Entre la esperanza y el hastío
Pepe Oropesa Rodríguez, de 26 años, es licenciado en Periodismo y fotoperiodismo por la Universidad de Sevilla y ahora está cursando Sociología y Ciencias Políticas.
Visitó por primera vez los campamentos de refugiados en 2006, con 20 años, y actualmente colabora con AFAPREDESA (Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis) en la realización de un documental de denuncia de la situación de desaparecidos saharauis desde una visión interna contada por los afectados.
Sandra de Miguel SanzPepe Oropesa Rodríguez, de 26 años, es licenciado en Periodismo y fotoperiodismo por la Universidad de Sevilla y ahora está cursando Sociología y Ciencias Políticas.
Visitó por primera vez los campamentos de refugiados en 2006, con 20 años, y actualmente colabora con AFAPREDESA (Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis) en la realización de un documental de denuncia de la situación de desaparecidos saharauis desde una visión interna contada por los afectados.
El 28 de julio de 2012 rechazó ser repatriado de los campamentos de refugiados saharauis por el gobierno de España por no estar de acuerdo con las razones dadas por éste para considerar la zona como insegura.
En entrevista realizada por correo electrónico con Reporte Indigo, Pepe nos contó su experiencia en el Sahara Occidental y nos expuso sus puntos de vista sobre el conflicto.
> Has participado en varios proyectos que tratan de ayudar a los saharauis y conoces la situación de primera mano. ¿Cómo fue tu experiencia?
Con 20 años, en el 2006, visito por primera vez los campamentos y decido repetir en 2008. Estos viajes son de sensibilización y de conocimiento de la realidad sobre el terreno.
A partir de esta segunda visita llego a la conclusión de que hay dos ámbitos en los que quiero centrar mi ayuda: el de los jóvenes de entre 16 y 25 años que han decidido quedarse en los campamentos y no emigrar pero no tienen un futuro claro y el de la defensa de los derechos humanos.
Con esto, AFAPREDESA me da la oportunidad de ir a los campamentos en febrero de este año para colaborar por 3 meses enseñando castellano a miembros de la asociación -que por venir de zonas ocupadas por Marruecos no dominan dicho idioma (segunda lengua en los campamentos)- y ayudando en la elaboración de un documental sobre las desapariciones forzadas de saharauis a manos de Marruecos. En mayo finalicé mi voluntariado pero decidí prolongar mi estancia otros 3 meses para continuar con la película. La experiencia de todos los viajes ha cambiado mi vida.
> ¿Cuáles crees que han sido los principales errores por parte de España?
Los errores de España son muy variados. Si “perdonamos” el más grave, el de haber hecho una mala descolonización poniendo como excusa la situación de España en noviembre del 75 por la agonía del dictador Franco, podemos catalogar de grandes errores el no haber solucionado ese hecho y el no haber ejercido sus obligaciones como potencia administradora.
Otro aspecto que considero un error es el de haber politizado este problema y no haberlo tratado como una cuestión de Estado. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español), por ejemplo, dijo en 1976 que la lucha saharaui sería la suya y colocó este problema en el ideario de la izquierda española para después dejarlo de lado.
> ¿Y de la comunidad internacional?
En cuanto a esta, su mayores errores han sido el de no haber llevado a la práctica sus disposiciones teóricas –que daban la razón al pueblo saharaui sobre la autodeterminación– y el de no presionar más a Marruecos para que respete los derechos humanos en el Sáhara.
> ¿Tienes alguna expectativa sobre la reciente visita del enviado especial de la ONU, Christopher Ross, al Sáhara Occidental? ¿Crees que se pueda encontrar una solución a corto plazo?
Mis expectativas personales y mis dudas son las mismas que las de los saharauis. La persona más indicada para tomar cartas en el asunto es Cristopher Ross, pero albergaré mis dudas hasta que no se elabore un informe tras la visita, pues después de 37 años y muchos encuentros, no se ha logrado avanzar nada.
Creo que las soluciones aportadas por las partes están claras. Si la pregunta es si a corto o medio plazo algunas de estas se llevarán a cabo, creo que no. Principalmente por lo que llaman “empate infinito” y que se produciría aún en el caso de que se realizara el referéndum si ninguna de las partes aceptara la victoria del contrario.
Esto no significa que sea totalmente pesimista. Cada vez hay más gente concienciada y la presión sobre la comunidad internacional aumenta. Además, se ha instalado como un asunto a tratar de forma permanente en la ONU y eso, junto con la red de apoyo a los saharauis, impide olvidarse de ello.
> ¿Cuáles crees que serían las vías más adecuadas para que el pueblo saharaui pueda decidir su destino?
Actualmente no creo que hubiese otra vía posible que la autodeterminación del pueblo saharaui y que puedan expresar lo que quieren ser.
Lo que no puedo negar es que aún hay sectores que piensan o consideran como opción la vuelta a las armas para conseguirlo. Tal vez no sea la mejor elección y probablemente significara la muerte de muchos saharauis, pero ellos tienen claro que irían todos a una.