El mundo está en guerra pero no se trata de una guerra entre religiones, declaró ayer el papa Francisco al llegar a Polonia, en su primer viaje al este y centro de Europa, que estuvo repleto de medidas de seguridad tras el asesinato de un cura en Francia.
La muerte del sacerdote en una iglesia en Normandía agravó las tensiones en Cracovia, donde el pontífice inicia una visita de cinco días con motivo del Día Mundial de la Juventud.
Las medidas de seguridad ya eran intensas a raíz de los recientes ataques terroristas en Francia y Alemania. Las autoridades polacas han desplegado decenas de miles de agentes para el evento, que culminará el domingo.
Francisco habló con reporteros a bordo del avión papal que lo llevaba a Polonia. Preguntado sobre el asesinato del cura, respondió: “Es una guerra, no debemos tener miedo de decirlo”.
Pero luego aclaró que se trata de “una guerra de intereses, por dinero, por recursos… no estoy hablando de una guerra entre religiones. Las religiones no quieren guerra. Son los demás los que quieren guerra”.