En enero de este año, Arabia Saudita anunció la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Irán tras una crisis resultante de la ejecución de un líder chiíta en el reino sunita de Arabia Saudita. Tras lo ocurrido, en un plazo de 48 horas todos los diplomáticos residentes en ambos países fueron evacuados.
¿Qué es lo que se opone entre estas dos ramas del Islam? ¿A qué se debe el antagonismo entre los dos Estados teocráticos de Medio Oriente? ¿Cómo la lucha fratricida entre dos naciones nacidas de Mahoma ha engendrado el monstruo llamado ISIS?
Mientras que la región de Medio Oriente no deja de dividirse ideológica, social, étnica y políticamente hablando, cada convulsión que sacude la región es vista a través del prisma único de la religión. Con predicadores del odio en ambos lados, en una Arabia sunita y en un Irán chiíta, este antagonismo se ha vuelto irreconciliable.
La Umma –como se denomina a la comunidad musulmana, que incluye a todos aquellos que profesan el Islam, independientemente de su nacionalidad, origen, sexo o condición social–, es una comunidad que engloba a mil 500 millones.
Esta gran comunidad se divide en tres grupos principales: los sunitas, que son la mayoría con un 85 por ciento de los fieles, es decir, entre mil 300 y mil 400 millones de seguidores. Los chiítas entre 200 y 300 millones de fieles, representan del 10 al 15 por ciento; y los jariyitas, que prácticamente han desaparecido, excepto por algunas comunidades en Argelia y Omán donde aún se profesa esta rama.
Entonces, tenemos tres familias que se dividieron en una multitud de escuelas legales, ramas y hermandades. Pero ¿cuál es el conflicto? Que cada una dice ser la mensajera de la “verdadera” fe.
La raíz de la discordia
Según Sabrina Mervin, islamóloga especialista en chiísmo, escritora e investigadora de la prestigiosa Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (EHESS), la primer ruptura se remonta a la muerte misma del Profeta en 632.
El fundador de la última religión monoteísta, Mahoma, murió dejando un mensaje, pero no dejó ni un testamento y ni un heredero. ¿Quién lo iba a suceder a la cabeza de la Umma?
La tarea de elegir al sucesor estaba a cargo del consejo de ancianos que eligieron a Abu Bakr, amigo cercano y padrastro del profeta, un miembro de la Quraysh, una comunidad cerca de la Meca, por encima de Ali, primo y yerno del Profeta, quien rechazó la elección del consejo.
Tras la rebeldía, Ali fue asesinado en uno de los conflictos armados. Hussein, su segundo hijo, también se negó a rendir lealtad al califato en el poder, dejando la Meca para irse a Irak con una decena de familias y simpatizantes. Tras el acto de rebelión del hijo de Ali, el ejército del califato lo persiguió, lo masacró, lo decapitó y abandonó su cuerpo sin enterrar.
Hussein se convirtió en un símbolo de resistencia, y en un modelo para todos aquellos que, a lo largo de los siglos, se levantarían en contra del poder opresivo. Para los chiítas, esta muerte trágica es comparable a la crucifixión de Cristo para los católicos.
Entonces ¿sunitas contra chiítas? Estas dos categorías van a ser muy engañosas, pues se construirán de forma gradual a lo largo de 300 años, y cada una constituye una infinidad de fracciones y disidencias.
Nabil Mouline, también investigadora del EHESS, explica que “en un primer momento, ambas ramas se entremezclan. Y siempre habrá una gran cantidad de porosidad entre ellos. Chiítas significan ‘chi-at Ali’, o sea, ‘los partidarios de Ali’. Pero también había seguidores de otros personajes de la historia como los ‘chiat Othman’ o ‘partidarios de Othman’, el primer Califa.
Entonces nos encontramos más bien frente a una diferencia de empatía por personas más que de doctrinas”, señala la investigadora.
Juego de Tronos
Gran parte del mundo musulmán se encuentra actualmente en crisis. En Siria, una guerra brutal se ha cobrado la vida de más de 300 mil personas, y ha obligado a la mitad de sus 21 millones de habitantes a desplazarse, millones de esos son refugiados que han huido a Europa, una decisión peligrosa en donde muchos mueren ahogados en el mediterráneo, o terminan excluidos y discriminados en un campo de refugiados a las afueras de alguna capital europea.
En Yemen, los rebeldes chiítas se levantaron contra el gobierno sunita y ahora están siendo bombardeados por Arabia Saudita. Estos conflictos se deben a varios factores, el principal, es el antagonismo entre las dos principales ramas del Islam, sunitas y chiítas, o lo que es lo mismo, entre los fundamentalistas y los reformadores.
Es ese antagonismo el que continuará haciendo estragos, acelerando el colapso del orden regional y la inestabilidad en países como Afganistán, Irak y Siria que han permitido la aparición de un tercer elemento aterradoramente desestabilizador: ISIS.