica más brillante de la economía cubana actual. De acuerdo al estudio de Feinberg, el interés por ir a Cuba aumentó más del doble durante la década de Raúl Castro en el poder. La llegada de turistas creció de 2.2 millones en 2006 a aproximadamente 4.7 millones en 2017.
El gasto turístico se extendió por toda la economía, lo que proporcionó buenos ingresos a los empleados de establecimientos turísticos gubernamentales y privados.
“Estos diez años han sido muy buenos. Nuestro presidente promovió la inversión del Estado en el turismo, las industrias y las investigaciones científicas”, explica Chaviano Llerena.
Falsas elecciones
En estas condiciones, el presidente cubano dejará el poder el 19 de abril, casi dos meses después de la fecha inicialmente prevista para un relevo considerado histórico por la posibilidad de que la familia Castro deje de dirigir Cuba.
En la misma fecha se conformará una nueva Asamblea Nacional del Poder Popular que será la encargada de proponer y votar a los principales cargos del gobierno del país, entre ellos el presidente y vicepresidente. Dicha asamblea estará integrada por diputados que serán seleccionados en las elecciones generales del 11 de marzo.
“Estamos hablando de un país que no ha cambiado nada en lo político, donde sigue habiendo un sólo partido y un sólo jefe absoluto, lo que va a cambiar es sólo el apellido. Pretenden que sea otro personaje, pero que esté subordinado absolutamente al mandato de la familia Castro”, dice López Ferrer.
En el mismo sentido, Santibáñez opina que cualquiera que llegue a la presidencia de Cuba será “títere del ejército” para que se pueda mantener el poder de los Castro. “La transición quizá se dé pero con un candidato aliado que permita un cambio suave que no lastime los intereses de los propios miembros del partido”.
Aunque no se ha dado una confirmación oficial, se espera que Miguel Díaz-Canel Bermúdez, actual primer vicepresidente, de 57 años, se convierta en el próximo presidente de Cuba. Díaz-Canel fue designado “número dos” del gobierno de Castro en 2013, lo que para muchos lo perfiló como el heredero del poder. “El próximo presidente podría ser Miguel Díaz-Canel porque es el más joven, pero tiene mucha experiencia y ha transitado todos los escalones activistas y gubernamentales”, afirma el presidente de Asociación de Cubanos residentes en México José Martí.
Raúl Castro seguirá siendo una figura relevante dentro de la política cubana porque se mantendrá hasta 2021 como el Primer Secretario del Partido Comunista, organismo que controla todas las estructuras del poder en Cuba.