Nancy Reagan, la principal consejera y protectora feroz de Ronald Reagan en su trayectoria de actor de Hollywood a gobernador de California y luego a Presidente de Estados Unidos —y en la última parte de la vida del exmandatario como compañera de su batalla de 10 años con la enfermedad de Alzheimer— falleció ayer a los 94 años.
El matrimonio de Nancy con Ronald duró 52 años, hasta el fallecimiento del exmandatario en 2004. La exprimera dama murió en su casa en la zona de Bel-Air de Los Ángeles por insuficiencia cardiaca congestiva, precisó su asistente Allison Borio a The Associated Press.
Su proyecto más conocido como primera dama fue la campaña “Just Say No”, anuncios en los medios en los que se pedía a los jóvenes que simplemente le dijeran “NO a las drogas”.
Cuando pasó a ser primera dama en 1981, la exactriz de Hollywood —aficionada por los vestidos caros y la porcelana delicada— fue ampliamente subestimada como un retroceso prefeminista, ocupada solo por la moda, la decoración y el entretenimiento.
Para cuando salió de la Casa Blanca, ocho años más tarde, la señora Reagan se defendió de los señalamientos de que fue un poder detrás del trono y de que recurrió a astrólogos para ayudar a su esposo a tomar decisiones importantes.
A lo largo de su vida, Nancy Reagan mantuvo que su única misión fue apoyar a su “Ronnie” y fortalecer su presidencia.
La señora Reagan llevó ese cargo hasta los últimos días del exmandatario. Ella fue su cuidadora de tiempo completo mientras la memoria de su marido se desvanecía por el Alzheimer.
Después de su muerte en junio de 2004, ella se dedicó a proteger su legado, especialmente en la Biblioteca Presidencial Reagan, en California.
Nancy Reagan también abogó por los pacientes de Alzheimer, ya sea recaudando millones de dólares para la investigación o expresando su desacuerdo con otros republicanos conservadores al abogar por los estudios con células madre. (AP)