En guerra por el agua

Como si fuese una película distópica, la sequía de California llama la atención mundial.

Nudistas de Silicon Valley que desvían el curso de una cascada, delincuentes que robaron una pipa de 500 galones de la Marina en Oakland, obreros que tomaron más de 2 mil 500 litros de un hidrante o boca de incendios cerca de San Francisco. 

Después de cuatro años de escasez, la entidad más poblada de Estados Unidos (EU) está presenciando crímenes de robo de agua y ciudadanos que protestan en contra del recorte gubernamental del líquido.

Este tipo de delitos, que también involucran la “ordeña” de tuberías de agua, son cada vez más comunes en California, lo que ya provocó alarma en otras naciones.

“Las autoridades californianas no conocen más que lo puede ser una probadita de lo que otros países industrializados podrían vivir de manera inminente ante el cambio climático: la guerra por el agua”, publicó el medio suizo Blue Win. 

El Gobierno de California desea reducir el consumo urbano de agua en un 25 por ciento y hasta en 36 por ciento en ciertos condados.

Esto también representa un golpe para la agricultura, que consume el 80 por ciento del agua del Estado.

El problema, reporta el diario francés Le Monde, es que los ricos despilfarran el recurso vital al utilizar el 50 por ciento del agua de uso privado para regar el césped.

Además, se han detectado casos en los que particulares roban agua para irrigar plantíos ilegales de marihuana. 

Familias desesparadas

En una entidad con 40 millones de personas, los recortes al líquido vital golpean con fuerza a las familias numerosas, que tienen que disminuir su consumo en 70 por ciento o ver el costo de su recibo de agua triplicarse, informó The L. A. Times. 

“Estamos tratando de resolver cómo podemos hacer esto y quién le va a decir a los niños que sólo pueden usar el baño lunes y viernes”, dijo Andrew Chadd, cuya familia se compone de siete integrantes. 

Pero los funcionarios argumentaron al diario angelino que no hay alternativa y que no es posible pedirle a unos usuarios consumir 10 por ciento menos y a otros 50 por ciento menos.

“El agua se está volviendo más escasa con la sequía, y cuando tienes un producto escaso, se va a volver más costoso”, indicó Gary Hildebrand subdirector del departamento de servicios públicos del Condado de Los Ángeles.  

La desesperación de los consumidores es tal, que incluso roban agua de sus vecinos cuando no están o instalan artefactos para “colgarse” de las tuberías de la ciudad, afirmó John Coleman, del Consejo Municipal de Utilidades de East Bay.

“La sequía está incrementando los precios del agua y estás empezando a ver a personas desesperadas que están dispuestas a conseguirla a como dé lugar”, declaró a The Daily Beast. 

Incluso, los ladrones han hurtado el líquido de centros de apoyo a víctimas de la sequía, como del Consejo de Coordinación del Área de Porterville, de donde tomaron botellas de agua y una pipa.

“Tenemos niños que no se pueden lavar los dientes en las mañanas, que no pueden jalarle al baño, que ni siquiera pueden darse un baño porque no hay agua en la casa. Es triste”, expuso al Porterville Recorder Eva Beltran, directora del centro. 

Daño irreversible

Los científicos advierten de que no sólo los humanos están sufriendo las consecuencias, sino que la vida silvestre atraviesa una transformación drástica.

El Servicio Forestal de EU estima que han muerto al menos 12.5 millones de árboles, lo que ha provocado que muchos animales abandonen el Estado.

Aun así, algunos se mantienen optimistas. 

“Estamos en un periodo de espera. Tenemos esperanza de que haya un ciclo normal de lluvia. Hay una cosa segura: el clima de California siempre ha sido cambiante”, manifestó a Time Jason Holley, del Departamento de Pesca y Vida Silvestre.