Mientras que miles de movilizaciones se organizaron este miércoles para protestar contra la Ley del Trabajo, líneas de tren y Metro fueron gravemente perturbadas, escuelas y liceos bloqueados, uno sobre cinco ferrocarriles trabajó en las estaciones de París y cientos de miles de manifestantes por toda Francia: el gobierno se enfrentó este miércoles 9 de marzo a una jornada desafiante entre una multitud de estudiantes protestando contra la reforma laboral presentada por la Ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.
Todo comenzó por una petición en línea lanzada el 19 de febrero para frenar dicha reforma conocida como la “Ley El-Khomri”.
Hoy, esa iniciativa tiene el récord de ser la petición en línea más firmada en la historia de Francia. Un fenómeno viral sin precedentes que permitió recaudar el millón de firmas y una difusión que trasformó un movimiento virtual en un movimiento real por todo el país y en más de 130 ciudades en cuestión de dos semanas.
El Ministerio del Interior francés anunció que “la del miércoles 9 de marzo fue una movilización de 224 mil personas en todo el país”. Una cifra que contrasta abismalmente con los 500 mil manifestantes que calcularon los organizadores de la huelga, afirmando que nada más en París se registraron alrededor de 100 mil personas.
Esta manifestación surgió del interior de la izquierda contra la misma izquierda en el gobierno: desde los comunistas al Partido Socialista, pasando por la Europa Ecológica, todos estaban representados en la marcha por partidarios que exigían al gobierno socialista de François Hollande una política alternativa.
Actualmente, el acceso al empleo para los jóvenes es particularmente difícil en Francia. La tasa de desempleo de los jóvenes es muy alta en comparación de toda Europa y frente a la poca creación de empleo hay contratos de trabajo precarios.
“Estamos en un contexto de desconfianza generalizada contra el Presidente y su gobierno, pero también contra los partidos, los políticos y las instituciones en general. En este contexto, la protesta puede encontrar un terreno muy fértil y el poder estudiantil es siempre muy peligroso para los gobiernos sordos”, señaló en entrevista Anne Muxel, directora de Investigación de Ciencias Políticas de la Universidad Sorbona de París.