Muchos temían el actual panorama del país con la vuelta al poder del Partido Popular, una formación política de derechas, cuyo origen se encuentra en Alianza Popular, un partido conservador fundado en la denominada Transición por exministros franquistas.
Sin embargo, las reformas, homenajes y formas de actuar de la formación están superando los peores temores.
En cuanto a la reforma educativa, que sigue adelante a pesar del amplio rechazo social demostrado en las calles, hay tres puntos clave que han hecho poner a sus opositores el grito en el cielo.
En primer lugar, que la asignatura de religión (católica) contará como cualquier otra para hacer la nota media de los estudiantes y también a la hora de conseguir becas. La nota media de las materias cursadas durante el bachillerato –el equivalente a la preparatoria– es una parte importante de la nota final que toman en cuenta las universidades públicas para aceptar o no a los alumnos.
En segundo lugar, el gobierno financiará la escolarización de personas residentes en Cataluña que quieran llevar más clases en castellano. Y, por último, se blindarán las subvenciones a los colegios concertados –semiprivados– que separan por sexo si justifican ser tan aceptables como el modelo mixto.
En cuanto a la reforma del aborto, supone 30 años de retroceso. Esto porque, de aprobarse, se volvería a una ley de supuestos y quedaría abierta la posibilidad de que se incluya de nuevo el delito de aborto en el Código Penal. Con la actual ley, una mujer puede abortar libremente en las primeras 14 semanas y después de ese tiempo si hay malformaciones fetales.
Como remate, el pasado jueves, la delegada del gobierno en Cataluña distinguió en un acto de la Guardia Civil a una unidad de soldados, la División Azul, que luchó junto a Hitler en Rusia. Todos los partidos, menos el PP y Ciutadans, pidieron su dimisión.