California es el tercer estado más importante de Estados Unidos por su tamaño, y el primero en términos de PIB.
Ahí, más del 60 por ciento de los votantes –incluso más del 85 por ciento en San Francisco– apoyaron a Hillary Clinton. Por eso, tras la victoria de Donald Trump resurgieron los movimiento independentistas en ese estado.
Ahora, los californianos lanzaron una iniciativa que promueve la separación política de Estados Unidos y que busca llevar el tema hasta el referéndum, igual que lo hizo el Reino Unido con el “Brexit”.
Con el apoyo de figuras de Silicon Valley, el “Calexit” podría entrar en las boletas de votación del 2019.
Para este estado históricamente demócrata, y que votó mayoritariamente por Clinton, la idea de un Brexit a la californiana, o “Calexit”, está encendiendo el debate en las redes sociales, en donde ya circula una iniciativa para llevar a las boletas electorales del 2019 un referendo de separación.
Al estilo Brexit
En un momento en que los británicos negocian los términos de su Brexit y que tiene como objetivo distanciarse de las normas de la Unión Europea, para California, fomentar la inmigración es una oportunidad de conseguir más acuerdos comerciales.
El estado depende de entre un 25 a un 40 por ciento de la inversión extranjera, asegura Marcus Evans Ruiz, vicepresidente del movimiento “Sí California”, que aboga por la independencia del estado dorado.
Además, esta iniciativa no surge de manera gratuita y más bien se inscribe a una oleada de movimientos soberanos que han sido potencializados por el Brexit, por el movimiento separatista catalán y por la lucha de los nacionalistas escoceses, que pueden ser tomados como un modelo.
En ese sentido, según el FMI, California es el equivalente a la sexta potencia mundial, después del Reino Unido y por delante de Francia; y con 40 millones de habitantes, un referendo de independencia realmente podría cambiar las reglas del juego.
Repudio a Donald Trump
En marzo de este año, el gobernador de California, Jerry Brown bromeó con la idea de una presidencia de Donald Trump anunciando que “construiría un muro para proteger al estado de la corriente política del candidato”.
“Si Trump es elegido tendremos que construir un muro alrededor de California para defendernos del resto del país”, bromeó Brown, añadiendo: “aunque a nosotros no nos gustan los muros, preferimos construir puentes”.
Brown ha sido un gran defensor de la revisión del sistema de inmigración, e incluso se le han concedido derechos adicionales a los inmigrantes indocumentados residiendo en su estado.
“Algunos de estos ancianos blancos del gobierno deberían de reconocer que el sistema de pensiones colapsaría si no tuviéramos un montón de gente joven viniendo a este país a trabajar y especialmente a este estado”.
El inversor de capital de riesgo y co-fundador de Hyperloop, Shervin Pishevar, aseguró estar dispuesto “a ayudar a California a separarse de Estados Unidos para superar la presidencia de Donald Trump”.
Pishevar, que ha invertido en empresas como Uber, Airbnb o Tumblr, tuiteó el martes por la noche, tras el resultado de las elecciones, que pronto anunciaría una “financiación y campaña legítima para que California pudiera convertirse en su propia nación”.
Y aseguró a CNBC que no solo iba muy en serio con su propuesta, sino que incluso ya tenía un nombre para el nuevo órgano soberano.
“Es lo más patriótico que puedo hacer”, comentó el empresario. “El país está en una encrucijada grave… se podría llamar New California”.
¿Un estado de la Unión puede separarse?
La respuesta es No, como ya lo demostró la Guerra Civil. Como publicó The Washington Post: “el Congreso simplemente no los permitiría por muchas razones”.
“No hay ningún mecanismo para que el Congreso simplemente diga ‘Sí, ya está, pueden irse’. Una vez que se está dentro de la Unión, se está dentro”.
No obstante, si la perspectiva de una secesión sigue siendo hasta el momento ilusoria, ilustra muy bien la decepción que sienten millones de californianos que desde el anuncio del resultado de las elecciones, marcharon en multitudes conformadas principalmente por estudiantes e hispanos, a manifestarse en las calles de Los Ángeles, San Francisco, Berkeley, y otros lugares, con gritos de “Trump no es mi presidente”.
Conocida por su liberalismo, California está a la vanguardia de la lucha por la ecología, en contra de las armas de fuego, a favor de los derechos de los homosexuales, las mujeres, las minorías, y además acaba de legalizar la mariguana para su uso terapéutico y recreativo.
Pero además está poblada predominantemente por hispanos e inmigrantes de todo el mundo que se sienten atraídos por su industria del entretenimiento en Hollywood y por las nuevas tecnologías de Silicon Valley, por lo que el mundo que les ofrece Donald Trump –uno poblado por blancos que votaron atraídos por una campaña contra la inmigración, pro-armas y negados el cambio climático–, resulta abismalmente lejano al que se vive en California.
Potencia por sí sola
Siendo el motor económico de la nación y el proveedor de un amplio porcentaje del presupuesto federal, además de sus 53 representantes en la Cámara de Representantes del Congreso – que le conceden un considerable poder de influencia en Washington–, California es la sexta economía más grande del mundo.
La idea de un “Calexit” sería prevista para la primavera del 2019, año en el que los californianos podrían acudir a las urnas en una histórica votación por un referéndum para decidir si California debería salir de la Unión.
Este referéndum se podría proponer como una iniciativa ciudadana para la boleta de votación del 2018 y, de aprobarse, podría llamar a una elección extraordinaria para votar a favor o en contra de la independencia de California.