El regreso de Evo Morales a Bolivia
El triunfo del partido de Morales abre la oportunidad para su retorno al país andino después de casi un año de su exilio, sin embargo, el próximo presidente podría limitar su participación en la vida política de cara la reconstrucción de la democracia
Mara EcheverríaEvo Morales vuelve al ojo de la vida política de Bolivia después de que Luis Arce, quien fuera su secretario de Hacienda, ganara las elecciones generales para la presidencia del país el pasado 20 de octubre.
Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), fue calificado por la oposición como “El delfín”, como una alusión a que era el “candidato de Evo”, sin embargo, el ahora presidente electo ha intentado desmarcarse del expresidente, aunque ha dejado la puerta abierta para su regreso a tierras andinas.
Evo Morales salió de Bolivia el 10 de noviembre tras permanecer en la silla presidencial por casi 14 años y renunciar al cargo en medio de una profunda crisis política, acusado de cometer fraude electoral en los comicios en los que pretendía reelegirse por cuarto periodo consecutivo al frente del país.
Esta situación desencadenó enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morales, quienes fueron partícipes de protestas violentas que dejaron al menos tres muertos y cientos de heridos.
Desde entonces, Bolivia permanecía dividida entre aliados y la oposición, y aunque ahora se espera que pronto se sienten las bases para que el país entre a su nueva vida política, sin embargo, el posible regreso de Evo Morales podría ser controversial ante la fuerte oposición que su figura enfrenta en la nación.
El expresidente, quien vive exiliado en Buenos Aires, Argentina, celebró el triunfo de Luis Arce y manifestó su deseo de regresar a Bolivia para trabajar como agricultor en la zona del trópico de Cochabamba, en donde se ubica su casa.
Durante un encuentro con medios después de que se dieran a conocer los resultados de la elección presidencial, Morales llamó a los diferentes sectores a sellar un pacto para la reconciliación política y dar paso a la reconstrucción del país.
“Tarde o temprano vamos a volver a Bolivia. Eso no se debate. Y si hay tantos procesos, son parte de una guerra sucia, tantas mentiras y no es la primera vez. Entonces, es cuestión de tiempo. Mi gran deseo es volver a Bolivia”, dijo Evo Morales.
En tanto, Luis Arce ha manifestado que el mandatario no tendrá ningún cargo en su gobierno, dado que su partido político busca la llegada de líderes más jóvenes que den nuevo aire a la vida democrática de Bolivia.
Al respecto, la maestra Anna Karla Uribe Escalante, especialista en América Latina, comparte que el nuevo gobierno abrirá la puerta a Evo, pero no permitirá que se involucre en la vida política del país, dado que la ciudadanía votó por un partido en el que sí creen pero sin dar su respaldo a la repetición en la presidencia.
Bolivia sin Evo Morales
El expresidente manifestó que regresaría a Bolivia un día después del triunfo de Arce, y aunque esto no ha ocurrido, un paso en el proceso es la anulación de la orden de detención en su contra por parte del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
El mandatario enfrentaba una orden de arresto por supuestos delitos de terrorismo, la cual se canceló porque vulneraba su derecho a la defensa, de acuerdo con declaraciones del juez Jorge Quino, presidente del Tribunal.
La anulación también fue para el proceso que enfrentaba el exministro de Justicia, Héctor Arce, quien era investigado por el supuesto fraude en las elecciones del año pasado, y que desde 2019 está refugiado en la embajada de Bolivia en México.
Evo Morales como presidente tuvo aciertos. Durante su administración, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia se elevó de nueve mil 500 millones de dólares anuales a 40 mil 800 millones, además redujo la pobreza de 60 a 37 por ciento. También desplegó una estrategia importante de asistencia social que benefició a los pueblos indígenas y a los grupos más desfavorecidos.
Ahora, el país enfrenta el reto de lograr una pacificación y reestructura política y económica, un panorama complejo debido a la emergencia sanitaria, la crisis económica y el aumento de la deuda de 30 por ciento, esto último durante el gobierno interino de Jeanine Áñez Chávez.
Para la especialista de la UNAM, el nuevo gobierno tendrá que desmarcarse del exmandatario, dado que la población está en contra del mando único y la repetición sin fin de su figura en la política boliviana, además que esto será crucial para la reintegración de los diferentes actores políticos dentro del MAS, sobre todo los que se oponían a las políticas de Morales.
“Evo es una persona importante dentro de su partido y dentro del imaginario político boliviano, pero ya la disputa por el poder no es tan clara. Va a tener poder bastante limitado y como es probable que quiera reconciliarse con su partido, tratará de no visibilizarse tanto porque no le conviene a la fuerza política gobernante”, puntualiza Uribe Escalante.