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"Los turistas van a tener momentos de embotellamiento, van a llegar tarde a los partido, van a tener algunas incomodidades, pero lo van a disfrutar"
"Sí hay el miedo de que esto pase, que en uno de estos juegos la gente esté en las calles, no deje entrar al autobús, no deje entrar a los seleccionados, a la gente"
Entre las noticias de protestas, inseguridad y descontento, la gente se pregunta si Brasil está listo para arrancar el Mundial.
Expertos entrevistados por Reporte Indigo explican qué tan probable es que las marchas, los retrasos en los estadios y la inseguridad afecten el desarrollo de la Copa del Mundo.
Improvisado, pero seguro
Habrá improvisaciones, complicaciones logísticas y estadios inconclusos, pero Brasil estará listo para el torneo, indica Fernando Segura, sociólogo deportivo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Esto ocurre, precisa, porque mucha de la infraestructura incompleta no se trata de obras deportivas, sino urbanas, como vialidades, viviendas y áreas residenciales.
“Con los estadios obviamente sí se va a llegar y se va a llegar bien”, pronostica, “con los aeropuertos de alguna manera también se va a llegar, improvisando algunos espacios, acomodando otros, con disfunciones en algunos, pero sí se va a llegar”.
“Con lo que no se va a llegar es con la infraestructura urbana que se prometió, que en algunos casos se prometió a la FIFA y que en algunos otros a la ciudadanía”.
Pese a que las críticas y las manifestaciones prevalecerán, el Estado brasileño garantiza que los turistas vivirán una gran fiesta, señala Segura, quien está en Río de Janeiro en una investigación de campo.
“En términos de seguridad, Brasil se ha preparado, el ejército incluso va a estar en las calles”, asegura.
“A pesar de las fallas, de esos disfuncionamientos, los turistas van a disfrutar. Van a tener algunos momentos de embotellamiento, van a llegar tarde a los partidos o sobre la hora, van a tener algunas incomodidades, pero lo van a disfrutar”.
En alerta
Uno de los riesgos más preocupantes es que las manifestaciones entorpezcan el desarrollo del torneo, expresa Erasmo Zarazúa, analista de Olimpiadas y Copas FIFA.
“Otros analistas y yo estamos temerosos de lo que pueda pasar esta semana y en la inauguración. Hay un ambiente social muy adverso, un ambiente económico también, donde las marcas prefirieron no estar anunciando en Brasil con anticipación”, apunta.
El internacionalista enfatiza que hay agencias de viaje que advierten a sus clientes que deben dirigirse a los partidos hasta con cinco horas de anticipación para evitar problemas.
“Prevén que pueda haber plantones, que pueda haber manifestaciones que entorpezcan la llegada de los turistas, o bien, quieran bloquear a los autobuses”, detalla.
“Sí hay el miedo de que esto pase, que en uno de estos juegos la gente esté en las calles, no deje entrar al autobús, no deje entrar a los seleccionados, a la gente, que se puedan estar manifestando en las plazas”.
El descontento social no solo podría complicar la Copa del Mundo, pues después del torneo los brasileños seguirán molestos porque solo se terminaron los estadios, advierte.
“Vemos fotos en Facebook y en Twitter donde se ven estadios del siglo 21, renovados, nuevos, pero alrededor casas humildes, calles sin pavimentar, niños pobres, niños jugando con pedazos de balón”.
Problemas en el olvido
Aunque las críticas son válidas y responden a una sociedad más despierta, la prensa extranjera ha exagerado, sostiene Edison Gastaldo, antropólogo de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro.
“Va a haber manifestaciones, pero no va a ser lo mismo. A la gente le gusta mucho el futbol y creo que cuando el equipo brasileño entre al campo, las personas van a apoyar a Brasil”, asevera el investigador social.
Gastaldo reitera que muchas protestas tienen influencia de anarquistas y políticos de oposición, quienes buscan ensuciar la imagen de la presidenta Dilma Rousseff ante las elecciones presidenciales de octubre.
“Hay que criticar, pero creo que no va a ser el caos que están promoviendo, porque me parece que la propaganda del caos favorece a un discurso de oposición frente a las elecciones presidenciales de octubre”, reafirma el investigador social.
A las patadas
> Salud y educación
LA CRÍTICA: Cientos de miles han protestado en las calles para exigir que el dinero que se invierta en el Mundial se destine a salud y educación.
LA RESPUESTA: Rousseff afirmó ayer que desde el 2010, los tres niveles de gobierno invirtieron un billón 700 mil reales a estos rubros, o sea, 212 veces más que lo gastado en estadios.
> Seguridad
LA CRÍTICA: Países europeos emitieron alertas para los viajeros que decidan ir a la Copa, ante las protestas y los estafadores de turistas.
LA RESPUESTA: El Gobierno invirtió 840 millones de dólares y desplegó 180 mil elementos, el triple de efectivos que tuvo Sudáfrica 2010.
> Huelgas
LA CRÍTICA: En las principales ciudades brasileñas, sindicatos realizaron huelgas que ponen en jaque el transporte que usarán los turistas.
LA RESPUESTA: Aunque en unas ciudades se llegó a un acuerdo, la Justicia de Brasil ha declarado las huelgas de Sao Paulo como ‘abusivas’ y ‘oportunistas’.
Un camino difícil
En el último año, las críticas contra la Copa del Mundo se agudizaron. Reporte Indigo muestra las historias que pusieron a Brasil en la polémica.
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