Los brasileños están empeñados en que el Mundial de Futbol 2014 se convierta en un autogol para la presidenta Dilma Rousseff.
Por primera vez, las encuestas rumbo a las elecciones presidenciales del 5 de octubre muestran que la popularidad Rousseff cayó tanto, que ahora necesitaría una segunda vuelta electoral para reelegirse como jefa de Estado.
El sondeo más reciente del Instituto Sensus sitúa la intención de voto de la actual mandataria en un 35 por ciento, dos puntos menos que en la anterior encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE).
Sensus informa que el aspirante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el senador Aecio Neves, tendría el 23.7 por ciento de los votos, mientras que el del Partido Socialista Brasileño, Eduardo Campos, captaría 11 por ciento.
Ambos contendientes sumarían el 34.7 por ciento de los votos, casi la misma proporción que Rousseff.
Las leyes electorales de Brasil establecen que para vencer en la primera ronda de votaciones, el candidato requiere obtener más votos que todos sus rivales juntos.
Reporte Indigo publicó el 11 de abril, que las protestan contra el Mundial han golpeado desde el año pasado a la popularidad de Dilma, cuyo nivel de aprobación cayó de 63 por ciento a 36 por ciento de marzo del 2013 al mismo mes en el 2014, según Ibope.
Además, especialistas entrevistados alertaron que los partidos de oposición estaban usando las manifestaciones con fines políticos, para desprestigiar a la presidenta.