El WSJ quiere otro Pinochet

"Los egipcios tendrán suerte si sus nuevos generales gobernantes terminan por encajar en el molde del chileno Augusto Pinochet, quien tomó el poder en medio del caos, pero se rodeó de reformistas de libre mercado y dirigió una transición hacia la democracia. Si el general simplemente intenta restaurar el viejo orden de Mubarak, sufrirá el mismo destino que Morsi”, señalaba el editorial de The Wall Street Journal  del viernes pasado.

Sandra de Miguel Sanz Sandra de Miguel Sanz Publicado el
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La dictadura chilena violó sistemáticamente los derechos humanos. Hubo cerca de 3 mil ejecuciones

“Los egipcios tendrán suerte si sus nuevos generales gobernantes terminan por encajar en el molde del chileno Augusto Pinochet, quien tomó el poder en medio del caos, pero se rodeó de reformistas de libre mercado y dirigió una transición hacia la democracia. Si el general simplemente intenta restaurar el viejo orden de Mubarak, sufrirá el mismo destino que Morsi”, señalaba el editorial de The Wall Street Journal  del viernes pasado.

Una declaración que no toma en cuenta a las 28 mil 259 víctimas de prisión política y tortura, a los 2 mil 298 ejecutados ni a los mil 209 detenidos desaparecidos durante la dictadura chilena; que no hace más que echar leña al fuego a la compleja situación egipcia y que hace que sea aún más difícil de creer que EU no tomó ni está tomando partido en los acontecimientos del país.

¿De Guatemala a Guatepeor? Esa es la situación que parece estarse viviendo en Egipto tras el golpe de Estado.

Los que no estaban contentos con el giro autoritario  que estaba dando el gobierno de Morsi desde que el año pasado intentara aprobar un decreto para blindarse de una posible revocación del poder judicial, acaban de ver de nuevo frustradas sus esperanzas después de que el gobierno interino tutelado por los militares nombrara como presidente al juez Adli Mansur, quien antes de pasar a ocupar este cargo, según reportó El País, emitió un decreto por el que se atribuía la capacidad de aprobar leyes por vía ejecutiva, de dictar política presupuestaria y de declarar el estado de emergencia. 

La situación no podría estar más tensa. El lunes, 51 islamistas seguidores de Morsi fueron asesinados frente al cuartel de la Guardia Republicana durante un rezo. Los heridos culpan al ejército de cometer la masacre y ahora sólo ansían convertirse en mártires.

Y, entre tanto, EU no llama al golpe de Estado por su nombre para no suspender la ayuda que entrega al ejército de ese país desde el año 1979.

 

 

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