El viernes, según reportó la agencia Europa Press, varios portugueses –el número aún no fue precisado– pusieron en marcha un nuevo tipo de protesta contra los recortes del gobierno: pedir facturas a en nombre del primer ministro, Pedro Passos Coelho. La penalización puede ser de hasta dos mil euros.
Lo que hace posible esto es que para conseguir reducir de sus impuestos algunos gastos, los portugueses deben dar su número de contribuyente para que éste figure en las facturas que se quieren descontar. Y, si éstas son menores de mil euros, las leyes portugueses no obligan a dar el nombre del contribuyente.
Así, según reportó el semanario Sol, un grupo de personas sin identificar se habría hecho con el número de seguridad social del jefe del Gobierno y habría empezado a distribuirlo por correo electrónico y mensajes de celular. El Sindicato de Trabajadores de Hacienda señaló que tenía conocimiento de que el número circulaba por la rede desde hace dos semanas.
Según el corresponsal de El País en Lisboa, Antonio Jiménez Barca, el colectivo se autodenomina Revolução Branca y propugna la “desobediencia cívica irónica” para mostrar su rechazo a la obligatoriedad de pedir facturas que se exige por ley desde enero y de paso importunar al primer ministro.