La polémica por sus vínculos rusos, el bombardeo a Siria, sus fallidas medidas migratorias, el fracaso de la reforma sanitaria, la renegociación del TLCAN, la incertidumbre sobre el muro, la amenaza de Corea del Norte… Los primeros 100 días de Trump al frente de la Casa Blanca no han estado exentos de controversia, sorpresas, decepciones e interrogantes.
Cuando ganó las elecciones en noviembre de 2016, el mundo esperaba todo un terremoto político con su llegada a la presidencia, un empresario que se presentaba como la antítesis del sistema y que se había propuesto cimbrar Washington.
Pronto se tuvo que enfrentar a la realidad del ejercicio del poder. Su simple llegada a la residencia en la Avenida Pensilvania 1600 no iba a cambiar el sistema político estadounidense.
Orillado a desprenderse de algunos de sus colaboradores, enfrentado al Poder Judicial, incapaz de sacar adelante sus reformas en el Congreso, Trump ya ha sentido en carne propia la dificultad de gobernar el país más poderoso del mundo, donde un simple decreto no puede transformar la realidad, ni cambiar al sistema.
Para muestra, el hecho de que los éxitos que se apunta Trump en su gestión son producto de órdenes ejecutivas, sin embargo en la Cámara de Representantes -aún con mayoría republicana- el presidente ha fracasado.
Convertido hoy en el presidente entrante más impopular de la historia moderna, el mandatario ha tenido que adaptarse a las circunstancias, en algunos casos haciendo gala de sentido común.
Un ejemplo es la relación con China, donde Trump pasó de la amenaza a una guerra comercial y de acusaciones a Beijing de ser un manipulador de la moneda, a buscar un acercamiento con el gigante chino para tratar la amenaza de Corea del Norte.
O el reciente anuncio de que al final, EU no abandonará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, sino que negociará con México y Canadá condiciones más favorables.
Imposibilitado por imponer su agenda, corre el riesgo de que su programa político se quede solo en promesa de campaña.
Ante la falta de resultados da la impresión de que la nueva administración continúa su aprendizaje en el mundo de la política.
La comparación inevitable
Poco más de tres meses después de haber llegado a la Casa Blanca, Trump tiene un nivel de aprobación de alrededor de 43 por ciento, mientras que su desaprobación alcanza el 53 por ciento según un sondeo de The Washington Post.
Trump es el único mandatario estadounidense cuyo nivel de rechazo supera al de popularidad durante los primeros 100 días de gobierno en la era moderna, desde Eisenhower hasta Obama.
Precisamente su antecesor, el demócrata Barack Obama, alcanzó en sus primeros 100 días de gobierno una popularidad del 69 por ciento, una de las más altas en la historia reciente para un nuevo mandatario.
Algunas de las medidas que Obama anunció en este periodo reforzaron su popularidad y en su tiempo fueron consideradas exitosas, aunque también es cierto que algunas no pudieron ser concretadas con el alcance esperado.
En medio de una recesión mundial, originada precisamente en Estados Unidos, una de sus primeras acciones fue la congelación de los altos funcionarios de la Casa Blanca, en concordancia con el inicio de lo que llamó ‘la era de la responsabilidad’, medidas destinadas a tratar de salir de la crisis.
También ordenó la suspensión temporal por 120 días de los procesos abiertos a los presos en la prisión de Guantánamo en Cuba, y dos días más tarde ordenó el cierre del centro de reclusión por un año.
Ante las críticas de violaciones a los derechos humanos durante la administración de Bush firmó una orden en donde se prohibía el uso de la tortura en tareas de seguridad nacional como la lucha contra el terrorismo.
El 29 de enero publicaría su primera ley, la de equidad salarial, destinada a las mujeres y días después promulgaba la ley de cobertura médica para extender la asistencia en servicios de salud.
En el comparativo, Trump no sale bien parado, las propuestas que han marcado su mandato han sido controvertidas, y contrario a su antecesor -en los primeros días- ha tenido que dar marcha atrás en muchas de ellas.
El Rusia-gate
Sin duda, una sombra que ha permanecido sobre la administración Trump en sus primeros días de gestión ha sido la investigación de los nexos de su equipo de campaña y el Kremlin.
Trump incluso perdió a su primer asesor de seguridad, Michael Flynn por mentir sobre sus contactos con el embajador ruso, en lo que ha sido la mayor crisis de su joven gobierno.
Actualmente, tanto el Congreso estadounidense como el FBI mantienen investigaciones abiertas para determinar si el equipo de Donald Trump se coordinó con Moscú para atacar a la candidata demócrata Hillary Clinton durante el proceso electoral.
El escándalo incluso ya alcanzó al círculo más cercano del presidente, pues incluso el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner ha sido citado a comparecer al Senado para que responda por reuniones con altos funcionarios del Kremlin antes de que culminara el mandato de Barack Obama.
Otro de los funcionarios que está en la mira es el fiscal general Jeff Sessions, quien también ocultó al Senado que mantuvo conversaciones con el embajador de Rusia en pleno ciberataque ruso.
Mientras las investigaciones avanzan, podrían ir saliendo a la luz nuevas pruebas de los nexos con Rusia, y tampoco se descarta que el propio Trump pueda ser citado a declarar.
Fracaso legislativo
El pasado 24 de marzo, Donald Trump recibió un duro golpe y conoció por primera vez la realidad de cómo funciona el Capitolio, y de cómo tratar de cambiar el sistema político es más complicado de lo que pensaba.
Una de las banderas de su campaña, la de acabar la ley sanitaria, herencia de Barack Obama, se quedó en la orilla. La iniciativa ni siquiera llegó al Congreso para ser votada. Ante la falta de apoyos, Trump tuvo que retirar la iniciativa de reforma.
A pesar de que durante la administración de Obama, los republicanos rechazaron el programa conocido como Obamacare, el proyecto murió a causa de ellos mismos.
La profunda división en cuanto al contenido de la reforma causó una brecha insalvable entre los dos bandos conservadores, los que consideraban que la propuesta quedó corta y los que creen que llega demasiado lejos.
Ahora, Trump se enfrenta nuevamente al bloqueo legislativo.
A unos días de que venza el plazo para la aprobación del presupuesto, el Congreso aún no ha dado luz verde a la propuesta de Trump, por lo que hay un riesgo de cierre del gobierno.
Aunque lo más probable es que al final los legisladores terminarán aprobándolo, el financiamiento no será tal y como lo pidió Trump, por ejemplo, luce complicado que aprueben los más de mil 500 millones de dólares para iniciar la construcción del muro en su frontera sur, otra de sus propuestas estrellas de campaña, otro fracaso.
Otro revés, en esta ocasión en el ámbito judicial, ha sido la imposibilidad de implementar, en dos ocasiones, restricciones de viaje e ingreso a los Estados Unidos a ciudadanos de países musulmanes, orden ejecutiva que sigue bloqueada por los jueces.
Quizá el mayor logro en la tesitura legislativa fue la nominación exitosa de Neil Gorsuch como juez de la Corte Suprema, una apuesta personal de Trump, que fue avalada por la mayoría republicana.
Maniobras militares
El pasado 7 de abril, el gobierno de Trump llevó a cabo, por primera vez, acciones militares directas en contra del régimen sirio encabezado por Bashar Al-Assad, bombardeando la base de Shayrat.
El ataque a la base aérea con 59 misiles Tomahawk fue una respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte de Bashar Al-Assad en contra de rebeldes opositores.
Tanto Siria como Rusia condenaron la acción, sin embargo, al interior de Estados Unidos la maniobra pareció fortalecer políticamente a Trump.
Siguiendo la misma línea, en supuesta defensa de los intereses de Estados Unidos y el apoyo a sus aliados, Trump también ha desafiado al régimen de Corea del Norte.
El gobierno estadounidense ha reforzado su presencia militar en la península de Corea e incluso ha acelerado el despliegue del escudo antimisiles en Corea del Sur, en respuesta a la amenaza de Kim-Jong Un.
La tensión en el sudeste asiático es máxima y su desarrollo podría marcar la presidencia de Trump.
ÉXITOS
>> La llegada de Neil gorsuch A LA Suprema Corte
>> La acción militar contra Siria y Corea del Norte
>> Retiro de Estados Unidos del tpp
>> Rebajar la tensión en China
FRACASOS
>> La dimisión de michael flynn
>> El retiro de la reforma sanitaria
>> El bloqueo del veto migratorio
>> La no aprobación del presupuesto