El viaje histórico de Obama a Cuba
El viaje que hará a Cuba el próximo mes el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, estará cargado de historia, de grandes expectativas, pero también de muchas dudas.
Obama se convertirá en el primer mandatario estadounidense que pisará suelo cubano desde 1928.
Hace casi 90 años el entonces presidente Calvin Coolidge viajó a La Habana para estar en la Conferencia Internacional de Estados Americanos, iniciativa que después se convirtió en la Organización de Estados Americanos, OEA.
César Cepeda
El viaje que hará a Cuba el próximo mes el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, estará cargado de historia, de grandes expectativas, pero también de muchas dudas.
Obama se convertirá en el primer mandatario estadounidense que pisará suelo cubano desde 1928.
Hace casi 90 años el entonces presidente Calvin Coolidge viajó a La Habana para estar en la Conferencia Internacional de Estados Americanos, iniciativa que después se convirtió en la Organización de Estados Americanos, OEA.
El encuentro de marzo entre Obama y Castro, además de su valor histórico, se presenta como una gran oportunidad para que Estados Unidos y Cuba pongan fin a las hostilidades que han marcado las relaciones de ambos países durante medio siglo.
El viaje a La Habana lo anunció el miércoles el presidente Obama por Twitter.
“El próximo mes viajaré a Cuba para avanzar en el progreso y los esfuerzos para mejorar la vida de los cubanos”, escribió @Potus –Obama- en su red social.
La visita del presidente norteamericano será los días 21 y 22 de marzo como parte de una gira latinoamericana. Irá acompañado de su esposa Michelle.
No será tarea fácil
El encuentro de Obama con el presidente cubano, Raúl Castro, sin duda será un gran impulso al intento de restablecer plenamente las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
El presidente norteamericano se reunirá con su homólogo cubano por tercera ocasión: se reunieron en abril del año pasado en Panamá, durante la VII Cumbre de las Américas.
Y otra vez en septiembre en la sede de la ONU, en Nueva York.
Sin embargo, la visita de Obama a Cuba poco ayudará a dejar atrás el pasado si el presidente de Estados Unidos no consigue poner fin al embargo comercial y económico impuesto a Cuba por el gobierno norteamericano desde los años 60.
Estados Unidos y Cuba rompieron relaciones diplomáticas en 1961, luego de que el gobierno americano impuso el bloqueo comercial a la isla en respuesta a las expropiaciones de bienes que decretó el gobierno de Fidel Castro en contra de empresas y ciudadanos de EU.
Desde entonces las relaciones entre ambos países han estado marcadas por las confrontaciones y hostilidades. Uno de los episodios más graves fue la crisis de los misiles, provocada en 1962 por el descubrimiento de bases de misiles nucleares soviéticas en suelo cubano.
El fin del bloqueo no es una misión fácil para Obama, que necesita para la derogación al Congreso de los Estados Unidos, controlado por la mayoría del Partido Republicano.
El embargo está convertido en Ley: por la promulgación de la Cuban Democracy Act de 1992 y de la ley Helms-Burton de 1996.
Es difícil que los republicanos revoquen estas leyes contra Cuba porque los congresistas de este partido han criticado el acercamiento diplomático que ha tenido el gobierno de Obama con el cubano.
Los opositores de Castro
La otra gran duda que hay sobre el viaje de Obama a Cuba es si el presidente norteamericano se reunirá con los opositores del régimen castrista en La Habana.
El día de ayer las organizaciones del exilio cubano en Miami criticaron el viaje que hará el mandatario a La Habana.
“Lamentablemente no va a ir a Cuba a festejar la libertad del pueblo cubano, sino validar la dictadura militar de los Castro”, dijo a EFE Silvia G. Iriondo, presidenta de Madres y Mujeres contra la Represión.
Según el viceasesor de la Casa Blanca en Seguridad Nacional, Ben Rhodes, la visita a Cuba de Obama no significa que Estados Unidos dejará de presionar al gobierno cubano por la defensa de los derechos humanos y libertad de expresión.
“Seguimos oponiéndonos y criticando las restricciones a derechos como la libertad de expresión y de reunión en Cuba”, escribe Rhodes.
“Aunque no intentamos imponer cambios a Cuba, creemos firmemente que Cuba se beneficiará cuando su gente pueda ejercer sus derechos universales. Obama ha hablado de ello en sus discusiones con el presidente Castro y seguirá haciéndolo”.
Otro tema pendiente entre Estados Unidos y Cuba es la devolución de la bahía de Guantámano, donde el gobierno norteamericano tiene operando una base militar desde el siglo pasado.
El año pasado –después de medio siglo- se normalizaron las relaciones entre La Habana y la Casa Blanca.
Después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, John Kerry, secretario de Estado, viajó el año pasado a la isla para formalizar el acercamiento.
Kerry llegó a la ceremonia de izada de la bandera norteamericana en la Embajada de Estados Unidos, que por cierto sigue sin tener embajador.