Finalmente, tras años de lucha, el turno de la izquierda radical en Grecia para lidiar con la crisis económica y las imposiciones de la Unión Europea ha llegado.
Con casi 75 por ciento de los votos contabilizados al cierre de esta edición, el partido izquierdista Syriza se proyecta para ocupar 149 escaños del parlamento. Dos más le otorgarían la mayoría absoluta.
Syriza obtuvo el 36 por ciento de los votos, mientras que los conservadores del primer ministro Antonis Samaras obtuvieron el 28 por ciento, lo que le da unos 70 asientos en la legislatura.
Aún no está claro si los ganadores tendrán suficientes escaños para formar su propio gobierno, o si necesitarán el apoyo de un partido más pequeño. Barnaby Phillips de la cadena árabe de noticias Al Jazeera indicó que es improbable que obtengan la mayoría, pero que no será difícil para Syriza encontrar otro partido para formar una coalición.
Buscan igualdad
Syriza basó su campaña electoral en la promesa de renegociación del rescate internacional de 240 mil millones de euros al país, y se ha comprometido a revertir muchas de las reformas de austeridad impulsadas para recibir los préstamos que han mantenido a Grecia a flote desde 2010.
Alexis Tsipras, el líder del partido de izquierda, dijo ayer frente a los medios que votar por Syriza aseguraría que Grecia negociaría “un acuerdo difícil para reincorporarse a Europa en igualdad de condiciones”.
“Son un ejemplo de que la historia está cambiando (…). Su mandato sin duda está cancelando los rescates de austeridad y destrucción. La troika de Grecia es algo del pasado”, dijo Tsipras, de 40 años, frente a miles de jubilosos simpatizantes.
Se avivan temores
Según reporta The Associated Press, esta retórica ha renovado los temores sobre la capacidad de Grecia para salir definitivamente de la crisis financiera que arrasó con un cuarto de su economía, elevando el desempleo y minando la fortaleza del euro, la moneda que comparten 19 naciones europeas.
“Dejo un país que está saliendo de la crisis y es miembro de la Unión Europea y de la zona euro. Por el bien de este país, espero que el próximo gobierno mantenga estos logros”, subrayó el primer ministro griego tras aceptar su derrota.
Los acreedores de Grecia insisten en que el país debe cumplir con sus compromisos anteriores para seguir recibiendo ayuda, e inversionistas y mercados se han alterado por la retórica contra el rescate.