Como un rompecabezas destruido, Nicolás Maduro trata de unir de nuevo las piezas que había logrado establecer el comandante Hugo Chávez durante sus 14 años de poder.
El país no ha logrado recuperarse de las protestas callejeras en contra del Gobierno, y la economía y el resto de los sistemas de la nación sudamericana lo reflejan.
Incluso, los mismos miembros del chavismo se han dado cuenta del escaso liderazgo de Maduro y la mala administración que ha tenido el Gobierno.
Hace unas semanas, el exvicepresidente de Planificación, Jorge Giordani, acusó al mandatario de no trasmitir liderazgo, de dar una sensación de vacío de poder y de tomar decisiones equivocadas en materia económica.
De igual manera, Yoel Acosta Chirinos, uno de los fundadores del movimiento MBR-200, del que surgió el expresidente Chávez, declaró el pasado lunes que “la renuncia de Maduro y sus ministros es inevitable; más tiempo es un sacrificio inútil”.
Incluso, hizo un llamado a sus antiguos compañeros de las Fuerzas Armadas a “asumir su misión histórica de salvar la democracia”.
Ambas declaraciones, cercanas a Maduro, se prestaron para crear una cadena de ataques y contraataques entre los miembros de las filas chavistas.
A esto, el mandatario reaccionó y pidió “pasar la página”.
“Ya dijimos todo lo que nos teníamos que decir, listo, ahora la mano está extendida y el brazo listo para dárselo a todos los compañeros”, afirmó.
Pero así como intentó calmar las aguas, aseguró que reestructurará en las próximas semanas todo el Gobierno.
“Vamos a revisar todo, ministerios, vicepresidentas, niveles de ejecución de proyectos, presupuestos, entre otros”.
Hizo también un llamado a la unidad a la vez que dio inicio a su plan de una “revolución dentro de la revolución”.
Ni tan líder
El mismo liderazgo que tenía el excomandante Chávez con las Fuerzas Armadas, no es el mismo del que goza Maduro.
Esto se ha convertido en un punto débil de mandatario, quien ha anunciado en varias ocasiones su temor a un golpe de Estado.
El presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, Francine Jácome, asegura que es una relación de dependencia. Y que el presidente realiza visitas periódicas a la comandancia para construir una imagen de apoyo.
Pero sus problemas no están cerca de terminarse.
“Es urgente que el presidente, más allá del costo político que pudieran implicar, tome medidas para aliviar estos problemas (económicos)”, indicó Vladimir Villegas el pasado 1 de julio en El Nacional.