En EU crece polémica por separación de padres e hijos indocumentados
Hasta la fecha, no se tiene certeza sobre el número exacto de familias que han sido separadas —las cifras van desde 500 a mil 800—, pero en la prensa estadounidense abundan los testimonios de migrantes indocumentados que fueron separados de sus hijos
Imelda GarcíaDía con día crece la polémica en Estados Unidos sobre la decisión del gobierno del presidente Donald Trump de separar a los niños de sus familias cuando son aprehendidos al cruzar la frontera como indocumentados.
Ayer, en al menos 60 ciudades de la Unión Americana se llevaron a cabo manifestaciones para pedir el cese de esta política de separación de familias bajo el lema “Keep Families Together” (Mantengamos Unidas a las Familias).
Las protestas fueron convocadas por la organización Familias Unidas, No Divididas y en ellas se pidió dar marcha atrás a la política del gobierno estadounidense.
El 7 de mayo pasado, Jeff Sessions, fiscal general de los Estados Unidos, declaró que todas las familias que entren ilegalmente a territorio estadounidense serán separadas.
“No queremos separar familias, pero no queremos que las familias vengan a la frontera ilegalmente (…) si contrabandea indocumentados por nuestra frontera, le procesaremos; si contrabandea un niño, le procesaremos, y el niño será separado de usted como lo requiere la ley”, dijo Sessions en un anuncio oficial.
Hasta la fecha, no se tiene certeza sobre el número exacto de familias que han sido separadas —las cifras van desde 500 a mil 800—, pero en la prensa estadounidense abundan los testimonios de migrantes indocumentados que fueron separados de sus hijos y a los que no se les dan datos sobre cuándo y dónde les serán devueltos.
Según la cadena CNN, los menores de edad son llevados a hogares de acogida o a albergues y espacios habilitados como tales; el más grande de ellos está en la ciudad de Brownsville, en Texas, donde un inmueble que era ocupado por una tienda Walmart fue acondicionado para recibir a alrededor de mil 500 niños.mi
El asunto subió de tono en los medios estadounidenses a finales de mayo, cuando el diario The New York Times denunció que se desconocía el paradero de alrededor de mil 500 menores de edad que habían sido retenidos por el gobierno estadounidense.
Frente a los cuestionamientos de organizaciones civiles, iglesias y ciudadanos, Jeff Sessions citó ayer la Biblia para defender las acciones del gobierno norteamericano.
“Te citaría al Apóstol Pablo y su claro y sabio mandamiento en Romanos 13 de obedecer las leyes del Gobierno porque Dios ha ordenado el gobierno para sus propósitos.
“Los procesos ordenados y legales son buenos en sí mismos. La aplicación consistente y justa de la ley es una cosa buena y moral que protege a los débiles y protege lo lícito. Nuestras políticas, que pueden resultar en
separación de familias en el corto plazo, no son inusuales o injustificadas”, dijo Sessions.
Reporteros cuestionaron ayer a la vocera del presidente Donald Trump, Sarah Sanders, sobre las declaraciones del fiscal estadounidense y el uso de la Biblia para justificar el asunto, a lo que ella respondió que es una actitud bíblica asegurarse que la ley se cumpla.
¿Y México qué ha hecho?
En México, el tema ha pasado casi desapercibido en los medios de comunicación y fue hasta este jueves que el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, se pronunció sobre el asunto.
En una declaración hecha en la Ciudad del Vaticano, donde tuvo lugar un encuentro bilateral sobre migración internacional, Videgaray se dijo preocupado por la política del gobierno estadounidense de separar a las familias mexicanas.
“Nos preocupan y nos ocupan las políticas y expresiones antiinmigrantes que hoy emanan desde Washington. Reconocemos plenamente el derecho que un país como Estados Unidos tiene, como nación soberana, a definir sus propias reglas, sus leyes y sus políticas migratorias. Pero este derecho soberano no puede estar por encima de los derechos humanos ni de la dignidad de las personas”, afirmó el canciller.
Videgaray aseguró que el gobierno mexicano despliega “todas sus capacidades” para ayudar a los migrantes mexicanos en Estados Unidos.