Educación sexual, el escándalo de la Ley en Florida

A tres meses de que entre en vigor la ley ‘No digas gay’ en Florida, con la cual se prohibirán temas de orientación sexual o identidad de género a los niños, especialistas consideran que es poco probable que la comunidad LGBT+ pueda frenar la reforma, mas sí podría perjudicar al gobernador Ronald DeSantis ante las urnas
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La comunidad LGBT+ sigue siendo discriminada en Estados Unidos. A pesar del impulso de múltiples leyes en favor de su derechos y bienestar, los estigmas continúan presentes, siendo el estado de Florida un ejemplo claro de ello.

Fue el pasado 28 de marzo que el gobernador Ronald DeSentis firmó la Ley 1557 de Derechos de los Padres en la Educación, a través de la cual se estipula que ningún niño o niña de jardín de infantes hasta el tercer grado estudien temas de orientación sexual o identidad de género en sus escuelas, siendo los padres los únicos que puedan aceptar o no esa educación en casa.

Tras la aprobación por parte del gobernador, será el próximo 1 de julio que la ley entre en vigor en todo el estado, dejando atrás las múltiples manifestaciones que ha habido en su contra, principalmente por la comunidad LGBT+.

El joven activista Jack Petocz, por ejemplo, impulsó el pasado 3 de marzo una manifestación entre todos los estudiantes de Florida a fin de reflejar su desacuerdo con la también llamada ley “Don´t say gay” (No digas gay), compartiendo hasta el día de ayer ese mensaje.

Del mismo modo, Nikki Fried, comisionada de Agricultura y Servicios del Consumidor en Florida, destacó que esta ley era una “vergüenza” para su estado, pues a pesar de que el gobernador no lo dijo, “este tipo de odio y discriminación no tiene lugar en Florida”.

“A la comunidad LGBT de Florida: no están solos, son hermosos como son y son amados. Por favor, sepan que no detendremos nuestra lucha por un mundo mejor para ustedes”, señaló la funcionaria.

Bajo esa misma línea, mientras que el Consulado de México en Orlando enfatizó que sus oficinas eran una zona segura para la comunidad LGBT+ y sus familias, en Nueva York también les dieron una mano, ofreciendo acoger a los discriminados por dicha ley.

Asimismo, la organización Equality Florida se unió a otras instituciones y abogados para presentar una demanda contra el estado de Florida por la reforma 1557, señalando que “la cruel ley está destinada a aislar, estigmatizar y borrar a las familias LGBT+”

En ese sentido, mientras que el principal argumento de los opositores a este plan ha sido que se les prohibirá a las y los docentes alentar a los hijos de padres del mismo sexo a hablar de su familia en clase, aislándolos y estigmatizándolos junto a quienes se sientan parte de la comunidad, los partidarios aseguran que su intención es mantener a las familias más involucradas en la educación de sus hijos.

Al respecto, la maestra Raquel Saed, académica de la Universidad Iberoamericana y especialista en política y medios de Estados Unidos, asegura que aunque esta ley “es una lástima” pues pareciera que con este tipo de reformas algunos estados de la Unión Americana van en retroceso en lugar de caminar de manera progresiva, es poco probable que la comunidad LGTB+ pueda hacer algo para retrasarla.

“Lo veo muy difícil primero que nada porque el gobernador tiene mucha visibilidad a nivel nacional y eso a su vez influye en la opinión pública, y porque esta ley se estaba cocinando desde hace algún tiempo y es ahí cuando había la oportunidad suficiente para que la comunidad hubiera hecho algo”, apunta.

Para ella, la única alternativa para detener la Ley de Derechos de los Padres en la Educación sería esperar a que el periodo de DeSantis haya terminado y sólo así lanzar una propuesta diferente

Además, sostiene que aunque el gobernador pueda no estar tan convencido con esta reforma, quienes sí lo están son sin duda los grupos más conservadores de Florida, que tienen altos niveles económicos y por lo tanto son los que pagan las campañas electorales de los republicanos.

“El impulso a esta reforma puede corresponder a querer quedar bien con ciertos grupos conservadores, que es lo que muchas veces sucede (…). Entonces, no sé si DeSantis está tan convencido con esta ley como tal vez quienes inyectan el dinero a sus campañas”
Raquel SaedAcadémica de la Universidad Iberoamericana

Con el respaldo de los más adinerados de su partido, el gobernador de Florida podría tener asegurado su futuro político, llegando incluso a ser una opción para las presidenciales de 2024, compitiendo con Donald Trump para ser el representante de los republicanos, o reemplazándolo en caso de que el expresidente decida no postularse.

Sin embargo, podría tener un desafío: tener de opositores no sólo a los demócratas, sino a la comunidad LGBT+, la cual en 2017 representaba el 4.5 por ciento del total de la población estadounidense, de acuerdo con datos del Instituto Williams.

Mientras que el estado de Ohio fue el que más representantes de la comunidad LGBT+ registró de entre 20 territorios, Florida se situó en el puesto número 12 con el 4.6 por ciento, incluyendo 24 por ciento de parejas con niños.

A pesar de ese panorama, la maestra de la Universidad Iberoamericana no considera que en la actualidad haya una postura del gobernador DeSantis hacia la comunidad, mas sí de manera viceversa.

“Lo que sí me parece es que esta comunidad se va a enfrentar al gobernador, no va a estar en buenos términos con él y por lo tanto él tampoco con ellos. Entonces, creo que ese es uno de sus grandes problemas”, dice la especialista.

De igual manera, ese desafío podría enfrentarlo en las próximas elecciones intermedias de noviembre próximo, por lo que sus opositores podrían aprovechar su lejanía con la comunidad LGBT+ para sumar más votos a su favor.

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