El futbol los convence

Los brasileños pasaron de la protesta a la fiesta.

Tras meses de descontento generalizado, protestas multitudinarias, ciudades paralizadas y huelgas sindicales, expertos pensaron que el verdadero espectáculo de este Mundial estaría en las calles.

Pero luego de la jornada de inauguración, los brasileños se dejaron llevar por la fiebre futbolera y las protestas quedaron como eventos aislados. 

Pedro Pablo Cortés Pedro Pablo Cortés Publicado el
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De los habitantes están orgullosos de ser de Brasil, tras iniciar la Copa

Los brasileños pasaron de la protesta a la fiesta.

Tras meses de descontento generalizado, protestas multitudinarias, ciudades paralizadas y huelgas sindicales, expertos pensaron que el verdadero espectáculo de este Mundial estaría en las calles.

Pero luego de la jornada de inauguración, los brasileños se dejaron llevar por la fiebre futbolera y las protestas quedaron como eventos aislados. 

Este fenómeno lo confirman las últimas encuestas de la agencia Datafolha, que revela que los niveles de popularidad de la presidenta Dilma Rousseff y de la Copa del Mundo aumentó.

El sondeo, publicado la semana pasada, muestra que el porcentaje de electores que desean reelegir a Dilma en las próximas elecciones presidenciales de octubre incrementó de 34 por ciento a 38 por ciento.

Además, otra pesquisa realizada antes de los cuartos de final informa que la proporción de ciudadanos que apoyan el Mundial alcanzó el 63 por ciento, mientras que antes de la inauguración el nivel era del 51 por ciento.

La tasa de los que se oponen al torneo descendió de 41 por ciento, en abril, a 27 por ciento.

Datafolha también descubrió que, de mayo a julio, el porcentaje de personas que estaban orgullosas de ser brasileñas aumentó de 77 puntos porcentuales a 85.

Expertos explican que esto sucede gracias a factores como el buen desempeño de la Selección de Brasil, el hartazgo de los ciudadanos ante los problemas ocasionados por las marchas y a que muchos vieron que era imposible cancelar el torneo.

“En un país al que le gusta el fútbol, después de la (inauguración) de la Copa cambió totalmente el clima”, manifestó a BBC Mundo Aldo Fornazieri, director de la Fundación Escuela de Sociología y Política de Sao Paulo. “Se generó un clima de alegría, de confraternidad”.

“Todo eso reduce el ánimo de protesta”, agregó.

Dilma alzará la Copa

Durante la inauguración del Mundial, Dilma recibió abucheos de los aficionados.

Pero ayer, al empezar las campañas presidenciales con 18 puntos porcentuales de ventaja, la mandataria anunció que entregará la Copa en la clausura del torneo, sin temor a ofensas.

”Son gajes del oficio”, expresó a Brasil Post.

“Ahora, mucha gente dice que quiere más Copa”. 

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