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El racismo nazi que exterminó a millones de judíos en la Alemania de Hitler es el que ahora buscan prevenir en República Dominicana con una obra teatral.
Es una tarea laboriosa descartar la discriminación en un país donde los documentos oficiales incluyen la raza o color de piel.
Aunque alrededor del 80 por ciento de los 10 millones de habitantes de la nación caribeña son mulatos, los dominicanos se autodefinen en su mayoría como “indios” con “pelo malo”. Unos pocos tienen “pelo bueno” o lacio.
Ocultar el cabello crespo es “la expresión más visible de un discurso discriminatorio que anula una parte de la cultura” del país, explicó a The Associated Press Clara Morel, directora de “Árbol Maravilloso”.
El uso del término “indio” en contraposición con el “negro” surgió como resultado de un sentimiento en contra del vecino Haití generado durante los 22 años de ocupación haitiana según el historiador Emilio Cordero Michel.
División aprendida
Desde la escuela los niños mulatos, que conforman la gran masa popular, “crecen avergonzados de sus rasgos físicos, su color de piel y su tipo de cabello” debido a una larga tradición que niega a esta raza y la disfraza con eufemismos y tratamientos estéticos, dijo Morel.
Las escuelas públicas no permiten desde hace varias décadas que las niñas de cabello crespo lo usen suelto y piden a los varones que se lo corten al ras.
Cuando una escuela prohíbe el cabello suelto a un grupo selecto, “los niños entienden que hay algo malo en sus características”, afirmó Morel.
La discriminación se asocia a la visión de que “los haitianos son los negros y nosotros, los blancos”, consideró Desirée del Rosario, coordinadora académica del centro de estudios de género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas consideró en un informe del 2013 que las “denominaciones ‘indio-claro’ e ‘indio-oscuro’, que aún persisten, no reflejan la realidad étnica” de República Dominicana.
La organización manifestó su preocupación por “la firme negación del Estado” sobre la existencia de separación, pese a frecuentes denuncias y prácticas de la vida cotidiana.
Pero José Ricardo Taveras, director de Migración y uno los representantes del país insistió que no existe racismo, como en Estados Unidos, sino sólo algunos casos aislados.
“Nuestra nación se ha constituido en base a un crisol de razas y riqueza cultural donde la migración ha jugado un papel predominante”, recordó Taveras.
Por su parte, el procurador general Francisco Domínguez anunció sanciones para los centros de diversión que discriminen a los clientes por su color de piel, raza, peinado o vestimenta.
Esto debido a que una joven de doble nacionalidad (estadounidense y dominicana) aseguró que un bar de una exclusiva zona de Santo Domingo le negó el ingreso junto a varios amigos extranjeros por ser mulatos y mestizos.
Que comience la función
Para reducir la discriminación dentro de la república, Clara Morel y Luz Bautista tomaron la iniciativa de contar historias de princesas y héroes en las escuelas de barrios populares con su campaña “A la escuela voy como yo soy”.
El grupo teatral es parte de un movimiento cultural que trata de combatir prejuicios históricos a través del arte y la educación.
Uno de los objetivos de las charlas, canciones y obras teatrales del movimiento “Árbol maravilloso”, es convencer a los profesores de que flexibilicen las reglas orales contra el cabello crespo y que propicien el orgullo hacia la identidad afrodescendiente.
Asimismo buscan combatir el racismo y que los niños sientan orgullo del origen negro de la mayoría de la población dominicana que, pese a sus características mulatas, tiende a describir el cabello crespo como “pelo malo” y a negar su condición.
La condición de República Dominicana es un reflejo de la situación que se vive en el resto de América Latina, que equívocamente piensa que al abolir la esclavitud, descartó la presencia de un racismo que sin duda sigue presente.
Heil Trujillo
Durante la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), quien ordenó en 1937 la ejecución de unos 17 mil inmigrantes haitianos, el término “indio” fue incluido en la cédula de identidad y electoral, recuerda Cordero Michel.