Por los siguientes seis años, Ferdinand 'Bongbong' Marcos Jr. y Sara Duterte serán presidente y vicepresidenta de Filipinas

Filipinas eligió a su nuevo presidente: Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr., hijo del dictador Ferdinand Edralin Marcos; gobernará con la hija de Rodrigo Duterte

Por los siguientes seis años, Ferdinand 'Bongbong' Marcos Jr. y Sara Duterte serán presidente y vicepresidenta de Filipinas, de quienes se espera un gobierno similar al de sus padres con registros de represión social y corrupción aun cuando hay retos actuales en materia económica y sanitaria

La población filipina tiene a un nuevo presidente: Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr., quien ayer confirmó su victoria con 30 millones 774 mil 599 votos.

Aunque Ferdinand Marcos Jr. tuvo que enfrentarse a otros nueve candidatos, entre ellos el exboxeador Manny Pacquiao, su triunfo era de esperarse, considerando los niveles de popularidad que registraba desde meses atrás, según los sondeos.

En abril pasado, por ejemplo, con 56 por ciento de los votos “Bongbong” se posicionó en el primer lugar de la lista de los aspirantes con mayor aceptación social, dejando atrás a la aún vicepresidenta Robredo Leni que registró 23 puntos, de acuerdo con una encuesta publicada por Pulse Asia Research Inc.

Antes de postularse a las elecciones generales, Marcos Jr. ya era conocido en el panorama político de Filipinas, pues además de haber sido senador por seis años consecutivos, fue congresista, gobernador y vicegobernador. Sin embargo, lo que más ha destacado en su carrera, ha sido ser el hijo del expresidente Ferdinand Edralin Marcos, quien gobernó el país por 21 años, de 1965 a 1986.

Con la victoria de “Bongbong”, todo parece indicar que gran parte de la población civil se olvidó de la administración de su padre, quien finalizó su gobierno huyendo junto a su familia a Hawái, Estados Unidos, dejando a su país sumido en una de sus mayores crisis económicas.

Según críticos, la victoria de Ferdinand Marcos Jr. pudo concretarse por la falta de debates sobre la historia de Filipinas que ha habido en las escuelas en los últimos años, desconociendo el pasado personal y político de quien será su presidente hasta 2028.

Para la maestra María Cristina Godos González, internacionalista de la UNAM y especialista en política de Asia, la victoria de Ferdinand es un regreso a las ideas y políticas que tuvo su padre en su momento, “un dictador, una persona que perseguía a la gente para encarcelarla o torturarla con tal de hacer su voluntad”.

“Claro que el nombre tiene mucho que ver (para confirmar su victoria) porque aún hay muchas élites que desde el tiempo del padre tomaron el control no sólo de la política, sino de la economía y los negocios, y ahora votaron por él”, asegura la académica.

Pese a ese panorama desfavorecedor, el nuevo mandatario deberá enfrentar diferentes desafíos, como el intentar acelerar la recuperación económica del país por la pandemia de COVID-19 a través del fortalecimiento de la capacitación médica, la ampliación del programa de vacunación y la reapertura económica, así como enfocarse en el ascenso que ha tenido la inflación.

De acuerdo con la Autoridad de Estadísticas de Filipinas (PSA), la tasa de inflación nacional subió del tres por ciento en febrero pasado a cuatro en marzo, siendo la más alta desde octubre de 2021.

Así también, se espera que atienda las problemáticas enfocadas al narcotráfico, pues éste fue uno de los mayores desafíos del aún jefe de Estado, Rodrigo Duterte, quien llegó a recibir diferentes críticas por el modo de enfrentar la situación.

En septiembre de 2020, Jose Miguel Vivanco, exdirector de la División de las América de Human Rights Watchcondenó la “barbarie” en Filipinas, enfatizando que mientras se intentaba ejercer una guerra contra las drogas, al menos ocho mil 663 personas fueron asesinadas desde que Duterte había asumido el poder en 2016.

“Desde que comenzó la ‘guerra contra las drogas’ en julio de 2016, miles de filipinos han sido asesinados por policías y agentes de organismos antinarcóticos, así como por hombres armados no identificados, muchos de ellos sicarios que operan con la protección de la policía”, compartió Vivanco.

En ese sentido, aunque se esperaría un cambio en el marco de la seguridad y la delincuencia, los antecedentes ideológicos del próximo presidente no parece que puedan ayudarlo.

La mano derecha del mandatario Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr

Este lunes, además de confirmarse la victoria de Ferdinand como presidente de Filipinas, también se concretó el triunfo de Sara Duterte como la nueva vicepresidenta.

Según el portal Halalan 2022, la hija del aún jefe de Estado obtuvo 31 millones 184 mil 002 votos, dejando atrás a sus competidores con hasta 20 millones de votos de diferencia.

Antes de que Duterte se uniera al equipo de Ferdinand, se insinuaba que podría postularse como presidenta, teniendo altas posibilidades de relevar a su padre. Sin embargo, dejó de lado esas variantes y decidió unirse al equipo de Ferdinand Marcos Jr., obteniendo más votos.

En entrevista, Godos González opina que estas dos figuras no hicieron más que disfrazar al mandato de sus padres como un nuevo gobierno, obteniendo la misma “panorámica desafortunada”.

De ese modo, no se ve lejano un escenario parecido al que impusieron sus ancestros, sino un seguimiento del mismo con represión social y presunta corrupción.

“En el caso de Marcos Jr., durante su campaña electoral se comprometió a liberar a Filipinas de la corrupción, pero eso sólo queda en el discurso. Lo que hace es tratar de tapar a sus partidarios, a la élite, pero en realidad él junto a Duterte son dos personajes que por herencia traen una organización política corrupta y la verdad es que por más que presuman un cambio, es una permanencia”, asegura la maestra.

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