El vuelo de los migrantes
Estados Unidos sigue luchando por revertir la crisis de 2008, la cual aumentó el desempleo y causó una gran desaceleración económica.
Sin embargo, una de sus mejores medicinas está en las comunidades que llegaron en busca del sueño americano: los migrantes.
Un estudio de la Asociación para una Nueva Economía Americana (PNAE, por sus siglas en inglés) reveló que los migrantes han impulsado enormemente la creación de empleos, el aumento en el ingreso del país y se han convertido en los más emprendedores.
Jorge Mireles
Estados Unidos sigue luchando por revertir la crisis de 2008, la cual aumentó el desempleo y causó una gran desaceleración económica.
Sin embargo, una de sus mejores medicinas está en las comunidades que llegaron en busca del sueño americano: los migrantes.
Un estudio de la Asociación para una Nueva Economía Americana (PNAE, por sus siglas en inglés) reveló que los migrantes han impulsado enormemente la creación de empleos, el aumento en el ingreso del país y se han convertido en los más emprendedores.
En su reciente trabajo “Abiertos al negocio: Cómo los inmigrantes están desarrollando la creación de pequeños negocios”, la PNAE reveló que cada vez son menos propensos a crear negocios los nativos de Estados Unidos.
Las comunidades provenientes de diversos países como México, China y Cuba han demostrado desde hace años que se han convertido en los principales impulsores de la nueva empresa en la Unión Americana.
Como muestra de esto, uno de cada 4 negocios creados en 2011 son de inmigrantes, el equivalente al 28 por ciento del total.
Si analizamos este rubro, nos encontramos con que la tendencia ha ido a la alza en la última década.
Y es que en 2000, la población inmigrante era el 11.1 por ciento del total de los habitantes de EU, siendo dueños del 12 por ciento de las empresas norteamericanas.
Para 2010, la cantidad de migrantes había aumentado sólo 1.8 por ciento (12.9 en total) pero poseían ya 20 por ciento de todas las empresas de Estados Unidos.
Actualmente, los negocios de las comunidades venidas de otros países dan empleo a uno de cada 10 trabajadores.
Y aunque por lo general son negocios pequeños, agregan la cantidad de 775 mil millones de dólares al año al PIB de Estados Unidos.
Migrantes arriba
Para una economía en recuperación y con altos niveles de desempleo, es esencial la generación de nuevas empresas.
Esto lo dice una estadística brindada por la Fundación Kauffman que, de acuerdo a datos de la Oficina del Censo de negocios de los últimos 30 años, 3 millones de nuevos empleos al año han sido creados por empresas jóvenes.
El año pasado, el índice de creación de nuevos negocios para los nativos norteamericanos era de 227 nuevas empresas por cada 100 mil habitantes.
En este campo, las comunidades extranjeras superan por el doble a los nacidos en Estados Unidos, creando 550 empresas por cada 100 mil habitantes.
Durante los últimos 25 años, el PIB, las exportaciones y la creación de empleos han ido de la mano, si uno cae o sube, los demás también lo harán.
Las firmas de inmigrantes ayudan en el comercio exterior, pues exportan 60 por ciento más que los negocios privados de los nacidos en EU.
El 31.1 por ciento del total de las empresas de migrantes venden al exterior entre el 50 y el 99 por ciento de sus ventas.
Esto ha sido en parte a que estas firmas fundadas por extranjeros cuentan con redes preestablecidas en sus países de procedencia, así como una comprensión más clara de otros mercados locales, el lenguaje y su cultura.
En cuanto a los ingresos, el resultado también ha sido positivo.
Mientras que en el 2000, los ingresos de este tipo de empresas era de 67 mil millones de dólares, para 2010 tuvo un crecimiento del 60 por ciento llegando a más de 110 mil millones de dólares al año.
Pequeñas empresas, grandes logros
A pesar que la nómina de los negocios de los inmigrantes en Estados Unidos tiende a ser menor en contraste con aquellas de los nativos norteamericanos, su impacto es significativo.
En promedio, los negocios de los expatriados han pagado 126 mil millones de dólares en impuestos al año.
Un caso de éxito de los muchos que hay es el de Tashitaa Tufaa, que a los 24 años de edad abandonó Etiopía para buscar mejor suerte en Estados Unidos.
Después de diversos trabajos, inició un negocio de transportes donde el único empleado era él.
Ocho años más tarde, la compañía que comenzó con un taxi prestado es ahora una firma que tiene ganancias de hasta 8 millones de dólares anuales.
También está Sergio Bermúdez, fundador de la cadena comercial El Mezquite, en Nuevo México, quien emigró a Estados Unidos a finales de 1980.
Bermúdez abandonó México junto con sus cinco hijos.
En 1998 vendió el auto de la familia y pidió dinero prestado a familiares para comprar un pequeño terreno en Albuqerque.
Y así, lo que comenzó como un pequeño negocio de carnes en Nuevo México es ahora una de las empresas preferidas por la comunidad latina, expandiéndose a tener 40 mil clientes por semana y darle empleo a 220 personas.
Mexicanos al grito de ventas
Y si hay una comunidad migrante que resalte por sus logros y por su aportación a la economía de Estados Unidos, esa es la mexicana.
Los mexicanos que emigraron al estado vecino del norte llevan la delantera en la creación de nuevos negocios.
Según estadísticas, 50 mil nuevas empresas son creadas al mes por connacionales, siendo los dueños de 570 mil firmas en Estados Unidos.
Uno de cada 25 negocios norteamericanos fueron fundados por emprendedores de México.
Estos son quienes más contribuyen al ingreso de Estados Unidos, aportando 17 mil millones de dólares al año, el 2.1 por ciento del ingreso total de todos los negocios.
Detrás de ellos hay muchas otras comunidades latinas, mediorientales, europeas y asiáticas.
Más del 20 por ciento de los coreanos, iraníes, brasileños e italianos que viven en Estados Unidos tienen negocio propio.
El espíritu emprendedor del migrante ha hecho posible que 22 millones de trabajadores tengan empleos en el país norteamericano.
En total, aquellos que llegaron para fundar una empresa en Estados Unidos brindan una oportunidad de trabajo al 16.25 por ciento del total de la fuerza laboral.
Esta es una muestra que el “sueño americano” no solo beneficia a quienes abandonaron su país para conseguir una mejor vida, porque además sustenta a una de las economías más fuertes del mundo.