Después de afirmar durante más de un año que los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos serían deportados, el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, mostró signos de un posible cambio de postura sobre el tema de la inmigración.
Recientemente el magnate dijo a Fox News que sólo los “malos” y los delincuentes serían excluidos del país.
Ahora parece que Trump, quien consiguió la nominación republicana con un discurso agresivo contra la inmigración, tendrá que tener en cuenta ciertos ajustes que en los discursos del pasado tenía categóricamente excluidos.
“No habrá amnistía, pero vamos a trabajar por ellos”, señaló.
El candidato republicano comentó que mientras sus seguidores desean “sacar a los malos del país”, también se podría tener una visión menos radical de la situación.
Y es que los conservadores que se oponen a la reforma migratoria y que se sienten atraídos por la política radical de Trump –como la construcción de un muro fronterizo y las deportaciones en masa– ven en sus recientes declaraciones un eco de las propuestas del exgobernador de Florida, Jeb Bush, a quien Trump derrotó en las primarias diciendo que era “un débil en materia de inmigración”.
Pero, si en los últimos días el multimillonario se ha mostrado más moderado sugiriendo que estaría abierto a algún tipo de legalización para esos inmigrantes, es muy posible que sus simpatizantes más devotos se queden sin salir a votar el próximo 8 de noviembre en caso de percibir que el republicano se aleja del discurso que los atrajo en un principio.
El multimillonario, que debía presentar su proyecto migratorio el pasado 25 de agosto, pospuso la fecha de presentación para este miércoles.
Por el ‘voto negro’
Dirigiéndose a un público predominantemente blanco, como es costumbre en sus eventos, el multimillonario recordó que el Grand Old Party (GOP) fue el partido de Abraham Lincoln, el presidente que abolió la esclavitud y expresó su deseo de “voltear a los ciudadanos afroamericanos”.
“Estoy totalmente de acuerdo en que el Partido Republicano debe hacerlo mejor en la forma de abordar a la comunidad afroamericana, y lo hará”, dijo Trump en un acto en Virginia.
Sin embargo, las declaraciones fueron tomadas como una necesidad de reorientar su campaña para ponerse al día con Hillary Clinton en las encuestas.
Y es que mientras que su rival parece cada vez más fuerte, el candidato a la Casa Blanca ya hizo nuevos cambios en su equipo.
“Ellos son muy capaces y competentes, les gusta ganar y saben cómo ganar”, justificó.
Así alabó a Steve Bannon y Kellyanne Conway, promovidos como director general y jefa de campaña. Esta sería la segunda vez que Trump reestructura su equipo para revivir su campaña, mientras que la demócrata se pone por delante en las encuestas, con el 47 por ciento de la intención de voto, contra el 41 por ciento de Trump.
No obstante, el candidato republicano aseguró que podría ganar el 95 por ciento de las voces afroamericanas al final de su primer mandato, en caso de ser elegido. Pero, diversas encuestas realizadas desde junio indican que son menos del 10 por ciento las intenciones de voto de la comunidad en favor del candidato republicano.
Recuperar sufragios
Donald Trump, que ahora utiliza los teleprompters para evitar tropiezos extraños, asegura que quiere recuperar el voto latino.
La semana pasada se reunió con el “Consejo Nacional Hispano por Trump” para ajustar el mensaje dirigido a esta comunidad que podría tener un papel decisivo el 8 de noviembre.
Y aunque las encuestas no son aún objeto de interpretación, basta con mirar los últimos datos arrojados por el sitio de referencia Real Clear Politics: no hay una sola encuesta que le dé la victoria a nivel nacional o en los estados clave que determinarán la elección.
Su nuevo director de campaña, Stephen Bannon, señaló que el objetivo es ser el ganador en noviembre, y no en agosto.