Estados Unidos, en retroceso por posible eliminación de Roe vs Wade, el caso que permitió el derecho al aborto a nivel nacional

En caso de que la Corte Suprema confirme la eliminación de Roe vs Wade, como así se difundió en un borrador, especialistas aseguran que la Unión Americana daría un retorno a sus políticas sociales, provocando que otros países sigan el mismo camino
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La Corte Suprema de Estados Unidos vive uno de sus momentos más delicados al decidir si echará para atrás o no el caso Roe vs Wade, con el que hace 49 años se autorizó el aborto a nivel nacional.

El pasado lunes 2 de mayo se dio a conocer un borrador en el que se especificaba que los jueces de la Corte se irían en contra de este caso judicial, desatando una ola de manifestaciones a las afueras del tribunal, pero no será sino hasta junio que se tome una decisión oficial.

Si es que Roe vs Wade deja de ser vigente por orden de la mayoría de los nueve jueces que integran la Corte, incluyendo a su presidente, eso no implica que los 50 estados norteamericanos dejarán de autorizar la interrupción del embarazo de manera automática, sino que será una decisión individual.

Se prevé que mientras los estados con orientación republicana optarán por abolir la libertad de abortar, como Nebraska, Texas y Utah, los que han reflejado un apoyo hacia el Partido Demócrata estarán en contra, como el Distrito de Columbia, Nueva Jersey y Oregon.

Entre los conservadores que han manifestado su opinión en favor del fallo del caso, está el juez Samuel Alito, quien además de ser el autor del borrador, aseguró que la aprobación de Roe vs Wade en los años 70 había sido un completo error.

Por su parte, el presidente Joe Biden se mantuvo en contra de abolir el aborto libre y legal, enfatizando que “el derecho de una mujer a elegir es fundamental”.

A través de un comunicado, el mandatario añadió que su administración estaría lista ante cualquier fallo, pues le solicitó al Consejo de Políticas de Género y a la Oficina del abogado de la Casa Blanca que prepararan opciones para una respuesta al “ataque continúo” contra el aborto y los derechos reproductivos.

A pesar de su religión católica, el jefe de Estado no ha esparcido su ideología personal a sus ciudadanos, sino todo lo contrario, reflejando con ello la importancia que le tiene a la voz de su población y al camino progresista que está tomando el mundo respecto a este tema.

A su vez, Nancy Northup, presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, dijo que además de que la decisión en favor del fallo del caso Roe vs Wade reflejaría un despojo “injustificado y sin precedentes” a un derecho que ha sido válido por más de cuatro décadas, representaría un retroceso “dañino” a los derechos de las mujeres en la historia del país.

“Definitivamente sería un retroceso en todo lo que se ha avanzado en las leyes de Estados Unidos, sería sin duda una afectación o repercusión no solamente a nivel interno, sino internacional”, dice el maestro Juan Daniel Garay Saldaña, docente e internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón.

En entrevista, el académico sostiene que esta situación de debate podría incluso marcar un camino o tendencia en otras partes del mundo, siguiendo el caso de la Unión Americana como un ejemplo y en ese sentido reforzar sus medidas contra el aborto.

Hasta ahora, a diferencia de los Estados que han expandido sus leyes en los últimos años en favor de que las mujeres sean quienes decidan por su cuerpo, es mínima la lista de naciones que han retrocedido en sus derechos en favor del aborto, como Nicaragua, El Salvador y Polonia, el cual representa el país más estricto de la Unión Europa en no aprobar la legalización de la interrupción del aborto voluntario o por supuestos sociales generales.

La integración conservadora de la Corte en un caso de aborto

La continuación o fallo del caso Roe vs Wade en Estados Unidos será votado por seis jueces de corte conservador y tres progresistas, lo que podría dificultar aún más su no eliminación.

Los jueces caracterizados por su conservadurismo fueron elegidos en el pasado por presidentes del Partido Republicano, como Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, ambos elegidos por el exmandatario Donald Trump.

A diferencia de otros jefes de Estado, el magnate logró darle un asiento a dos jueces en la Corte, cuando en general a cada presidente le toca nominar al menos a uno, pero todo depende de si un integrante del tribunal decide retirarse por su edad o alguna enfermedad.

Bajo esa línea, y considerando que sean los jueces conservadores quienes se vayan en contra del caso judicial, a futuro se podrían elegir a políticos progresistas que los reemplacen para que no echen para atrás otras reformas que mantienen en alto a la Unión Americana.

Entre esos casos podría entrar la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, que aunque fue aprobado por la Corte Suprema en 2015, en un futuro podría ir en retroceso si es que la mayoría de los jueces conservadores así lo decide.

Esas mismas leyes se aplicarían también en Puerto Rico por ser un territorio regido por las normas estadounidenses, y a su vez ser copiado en otros países de la región que a la fecha no ha aprobado el matrimonio homosexual en todo su territorio.

Otro de los temas que entrarían en controversia sería la posesión y control de armas de fuego, pues mientras el gobierno de Biden-Harris espera que la Corte implemente nuevas reglas a todas las personas que deseen poseer un arma, los jueces conservadores podrían apegarse a la Segunda Enmienda de la Constitución, la cual le otorga a los ciudadanos el derecho a portar armas.

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