Rodeados de sus respectivas banderas y la presencia de la prensa internacional, hace siete meses los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladimir Putin y Joe Biden, respectivamente, se miraron frente a frente mientras estrechaban sus manos, abiertos a que ese fuera el inicio de un futuro bilateral más estable.
Sin embargo, hoy en día esa cercanía está sobre la cuerda floja, luego de que el caso Ucrania se dimensionara con el paso de las semanas, al ver a Moscú con presuntas intenciones de invadir ese territorio, a lo que la Unión Americana ha respondido contundentemente.
Al percatarse de la presencia de más de 100 mil soldados rusos en su frontera con Ucrania, además de tanques y artillería, el gobierno demócrata de Joe Biden ha implementado distintas medidas de presión, con el fin de que la administración rusa evite cualquier acto violento.
Entre las últimas decisiones emitidas por el Departamento de Estado norteamericano, está la recomendación a sus ciudadanos de evitar viajar a Rusia por motivos de seguridad, debido a la tensión militar generada.
Además, el Ministerio estadounidense de Relaciones Exteriores informó que hasta podría haber hostigamiento a sus ciudadanos de parte de policías rusos, así como “una aplicación arbitraria de las leyes locales”.
Por otro lado, también se pidió que las familias del personal diplomático de Estados Unidos en Kiev, capital de Ucrania, abandonaran el país como medida de prevención ante un escenario en el que Rusia logre invadir la nación.
.@SecBlinken: If Russia invades and occupies Ukraine, what’s next? It may seem like a distant regional dispute or yet another example of Russian bullying. But at stake are principles that have made the world safer and more stable for decades. pic.twitter.com/pEl06Ai14P
— Department of State (@StateDept) January 24, 2022
Respecto a este escenario, el doctor Jesús Gallegos Olvera, experto en política internacional y académico del Centro de Estudios Superiores Navales (CESNAV), opina que esto sin duda retrasa el acercamiento que llegaron a tener Moscú y Washington hace un par de meses, además de que demuestra que ambas partes siguen sin una salida clara a pesar de las conversaciones que ha habido entre Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, y Serguéi Lavrov, canciller ruso.
Por su parte, la maestra Imelda Ibáñez, doctorante en el Programa de Posgrado en Ciencias Política y Sociales de la UNAM, asegura que lo que agudiza aún más la situación es la serie de acusaciones hacia Rusia de parte de países de Occidente, principalmente Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea, incluyendo Reino Unido.
“Los países occidentales han generado una serie de acusaciones hacia Rusia que en lugar de llamar a encontrar el medio diplomático para calmar la situación, sólo lo agravan más. Por ejemplo, el envío de armamento estadounidense hacia Ucrania”, menciona la también especialista en Estudios Internacionales.
El pasado 23 de enero, fue el propio secretario Blinken quien declaró en una entrevista para CNN que el año pasado fue cuando brindaron mucha más asistencia a Ucrania que en ningún otro momento, llevándolos a autorizar incluso el suministro de equipo militar de origen estadounidense a terceros países como Estonia, Letonia y Lituania para llegar a territorio ucraniano si se llega a necesitar.
“Estamos en una intensa, regular y constante comunicación con aliados y socios para dejar muy en claro que estas consecuencias masivas seguirán (…) Estamos preparados para una respuesta rápida, calibrada y muy unida, analizando además cada escenario y preparándonos para cada uno”, reafirmó el funcionario.
En espera de conciliación con Rusia
En caso de que Rusia decida invadir Ucrania a pesar de la autonomía que este territorio ha sabido desarrollar y las advertencias extranjeras, la relación con Estados Unidos no daría pie a una estabilidad futura, además de que frenaría los convenios que hasta ahora han entablado.
El acuerdo New START, por ejemplo, a través del cual tanto Washington como Moscú acordaron que Rusia tuviera límites en el uso de sus armas nucleares para evitar llegar a territorio estadounidense, podría irse abajo, aun cuando tiene fecha de vencimiento para 2024.
Del mismo modo, llegarían a frenarse los temas que abordaron tanto Putin como Biden en su última reunión en Ginebra, Suiza, relacionados con asuntos comerciales y de seguridad cibernética, a la cual el gobierno ruso llegó a ser señalado por violentar al presuntamente intervenir en las elecciones generales de Estados Unidos en 2016.
#Geneva: News conference following Russia-US talks https://t.co/U10E0eMcul pic.twitter.com/gsRjAPNycc
— President of Russia (@KremlinRussia_E) June 16, 2021
Al respecto, el doctor Jesús Gallegos, considera que aunque la situación actualmente es hostil, aún hay mecanismos de diálogo y espacios de mediación para evitar una división entre estos dos países, como lo es el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Asimismo, la maestra Ibáñez agrega que lo primordial es no abandonar el camino del diálogo antes de llegar a otros escenarios, por lo que se espera que haya mejores noticias tras los próximos acercamientos entre Blinken y el canciller Lavrov.
“Me parece que está en Estados Unidos que la relación diplomática no se acerque más a una crisis de mayores dimensiones. Andrey Gromyko, antiguo ministro soviético de Asuntos Exteriores, decía: ‘Más vale diez años de negociación diplomática que un día de guerra’
“En ese sentido, aunque la relación se encuentra en un momento delicado, en medio de un probable conflicto apunto de estallar, ellos como garantes de la estabilidad estratégica internacional, siempre deben llevar el camino del diálogo, sólo así harán que la situación desescale”, apunta en entrevista la académica.