El muy súper grandioso discurso de Trump
El presidente Donald Trump llega a sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca con varios descalabros y algunas promesas rotas, sin embargo, lo único que no ha cambiado desde que llegó al poder es su intempestiva, grandilocuente e incongruente manera de hablar.
Indigo StaffEl presidente Donald Trump llega a sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca con varios descalabros y algunas promesas rotas, sin embargo, lo único que no ha cambiado desde que llegó al poder es su intempestiva, grandilocuente e incongruente manera de hablar.
Palabras sencillas, agresivas y exageradas, así como constantes elogios e insultos, son el núcleo del discurso diario de Trump, el cual ha sorprendido no sólo a los votantes que lo llevaron hasta la presidencia, sino también de los lingüistas que han intentado analizarlo.
“Esto casi que rebasa los límites del análisis lingüístico”, comentó la investigadora Kristen Jobez Du Mez en entrevista para la agencia AP, quien explicó que Trump ha mostrado un oratoria presidencial de la que no se tienen antecedentes.
Kathleen Hall Jamieson, profesora de Universidad de Pensilvania, señaló que Trump logró captar la atención de las masas en parte a su manera tan distinta de expresarse, muy diferente al típico discurso de alguien que busca u ocupa la presidencia de los Estados Unidos.
“Las presentaciones públicas de los presidentes anteriores han sido bien preparadas, como un discurso. Los presidentes se preparaban antes de ofrecer un discurso o una conferencia de prensa y siempre tenían preparada una respuesta. Eso no sucede con Trump”, dijo.
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Para Trump el mundo se engloba en dos grandes paradigmas; las cosas son terribles o increíbles, lo mejor o lo peor. El presidente a menudo se desvía del tema, no se cansa de repetir y ofrece datos que pasados bajo el microscopio del análisis periodístico resultan poco precisos.
Muy súper grandioso, así podría definirse el discurso de Trump. Eric Acton, lingüista de la Eastern Michigan University señaló que el presidente tiene una fijación por los superlativos como “el más grande”, “el más duro” y el “más fuerte”.
Jamieson explica que cuando Obama hablaba, la gente escuchaba a un abogado que se expresaba cuidadosamente, pero con Trump da la impresión de estar frente a un vendedor de autos que suelta elogios al azar para convencer al posible cliente.
“Cuando escuchas al presidente, te está diciendo que la marca Trump es buena, que le gusta a todo el mundo y por eso deberías comprarla”, señala la investigadora, quien indicó que el mandatario apela más a la emoción que a la razón.
Incluso hace unos meses, el actor Bryan Cranston, reconocido internacionalmente por su papel de Walter White en Breaking Bad, calificó al presidente Trump como un personaje clásico de un tragedia de Shakespeare.
“Para Trump todo es horrible, todo es simplemente horrible, además que no presenta ninguna solución, sólo dice ‘lo haré grande nuevo, pudo garantizarlo’, ‘vamos a realizar grandes acuerdo, va a ser fantástico’ y al final te das cuenta que no ha dicho nada realmente”, dijo el actor.
Du Mez explicó a la agencia AP que aunque un sector de la población y la clase política se burle de la manera de hablar de Trump, ésta sigue teniendo buena recepción por ser elemental, lo que ayuda a conectar con personas que piensan en ese mismo nivel.