El oscuro camino hacia la libertad
La ceguera no fue impedimento.
El activista chino que logró burlar todo un cerco de arresto domiciliario para alcanzar a la Embajada norteamericana en busca de libertad, es ahora el estandarte de la liberalización en el gigante asiático.
Isaac Stone Fish
La ceguera no fue impedimento.
El activista chino que logró burlar todo un cerco de arresto domiciliario para alcanzar a la Embajada norteamericana en busca de libertad, es ahora el estandarte de la liberalización en el gigante asiático.
Después de semanas de negociaciones entre Estados Unidos y China, está comprobado que el acuerdo que incluía al activista ciego Chen Guangcheng es controversial.
Aparentemente Chen dijo a los reporteros que creía que su esposa sería golpeada hasta la muerte si él permanecía en la Embajada estadounidense en Beijing.
Zeng Jinyan, la esposa del prolífico disidente Hu Jia, dijo a Foreign Policy (FP), “puedo confirmar sin lugar a dudas que he hablado tanto con Chen como con Yuan (esposa de Chen). Yuan me mencionó que se encuentra aterrada.
“Chen dijo que no quería abandonar la embajada pero que lo hizo porque los oficiales lo amenazaron con enviar a su familia de vuelta (a su tierra natal, donde se encontraba en arresto domiciliario de facto)”.
Wang Xuezhen, un activista de Shandong que está en campamento para presionar por la liberación de Chen, dijo a Foreign Policy, “está claro que Chen se siente amenazado gracias al testimonio de varios amigos de él”.
El Secretario de Estado asistente de EU, Kurt Campbell, insistió que Chen dejó la Embajada por decisión propia.
Sin embargo, al ser incapaz de garantizar la protección de Chen o de su familia, el Departamento de Estado demostró el poco grado de compromiso de los Estados Unidos para la defensa de los derechos humanos con un hombre que, para un pequeño grupo de disidentes, activistas e intelectuales, es un ícono de libertad.
Y es que Chen es un héroe para la creciente comunidad de activistas liberales de China.
Foreign Policy platicó con algunos de sus seguidores, cuyas opiniones se ven a menudo perdidas entre el aluvión de informes sobre los esfuerzos diplomáticos para liberar al activista ciego.
“Es una voz moral muy pura en una tierra donde el poder moral es débil”, dijo un periodista de una publicación de Beijing.
“En uno de mis dibujos, él es el hombre del tanque, parado enfrente del tanque. En otro, él parece estar angustiado e impotente, igual como toda la gente que ha intentado ayudarlo”, dice un cartonista creador de la popular serie de bocetos acerca de Chen y la vida moderna china, quien ha pedido permanecer en el anonimato.
“Estoy muy triste al respecto”, dijo otro activista después de enterarse de la salida de Chen de la embajada.
El camino del activista
Nacido en 1971, Chen, quien perdió la vista durante su infancia por la fiebre, estudió acupuntura y masaje, una carrera común para los invidentes en China.
Su primer logro legal llegó cuando hizo posible que sus padres no pagaran ciertos impuestos debido a su discapacidad.
En 2005, armado con acusaciones sobre que los oficiales de la ciudad de Linyi estaban involucrados en esterilizaciones obligatorias y abortos forzados, Chen llevó el caso a la capital del país.
Desde un principio, el miedo a Chen ha sido la respuesta característica del gobierno Chino.
El Partido Comunista ha “querido siempre separar la clase agrícola de los intelectuales,” dijo Chan Koonchung, publicista y autor de “Los años de Fat”, una mirada al futuro de China.
“Ahora la clase agrícola tiene su propio carácter intelectual”.
Autoridades locales, probablemente temerosos de la atención que se le estaba dando, detuvieron a Chen y lo pusieron bajo arresto domiciliario en 2005.
Chen logró su escape consultando a I Ching, un viejo libro chino de clarividencia que, según dice, le ayudó a determinar cuándo sería el momento indicado para escapar.
“No sabemos mucho a cerca de su mundo interior”, dijo un columnista residente en Beijing. “Su historia es muy parecida a un cuento de hadas, está llena de un poder simbólico”.
Oficiales locales lo encontraron en la capital, lo golpearon para después llevarlo de vuelta a Linyi; más tarde en una corte en Beijing fue sentenciado a cuatro años y tres meses de prisión por el crimen de “daño a propiedad y organizar una mafia para alterar el orden”.
El reconocimiento internacional vino en 2005 para Chen después de atraer la atención de los medios. La revista Time lo describió como una de las personas más influyentes de 2006.
Le siguieron premios en Derechos Humanos. Liberado de prisión en 2010, fue puesto bajo arresto domiciliario en su pueblo natal Dongshigu y resguardado por docenas de guardias vestidos de civiles, quienes prohíbían la entrada de forasteros al pueblo.
La historia de un hombre invidente e inocente sufriendo la injusticia se ha esparcido.
“Cuando escuché acerca de él, me sentí de la misma manera que cualquier persona en China con una conciencia sensible,” dijo un poeta de Beijing que también pidió el anonimato.
“Me siento impotente, decepcionado y con ira”.
Algunos ciudadanos chinos han intentado visitar a Chen pero han sido violentamente expulsados por las fuerzas de seguridad que protegen la casa. Cinco discapacitados intentaron visitar a Chen pero fueron atacados por los guardias de la villa.
Inspiración para muchos
A pesar de que se considera un número pequeño, la comunidad de activistas en China sigue creciendo. Son cada vez más las personas que alzan la voz para manifestar su simpatía con el activista
Se dice que Chen y su familia han sido golpeados.
El activista ha dicho que los oficiales han convencido a las autoridades de alto rango en Beijing que él representa la peligrosa unión entre intelectuales urbanos y los campesinos.
Y es que Chen está convertido en un punto de partida para los activistas de su comunidad.
El provocador artista Ai Weiwei seleccionó a Chen para la lista de las “50 personas que van a cambiar el mundo” en 2012.
Prominentes abogados en derechos humanos han adoptado el dibujo de Chen detrás de las rejas en sus avatares de Twitter.
El caricaturista, que se identifica bajo el seudónimo de “Cangrejo Loco,” ha organizado una campaña en línea, recolectando cientos de retratos de hombres, mujeres y niños usando lentes negros, muchos de hechos con letreros que piden la liberación de Chen.
“La primera vez que escuché hablar de él, pensé que era un ‘objeto de sacrificio’ para las campañas de Derechos Humanos”, menciona el caricaturista vía correo electrónico.
“Pero entre más conozco de él, más lo respeto”.
La pequeña comunidad de intelectuales chinos, disidentes y trabajadores de organizaciones no gubernamentales se han enfrentado al problema de que al público en general simplemente “no le importa” el caso de Chen.
Lo anterior lo lamenta un columnista de Beijing, comparando su aislamiento con el de los disidentes de la Europa Oriental y la Unión Soviética.
A otros simplemente no les importa el caso, lo ven como un peón para interferir en Estados Unidos.
Hu Xijin, editor en jefe del tabloide nacionalista Global Times, comentó en Weibo, un servicio de microblogging en China, que “la flexibilidad del gobierno chino” determinará el destino de Chen y que el apoyo de los Estados Unidos es “inútil”.
Los medios estatales casi nunca mencionan a Chen, y su nombre se mantiene censurado en Weibo; presumiblemente por la censura, Hu escribe el nombre de Chen como ChenCG.
Chen también está bloqueado en Yoku, el equivalente a YouTube en China. Una reciente búsqueda ha revelado que solamente se muestran siete resultados para Chen.
Michael Anti, activista de Beijing y becario de Nieman en la Universidad de Harvard, mencionó que “la escapatoria de un ciego de cien personas resguardando su detención para llegar a una embajada en Beijing para su libertad, resulta bastante icónico”.
Pero a final de cuentas impera un destino incierto. El Chen Guangcheng de carne y hueso, ese activista más allá de la leyenda, sigue y seguirá en un constante peligro.
(Con la colaboración de Rachel Beitarie)
Ellos luchan por la libertad
Hu Jia: director de la Asociación Cuatro de Julio para la Herencia y la Cultura ha participado en campañas para la liberación de presos políticos.
Junto con su esposa, se le aplicó arresto domiciliario bajo los cargos de “amenazar la seguridad del Estado”. A pesar de ello, la pareja se mantuvo activa participando en blogs durante el cautiverio. Fue encarcelado en diciembre de 2007 por incitar la subversión a la autoridad estatal y sentenciado a tres años de prisión.
Liu Di: Bajo el seudónimo de “la rata de acero inoxidable”, Liu es una ciberactivista dedicada a denunciar el gobierno chino. Fue encarcelada después de satirizar al Partido Comunista y pedir la liberación de otros ciber-disidentes en 2002. La acompañaban en prisión otras figuras de la disidencia en línea como Wu Yiran y Li Wibin.
Ai Weiwei: Artista, escultor, arquitecto, curador, fotógrafo y crítico, pero sobre todo activista político. Fue nombrado artista consultor durante la construcción del Estadio Nacional de Beijing para las Olimpiadas de 2008, criticando a la vez el evento deportivo por las violaciones del gobierno en materia de Derechos Humanos. Fue arrestado en 2011 después de aparentemente negarse a suscribirse al Partido Comunista Chino.
Se pensaba que Ai era de los pocos activistas intocables. Fue liberado tras pagar una fianza por acusaciones de evasión fiscal.
Wei Jingsheng: Activista que ha pasado 15 años en prisión a causa de elaborar un documento llamado “La Quinta Modernización” que habla de la democracia en China. Liberado en 1993, continuó con el activismo para después ser exiliado y arrestado, condenándolo a otros 14 años de prisión por “conspirar contra el Estado.” Fue liberado después de presentar serios problemas de salud. Ganador también del premio Shakharov a la Libertad de Expresión en 1996, ha recibido numerosos reconocimientos en materia de Derechos Humanos.
Jing Zhao: mejor conocido como Michael Anti, es un periodista y blogger de origen chino quien se enfoca en la libertad de prensa en China. Adquirió fama después de que Microsoft borrara su blog en 2005, dejando al descubierto la colaboración de compañías occidentales en el sistema de censura de China. Ha alertado que la propaganda china empuja al periodismo de su país.