Europa y sus ‘mojados’

El drama de la migración no conoce fronteras y los abusos se pueden encontrar en varios idiomas y países.

Basta con traer al tema la reciente denuncia de Amnistía Internacional a Estados Unidos por abusos cometidos en la frontera con México, la condena del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas al Estado Español por la muerte del senegalés Lauding Sonko o el degradante protocolo de deportaciones en Suiza. Sólo por mencionar algunos casos recientes.

Para los mexicanos, las tragedias de los “mojados” o la “caza” de inmigrantes en algunos estados norteamericanos no suponen ningún secreto. 

Pero el caso europeo es muy distinto. 

Los abusos cometidos contra los migrantes apenas empiezan a salir a la luz y, cuando lo hacen, el espacio que se les concede en la agenda periodística es mínimo. Quizás sea una de las causas por las que se asuma que “ahí no pasa nada”. 

Pero detrás de los números de deportaciones o de pequeñas embarcaciones que llegan al estrecho de Gibraltar hay leyes consideradas como anti-inmigratorias y desconocidas por gran parte de la población.

Y aunque se suele pensar que el objetivo de estas medidas es meramente regulatorio, en realidad van mucho más allá y con frecuencia tienen un carácter xenófobo.

Esto provoca que, con frecuencia, los migrantes pasen de una situación difícil en su país a un callejón sin salida en el lugar de destino, si es que logran llegar.

Ante una situación económica global complicada, que obliga a un mayor número de personas a sumarse al fenómeno migratorio, es importante comprender las dimensiones y el alcance del problema. 

El mundo debe estar vigilante ahí donde pueda perpetrarse un abuso y demandar las reformas o la anulación de leyes que equiparen a los migrantes con criminales o con ilegales.

Suiza: Protocolo mortal 

Tiene cuatro niveles y no es un videojuego. Son diferentes formas de deportación forzosa en Suiza. Al pasar de nivel aumenta la dificultad de oponer resistencia para la persona que va a ser deportada.

Joseph Chiakwa, de 29 años, no sobrevivió al cuarto nivel. 

Chiakwa era un solicitante de asilo nigeriano que el 17 de marzo de 2010 se encontraba en su sexta semana en huelga de hambre. 

Estaba recluido en una celda de la prisión especial de Zurich para personas que van a ser deportadas, cuando nueve policías irrumpieron en ella.

Después de registrarle, atarle las manos y colocarle una careta de boxeo en la cabeza, lo sujetaron a una silla de ruedas para llevarlo al avión que lo sacaría del país. 

Los policías hicieron caso omiso de su maltrecho estado físico. Cuando finalmente permitieron que lo revisara un médico, Chiakwa ya estaba muerto.

¿Un caso aislado? No. Según la Agencia de  Noticias Inter Press Service (IPS), quién distribuyó la noticia, Suiza deportó a 6 mil 439 personas por avión en 2011. De todas esas deportaciones, 165 fueron de nivel 4.

Hace años también se practicaban las  de nivel 3, en las que la persona iba en un vuelo regular totalmente encadenada.

Tras la muerte de Chiakwa se paralizaron los vuelos especiales, pero en junio  se reanudaron todos. Amnistía Internacional pide que desaparezcan esos sistemas de deportación. Además, desde 2011, el país debería acogerse a la directiva de la UE de supervisar las repatriaciones forzadas, pero ésta aún no ha sido implementada.

La frontera inhumana de España

La ONU acusó al gobierno español por el asesinato de un deportado por parte de la Guardia Civil

El Comité contra la Tortura de Naciones Unidas condenó el pasado 14 de febrero al Estado español por la violación de los artículos 16 y 17 de la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. 

El Estado argumenta que los hechos por los que se le condena ya fueron archivados por un juzgado de Ceuta. Sin embargo, el comité considera que se debe continuar con la investigación sobre las circunstancias que provocaron la muerte del senegalés Lauding Sonko. 

La historia sucedió así: entre la noche del 25 y la madrugada del 26 de septiembre de 2007, frente a las costas de Ceuta, tres agentes de la Guardia Civil a bordo de una embarcación detienen a cuatro personas subsaharianas que nadaban hacia la ciudad española.

Bajo las órdenes de la Delegación del Gobierno de Ceuta, los suben al barco, navegan hasta aguas de Marruecos, pinchan con un cuchillo sus salvavidas y los fuerzan a nadar hasta la costa marroquí.

Tres de ellos sí llegaron, pero fueron deportados al desierto argelino.

El senegalés Lauding Sonko no corrió la misma suerte. Gritó que no sabía nadar, pero los guardias lo ignoraron y lo tiraron al mar, de acuerdo a los testigos, los otros tres migrantes deportados. En la costa marroquí comprobaron que estaba muerto y lo enterraron en un cementerio, sin identificar. 

Periodismo Humano califica el suceso como “una tragedia irreparable, que forma parte de una lista interminable de devoluciones ilegales e inhumanas efectuadas en la frontera de Ceuta”.

Eterna indiferencia

A finales de marzo, Amnistía Internacional hizo público un informe en el que pone en evidencia a Estados Unidos por abusos cometidos en la frontera mexicana. De acuerdo al organismo, las arbitrariedades fueron perpetradas por el Gobierno federal estadounidense asociado, en algunos casos, con fuerzas estatales y locales. 

El estudio de la organización denuncia que las normativas de inmigración dejan a las “comunidades latinas, indígenas y de color de la frontera en peligro de discriminación”.

Pero, quizá, el dato más escalofriante del informe es que entre 1998 y 2008 perdieron la vida 5 mil 287 emigrantes cuando intentaban cruzar la frontera.

Ligas

La Virgen de Zapopan en Los Ángeles
Reflexiones sobre la movilidad y la globalidad.
http://bit.ly/JDw1FW

14 km
Trailer de la película ganadora de la Espiga de Oro en  2007. 
http://bit.ly/omY5be

Informe de Amnistía
Accede al documento que  condena a EU por abusos en la frontera con México.
http://bit.ly/HnMrks