El enemigo en casa
Uno de los escándalos más grandes de las últimas décadas en el Vaticano al parecer se ha expandido por reportes de que un cardenal italiano podría estar implicado en una lucha de poder que involucra filtración de documentos.
En tanto, el mayordomo del Papa, quien fue arrestado por su involucramiento en el escándalo, ha prometido cooperar en las investigaciones.
Paolo Gabriele prometió el lunes cooperar con magistrados del Vaticano, lo que incrementa la posibilidad de que se mencionen más prelados de alto rango en la investigación.
APUno de los escándalos más grandes de las últimas décadas en el Vaticano al parecer se ha expandido por reportes de que un cardenal italiano podría estar implicado en una lucha de poder que involucra filtración de documentos.
En tanto, el mayordomo del Papa, quien fue arrestado por su involucramiento en el escándalo, ha prometido cooperar en las investigaciones.
Paolo Gabriele prometió el lunes cooperar con magistrados del Vaticano, lo que incrementa la posibilidad de que se mencionen más prelados de alto rango en la investigación.
El escándalo de la filtración de correspondencia confidencial ha dejado ver luchas de poder e intriga en los más altos niveles de la Iglesia Católica.
Dos de los más importantes periódicos italianos: Il Messaggero y Corriere della Sera reportaron el lunes que Gabriele —arrestado hace tres días por supuestamente filtrar documentos a periodistas italianos— claramente no actuó solo y que un cardenal no identificado es sospechoso de tener un papel importante en el escándalo.
Sin embargo, el portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, negó los reportes.
Asimismo, calificó como “pura fantasía” otros reportes sin fuente sobre la investigación publicados en la prensa italiana, que ha estado en franco frenesí desde el viernes, cuando se dieron a conocer los reportes de la detención de Gabriele.
Gabriele fue arrestado el miércoles por la tarde, después que se hallaron documentos que no debía tener en su departamento en el Vaticano.
Gabriele, de 46 años con tres hijos, siempre se consideró en extremo leal a Benedicto XVI y a su predecesor, Juan Pablo II, para quien trabajó brevemente.
El escándalo de filtraciones en el Vaticano salió a la luz en enero cuando el periodista italiano Gianluigi Nuzzi transmitió cartas de quien fuera un importante administrador del Papa en la que pidió no ser transferido por haber denunciado presuntos actos de corrupción que le costaron a la Santa Sede millones de euros en sobreprecios de contratos.
Benedicto XVI no ha hecho comentarios directamente respecto del escándalo.
El domingo, sin embargo, durante sus apariciones públicas semanales en la ventana de su departamento, dijo que estamos viviendo en una “nueva babel”.
Asimismo, el Sumo Pontífice se dirigió a los participantes en una marcha a la Plaza de San Pedro el domingo que exigían información sobre Emanuela Orlandi, la hija de un mensajero del Vaticano que desapareció en 1983 a la edad de 15 años.
Varias teorías rodean la desaparición, y vinculan el secuestro a un intento de liberar al agresor turco que le disparó a Juan Pablo en 1981, o por supuestos arreglos financieros con una banda criminal romana. El escándalo sigue latente.
Fuente: AP.