Lejos de los casos de sarampión en Estados Unidos, la República Democrática del Congo se enfrenta al mayor brote de ébola registrado en el país. Más de 800 personas murieron por esta enfermedad en el noreste de la nación africana desde que se declaró la epidemia el pasado agosto, de acuerdo con los últimos datos divulgados por el Ministerio de Sanidad congoleño.
Las autoridades cifraron en 803 los fallecimientos, de los que 737 dieron positivo en pruebas de laboratorio y el resto son probables, según un informe del Ministerio de Sanidad actualizado al 13 de abril.
También existe un registro de mil 251 casos de contagio, de los cuales mil 185 están confirmados con estudios laboratoriales.
La epidemia también ocasionó que mil 400 niños se encuentran huérfanos o separados de sus padres en Butembo y Beni, en la provincia de Kivu del Norte, según los últimos registros de Unicef.
Este es el décimo brote de ébola en la República Democrática del Congo en 40 años. Es el más letal de la historia del país y el segundo del mundo sólo después de la epidemia en África Occidental en 2014.
No se puede controlar el contagio de la enfermedad debido al rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la región, donde operan numerosos grupos armados, de acuerdo con distintas organizaciones internacionales.
Desde principios de año, más del 40 por ciento de las personas contagiadas murieron en sus comunidades, es decir, sin recibir atención médica, según comunicados de Médicos Sin Fronteras.
Entre febrero y marzo de 2018, integrantes de la organización médica y humanitaria internacional
tuvieron que suspender sus actividades en Katwa y Butembo tras varios ataques a dos centros de tratamiento de ébola.
En el mismo sentido, la Federación Internacional de la Cruz Roja advirtió que el ébola en el país africano se está propagando más rápido, mientras crece la desconfianza de la población en la respuesta médica a la epidemia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió el pasado viernes no declarar una emergencia internacional por el brote, pese al aumento de casos y muertes de las últimas semanas y el difícil acceso a zonas afectadas donde actúan grupos armados.
Ante el avance de la epidemia, el presidente del Congo Felix Tshisekedi dijo el martes pasado que quiere contener el brote de ébola en menos de tres meses, aunque expertos dicen que dicha labor podría tomar el doble de tiempo.
El mandatario también prometió más protección para los trabajadores de sanidad y pidió a los residentes del área que cooperaran con ellos.
¿Cómo es la enfermedad?
De acuerdo con la OMS, el virus del Ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados. La enfermedad provoca aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
La OMS considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia pteropodidae. El virus se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados como chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines muertos o enfermos en la selva.
Otra epidemia mortal
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se extendió a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11 mil 300 personas y más de 28 mil 500 fueron contagiadas.