“Dios bendiga a los Estados Unidos”, es una de las frases cliché de aquel país, sin embargo, esta vez las palabras tiene un tono ominoso, pues el ex secretario de Estado, Rex Tillerson, ha enviado un mensaje en el que asegura estar orando por la nación gobernada por Donald Trump.
“Sepan que seguiré orando por nuestro país, nuestro líderes y los esfuerzos de ustedes para hacer un mundo mejor que el que recibimos”, dijo Tillerson este viernes en un mensaje dirigido a las embajadas y consulados estadounidenses.
Se dice que en política nada es casualidad; Tillerson, quien fue despedido bruscamente este martes, no mencionó el nombre de Trump ni el de su sucesor designado, Mike Pompeo. Sólo dijo que el departamento quedaba “en buenas manos”, con el jefe interior John Sullivan.
La salida de Tillerson de la Casa Blanca encendió las alarmas de varios analistas, pues aunque su influencia en Trump era moderada, él representaba un raro contrapeso en el gobierno, prueba de ello son los constantes enfrentamientos que sostuvieron.
Trump y Tillerson chocaron por el acuerdo de París para atender el cambio climático, el traslado de la embajada en Israel a Jerusalem, el acuerdo nuclear con Irán y otros asuntos cruciales de política exterior; eran diametralmente opuestos.
Aunque Trump y Tillerson son empresarios, uno viene de los hoteles y la TV, mientras que el otro era cabeza de una importante petrolera; son tan opuestos que Tillerson no tiene Twitter, por lo que su equipo tuvo que imprimir el tuit de Trump para informarle que estaba despedido.
Trump guarda silencio sobre actriz porno
Trump, un hombre que ama la confrontación y que no teme contestar a las acusaciones por acoso sexual, ha optado por guardar silencio total sobre el caso de Stormy Daniel, la actriz porno que asegurar haber mantenido relaciones sexuales con el hoy presidente de los Estados Unidos.
El mandatario no ha respondido directamente a los reclamos de Daniels, dejando que el personal de la Casa Blanca y su abogado personal nieguen las acusaciones por él.
Todo parece indicar que Trump ha optado por la estrategia del desgaste, es decir, no hacer mayor revuelo hasta que el escándalo abandone por sí mismo los medios de comunicación.
Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, ha estado tratando de invalidar un acuerdo de confidencialidad que firmó días antes de la elección presidencial del 2016 para poder hablar sobre su relación con Trump, que según ella comenzó en el 2006 y continuó como por un año.
El abogado de Clifford, Michael Avenatti, le dijo a The Associated Press que su cliente ha sido “amenazada de daños físicos”, pero no dio detalles. No dijo si es que las amenazas fueron hechas por alguien vinculado al presidente, a la campaña de Trump o a la Organización Trump.
Clifford hablará sobre las amenazas en un segmento de “60 Minutes”, de CBS, que está programado para ser televisado este mes. Avenatti dijo que él confiaba en que la gente le creería a su cliente tras ver la entrevista.
“Hubo un hecho y un encubrimiento, y el pueblo estadounidense se va a enterar de ambos en la entrevista y después de eso”, dijo el abogado durante una entrevista en “Morning Joe”, de MSNBC.