Hoy termina el encuentro entre el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y su par Andrés Manuel López Obrador, una reunión que ha teniendo como resultado una relación mucho más estrecha y compartida.
Hasta ahora, y a punto de finalizar los últimos eventos agendados, tanto el jefe de Estado mexicano como su homólogo, han expuesto el gran compromiso que tiene el uno con el otro, pero principalmente, para el bien de América Latina.
Según ha destacado Alberto Fernández, el que México y Argentina vayan a encarar un futuro en común y que eso ayude a Latinoamérica, es una obligación de ambos, sobre todo por el apoyo bilateral que hay en cuanto al desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Ante esto, el internacionalista Nayar López Castellanos, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, distingue que esta visita termina de consolidar una alianza que ya se había dado a nivel del discurso, tomando en cuenta la colaboración a distancia que hubo entre ellos en los últimos meses.
Es decir, mientras el presidente López Obrador intervino entre Alberto Fernández y el titular del Fondo de Inversiones BlackRock para conciliar un acuerdo de la deuda argentina, el jefe de Estado sur le dio una mano para recibir por parte de Rusia las vacunas Sputnik-V.
“Algunos le llaman la segunda ola de gobiernos progresistas. Yo diría que es la continuidad de gobiernos que han existido en la región durante los últimos 20 años, pero con posiciones más moderadas en ambos casos”, asume López Castellanos sobre la relación entre los mandatarios.
Por otra parte, el también especialista en Latinoamérica afirma que esta alianza o cercanía le podría dar a México la oportunidad de dar un giro importante y voltear más hacia el marco sur, haciendo que se retire un poco de la gran dependencia que tiene con Estados Unidos.
Y aunque no se trata de alejarse por completo del país norte, sí de revalorar las formas de relación política, económica y comercial que podría tener con otros Estados como Argentina.
“Ojalá que esto se exprese y se catapulte en un mayor acercamiento de México hacia el sur, hacia el resto de los países de América Latina y el Caribe que por naturaleza tendrían mayor indentidad y facilidad de compartir experiencias de diferente tipo, como económico, comercial, diplomático; gobiernos similares al de Fernández”, señala el catedrático.
Asimismo, el internacionalista Andrés Camino, profesor de la Universidad La Salle, agrega que el encuentro México-Argentina también podría tratar de establecer algún tipo de contrapeso frente a Brasil, cuyo referente geopolítico, económico, poblacional, etcétera, supera al de los dos países juntos.
Desde esa perspectiva, el académico considera que a través de una agenda latinoamericana y un acercamiento, México y Argentina estarán tratando de tomar un liderazgo en la región, compitiendo así con el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Una relación sin igual
Antes de el arribo del presidente Alberto Fernández a México, ningún otro mandatario argentino había visitado a su homólogo mexicano en más de una década, principalmente debido a las ideologías políticas de los jefes de Estado.
Mauricio Macri, por ejemplo, aunque no tenía una relación negativa con el gobierno federal mexicano, su postura no empataba tanto, sobre todo porque el argentino estaba más enfocado en buscar un posicionamiento internacional con los intereses de Estados Unidos y las potencias europeas.
Así entonces, se espera que, como el presidente Alberto, quien además provechó este viaje para relacionarse y estrechar relación con empresarios mexicanos, más representantes extranjeros visiten México.
Ante esto, al internacionalista de la Universidad La Salle comparte que sin duda seguirán presentándose este tipo de visitas, pero tal vez de manera menos frecuente por dos motivos: la circunstancia actual de la pandemia, y la posición del gobierno mexicano.
“Interpreto que puede haber un acercamiento con algunos países asiáticos que pudieran tener intereses económicos con nuestro país; sin embargo, no podemos tener tampoco una actividad diplomática muy intensa por el perfil del gobierno actual, el cual ha privilegiado en muchos momentos la política interna sobre la internacional”, puntualiza al especialista.