En el partido Republicano serán 595 los delegados que están en juego para los 1,237 que se requieren para la nominación; por el Demócrata, 865 de 2,383
Llegó el primer martes del mes de marzo y con él la siguiente escala para las elecciones primarias que buscan definir al candidato que buscará triunfar en los comicios presidenciales y ser el nuevo habitante de la Casa Blanca.
En este día conocido como el “supermartes” se concentrará toda la atención en las elecciones que se llevarán a cabo en 12 estados del vecino del norte, con la finalidad de elegir a los delegados tanto del partido Demócrata como del Republicano.
Cabe destacar que en esta jornada el tablero de juego resulta determinante ante la cantidad de delegados a las convenciones nacionales de los partidos que se elegirán, lo cual representa el trampolín para impulsarse y asegurar la nominación presidencial o el preludio del fin de una campaña y de todas las aspiraciones e intereses que ésta representa.
Es por ello que el llamado “supermartes” es considerado dentro de la jornada electoral como el día más importante de las nominaciones presidenciales en Estados Unidos, después de la elección presidencial.
Los 12 estados que acudirán a las urnas serán: (Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Samoa Americana, Tennessee, Texas, Vermont) para elegir a sus delegados, mismos que en las convenciones demócratas y republicanas, designarán al candidato que los representará en las próximas elecciones presidenciales.
En el Partido Republicano serán 595 los delegados que estarán en juego para los 1,237 que se requieren para asegurar la nominación.
Y para el Partido Demócrata se elegirán a 865 de los 2,383 delegados que son necesarios para ganar la contienda demócrata.
En el tablero de juegoTras la celebración de las elecciones primarias en Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump han despuntado en estos comicios obteniendo 3 victorias de las 4 posibles hasta el momento.
Ahora Clinton llega al supermartes con un gran empuje después de su triunfo en Carolina del Sur, frente a su gran y único contrincante, el demócrata de corte socialista y senador por Vermont, Bernie Sanders, quién le asestó un duro revés, derrotándola sorpresivamente en New Hampshire. Sin embargo, la ex secretaria de Estado, logró recuperarse con las victorias obtenidas en Iowa y en Nevada.
Hasta el momento Hillary Clinton ya cuenta con 544 delegados a su favor, por 85 de Sanders.
Sin duda, es optimista el panorama que se vislumbra para Hillary Clinton, quien de lograr el día de hoy una nueva victoria, se estará catapultando -pese a la fuerza de la juventud que apoya a Sanders- directamente en la posibilidad de ocupar muy pronto aquel Despacho Oval que hace algunos años fue testigo del mandato de su marido, el expresidente Bill Clinton.
Por el lado de los republicanos, sigue siendo Donald Trump, quien despunta con una amenazante ventaja sobre Ted Cruz y Marco Rubio, quienes deberán obtener importantes números para poder mantenerse en la contienda y ser contrincantes de suficiente peso para no permitir que el avasallante poder de un empresario ambicioso y soberbio llegue a la siguiente fase de la carrera por la presidencia en la potencia del norte.
Y es que las cifras están siendo muy contundentes, poniendo de manifiesto a un Trump con 82 delegados, seguido por Ted Cruz con 17, Marco rubio con 16, John Kasich con 6 y Ben Carson con 4.
En ese sentido, lo que en su momento consideró como una broma de mal gusto, ahora se va definiendo como un poderoso pre candidato que ha puesto a temblar no sólo a sus contrincantes republicanos y demócratas, sino a un país entero que ahora es testigo de una lucha voraz por el poder entre los constitucionalistas que le dieron forma y fondo a lo que hoy representa la primera potencia mundial y aquellos que ahora amenazan esa estabilidad con fuertes intenciones dictatoriales, discriminatorias, xenófobas y conservadoras.
Por lo tanto, es necesario poner toda nuestra atención en un proceso tan definitorio como el “supermartes” que podría convertirse sin lugar a dudas en un martes negro para Estados Unidos, para México y para el mundo entero.
