La vacuna es un faro de esperanza después de un año en el que el mundo enfrenta la crisis sanitaria que causó el virus del SARS-CoV-2. Gobiernos y empresas farmacéuticas iniciaron con el despliegue de las estrategias para vacunar a la población, sin embargo, estos esfuerzos se han visto ensombrecidos por los efectos secundarios que algunas personas presentaron tras la aplicación.
La sociedad civil está atenta al avance de la carrera por la inmunización, que en todos los países arrancó con la vacunación masiva de personal de la salud y, en algunas latitudes, de quienes se ubican dentro de los grupos vulnerables, como es el caso de los adultos mayores. Esto ha dado un especial énfasis a que se compartan en medios y redes sociales los casos en los que se genera algún efecto secundario.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), advierten que en algunos casos hay enrojecimiento, dolor o hinchazón en la zona en donde se aplicó la vacuna. En otros casos, pueden presentar síntomas de leves a moderados, como fiebre, cansancio o dolor de cabeza, hasta siete días después de la inyección.
Los CDC declaran en un informe que una pequeña cantidad de personas tuvo efectos secundarios graves, que son aquellos que afectan la capacidad para realizar sus actividades diarias. Sin embargo, no hay un número o un porcentaje sobre quienes se ubicaron en este rango.
Respecto a las personas con reacciones alérgicas graves, también conocidas como anafilaxis, los CDC declaran que han sido tratadas con epinefrina y deben acudir a un hospital para recibir atención médica.
Cuando alguien tiene una reacción alérgica grave después de vacunarse, el proveedor de vacunación debe enviar un informe al Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) en donde se recopilan los datos, esto permite que se dé seguimiento en caso de que las reacciones adversas inesperadas ocurren con mayor frecuencia de lo previsto.
Estas reacciones, que de acuerdo con especialistas son comunes incluso al ingerir algún medicamento, podrían dar un impulso a los movimientos antivacunas, que también alimentan sus argumentos con noticias falsas respecto a los efectos de la inmunización.
“Dicen que a todos nos va a dar coronavirus y que parte han sido asintomáticos. Que la vacuna no va a funcionar porque solo es una prueba. Ni mi hermano que trabaja en el seguro se la va a poner porque no tienen efectividad”, dice Nancy, quien no se declara abiertamente antivacunas.
Alonso Ortega Gurrola, maestro en Ciencias y estudiante de doctorado en Columbia University, durante su participación en el programa Perspectiva Índigo, explicó que las vacunas enseñan al sistema inmune cómo defenderse de una infección.
“Algunas de las veces que montamos una respuesta inmune en nuestro organismo nos sentimos enfermos y es normal sentir algunos efectos secundarios siempre que te inyectan un antígeno”, comentó el maestro en Ciencias.
Así funciona la vacuna
La vacuna de Pfizer y BioNTech fue la primera en distribuirse, después de que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), diera su aval para su aplicación de emergencia el pasado 11 de diciembre. Después de esa fecha en el mercado ya están las de Moderna y AstraZeneca.
Las vacunas cuentan con algunos diferenciadores, como las dosis de la aplicación, su manejo de acuerdo con sus componentes y hasta el porcentaje de eficacia. Sin embargo, todas tienen como objetivo evitar una enfermedad grave por el virus del SARS-CoV-2.
“Nos vamos a seguir infectando, esto no lo va a evitar, pero nos va a dar un COVID-19 más leve, que podemos llevar en casa. Se va a evitar el riesgo de desarrollar una enfermedad grave y fallecer”, declaró la doctora Roselyn Lemus-Martin, especialista en biología molecular por la Universidad de Oxford, durante su participación en el programa de Reporte Índigo.
Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna están basadas en la misma tecnología de ARN mensajero que se introduce en las células humanas para que el cuerpo produzca proteínas virales de anticuerpos. La administración de ambas se realiza en dos dosis y la protección es similar.
La de AstraZeneca impidió que la mayoría de las personas contrajera la enfermedad en un ensayo a gran escala y tiene una efectividad del 90 por ciento cuando se aplica en una y media dosis, de acuerdo con la información que divulgó la empresa.
En sus redes sociales, la doctora Lemus-Martin ha advertido que los países deberían concentrar su estrategia en todas las vacunas por sus diversidades geográficas, climáticas y de perfil demográfico para que funcionen como protección social.