El gigante se encoge

La caída de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, también podría ser un tropiezo para el resto de América Latina.

Algunos expertos perciben que la crisis interna de Brasil y los problemas de sus socios, como Argentina y Venezuela, podrían repercutir en el liderazgo regional del llamado “Gigante de Sudamérica”.

Luego de que se descubrió una red de sobornos que operó en la petrolera estatal brasileña Petrobras en la década pasada, millones han salido a las calles para exigir la renuncia de Dilma, quien fue presidenta del Consejo de Administración. 

Pedro Pablo Cortés Pedro Pablo Cortés Publicado el
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de los brasileños creen que la economía de su país va a empeorar
"El hecho (el escándalo de Petrobras) golpea, además, la credibilidad de la presidenta justo en momentos en que el país requiere de un liderazgo"
La TerceraDiario chileno
"La integración precisa un liderazgo, y ese liderazgo se llama Brasil"
José MujicaExpresidente de Uruguay
Otro factor que afecta al rol de Brasil en Sudamérica es el de las crisis políticas que sufren sus vecinos, como Venezuela y Argentina
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La caída de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, también podría ser un tropiezo para el resto de América Latina.

Algunos expertos perciben que la crisis interna de Brasil y los problemas de sus socios, como Argentina y Venezuela, podrían repercutir en el liderazgo regional del llamado “Gigante de Sudamérica”.

Luego de que se descubrió una red de sobornos que operó en la petrolera estatal brasileña Petrobras en la década pasada, millones han salido a las calles para exigir la renuncia de Dilma, quien fue presidenta del Consejo de Administración. 

Los reclamos se agudizaron tras conocerse que hay 279 procedimientos que involucran a 150 personas y 232 empresas, de los que 39 sospechosos ya recibieron acusaciones de corrupción, la mayoría pertenecientes al Partido del Trabajo (PT), en el que milita Rousseff.

Por ello, un sondeo de Datafolha reveló el miércoles que el nivel de aprobación de la mandataria cayó al 13 por ciento, mientras que 62 por ciento considera “mala” o “muy mala” su gestión, los peores indicadores de un presidentes desde 1992.

“El hecho golpea, además, la credibilidad de la presidenta justo en momentos en que el país requiere de un liderazgo capaz de llevar adelante los cambios que ayuden a revertir el pobre desempeño de la economía brasileña, el peor en 25 años”, publicó el diario chileno La Tercera en un editorial.

La importancia de Brasil

Previo a las elecciones presidenciales del 2014, analistas coincidían en que influiría mucho el factor del liderazgo regional que había construido el PT desde que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el poder, en el 2003.

“Perder el liderazgo o el rol que está teniendo el PT en América Latina, para la construcción de espacios multilaterales americanistas, va a ser un peso decisivo”, dijo a Reporte Indigo Ricardo Romero, politólogo argentino.

José Mujica, expresidente de Uruguay, afirmó el mes pasado que la integración de Latinoamérica necesitaba la dirección de Brasil, pues otros países importantes, como México y Argentina no aportan.

“La integración precisa un liderazgo, y ese liderazgo se llama Brasil, pero la Argentina tendría que acompañar, y no acompaña un carajo”, expresó Mujica a la revista argentina Perfil, en una de sus últimas entrevistas como mandatario.

“En los países determinantes de América Latina, Brasil, Argentina, México, los dirigentes hablan y asumen un discurso integracionista, pero desde el punto de vista práctico, están metidos hasta las orejas en las contradicciones del Estado nacional”.

Otros analistas ven que Dilma se ha alejado del modelo económico y de gobierno de su padrino político, el expresidente Lula. 

“El liderazgo de Rousseff se desploma”, escribió Juan Arias en El País.

Problemas de vecinos

Otro factor que afecta al rol de Brasil en Sudamérica es el de las crisis políticas que sufren sus vecinos, como Venezuela y Argentina. 

Además, distintos gobiernos han rechazado las recomendaciones del gobierno brasileño con el argumento que está interviniendo en la soberanía. 

“La insatisfacción con el liderazgo brasileño fue exasperada por la proclividad de Brasil para ejercer dura y directa presión en países como Bolivia, Ecuador y Paraguay, a pesar de una política exterior vocalmente asentada en términos de no interferencia”, concluye Sean Burges, investigador del Council on Hemispheric Affairs.

Sin embargo, es el conflicto de Venezuela el que más críticas le ha valido a Rousseff, quien se ha mostrado discreta en el tema.

“Brasil ha mantenido un silencio decepcionante frente a los abusos en Venezuela, incluso frente al arresto arbitrario de opositores”, expresó Human Right Watch (HRW) a la Folha de Sao Paulo. 

En eso coincide el excanciller Luiz Felipe Lampreia.

“La postura ambigua de Brasil frente a la represión violenta de la oposición que está siendo practicada por el gobierno Maduro es un error que afecta la credibilidad de nuestro país en su tradicional defensa de los derechos humanos y de los valores democráticos”, sostuvo Lampreia en un artículo de opinión en O Globo. 

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