El Papa verde

El Papa Francisco se toma muy en serio su papel de protector de la creación de Dios.

En un evento sin precedentes, el jefe de la Iglesia Católica reunió ayer a alrededor de 60 alcaldes en un evento sobre cambio climático y esclavitud en el Vaticano.

Al evento asistieron políticos de ciudades como París, Nueva York, San Francisco, Sao Paulo y Buenos Aires, pero también líderes de ciudades menos conocidas. 

El Pontífice reiteró lo que había expresado el mes pasado en su encíclica religiosa: el deber moral que tienen los seres humanos para cuidar la naturaleza del mundo, que está sufriendo ante los estragos de la contaminación causada por las personas.

“Es un fenómeno mundial. La gente sufre los efectos de un descuido del ambiente. El mundo rural ya no les da oportunidades. Aunque con mucho respeto, se debe denunciar la idolatría de la tecnocracia”, sentenció. 

“Hay una relación de incidencia mutua, sea del ambiente sobre la persona, sea de la persona en el modo como trata el ambiente; y también, el efecto de rebote contra el hombre cuando el ambiente es maltratado. La ecología es total, es humana”. 

La reunión se da antes de la Cumbre sobre el Clima que la ONU tendrá en París a finales del año con líderes de todo el planeta.

Pero el Santo Padre explicó que convocó a los alcaldes porque considera que son quienes tienen mayor impacto inmediato en las políticas ambientales de su gente.

“El trabajo más serio y profundo se hace de la periferia al centro”, expuso en un discurso que no leyó, “desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad. 

“La Santa Sede o tal país podrán hacer un buen discurso en la ONU, pero si no hay trabajo desde la periferia al centro, no tendrá efecto. Y ahí, en la periferia, es donde está el trabajo de los alcaldes”. 

Denuncia esclavitud

Además de presionar para que los líderes mundiales lleguen a un acuerdo para proteger el planeta, Francisco llamó a los políticos a actuar en contra de las nuevas formas de esclavitud, como la trata y los trabajos forzados.

En el evento trascendió que, en la actualidad, más de 30 millones de personas sufren esclavitud moderna en diversas modalidades, una actividad que genera ganancias de unos 150 mil millones de dólares anuales, informó el sitio Prensa Latina.

“Queremos que los alcaldes se comprometan a acabar con los abusos, la explotación de personas, la trata de seres humanos, el tráfico de órganos y el servilismo doméstico”, dijo al diario El Tiempo el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo.