Final trágico
Como en toda historia, la novela que vive Grecia tiene héroes, villanos, mentiras y traiciones. El pueblo griego se enfrenta de manera inevitable contra el destino, los dioses o -en este caso- la Unión Europea. México, contrario a lo que parezca, no es un espectador lejano. El nerviosismo por el desenlace de esta obra, le afecta directamente. Igual que en las antiguas tragedias, el final de esta obra se conoce desde el principio y sus protagonistas no podrán escapar de la desgracia
Héroes y villanos
Alexis Tsipras
Rolando Hinojosahttps://www.youtube.com/watch?v=cOGcGw33Gb0
Como en toda historia, la novela que vive Grecia tiene héroes, villanos, mentiras y traiciones. El pueblo griego se enfrenta de manera inevitable contra el destino, los dioses o -en este caso- la Unión Europea. México, contrario a lo que parezca, no es un espectador lejano. El nerviosismo por el desenlace de esta obra, le afecta directamente. Igual que en las antiguas tragedias, el final de esta obra se conoce desde el principio y sus protagonistas no podrán escapar de la desgracia
Héroes y villanos
Alexis Tsipras
Para algunos -los griegos en su mayoría- el actual primer ministro de su país, Alexis Tsipras, es el héroe de esta historia.
El hombre sin corbata -se negó a usarla bajo el argumento de que se pondrá el accesorio burgués por excelencia cuando su país salga de la crisis- llegó al poder el pasado 25 de enero con la promesa de acabar con la austeridad impuesta por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde entonces, ha sido el protagonista de una épica batalla contra los líderes europeos para renegociar la deuda externa del país.
Luego de su encarnizada guerra en contra de la última propuesta de renegociación de deuda que propuso la UE, en la cual salió victorioso apoyado por el ejército de griegos que votaron NO el referendo del pasado domingo, Tsipras aseguró que su intención es que Atenas permanezca en la Eurozona, pero con un mejor trato.
“El pueblo hoy respondió a la pregunta correcta. No respondieron la cuestión de estar o no en el euro. Esta pregunta debe salir de la discusión de una vez por todas”, expresó Tsipras luego de la votación.
“Estoy consciente de que el mandato que me han dado no es un mandato contra Europa, sino un mandato para encontrar una solución sostenible con Europa que nos saque del círculo vicioso de la austeridad”.
Aunque lo han tachado de radical, Tsipras ganó capital político con el resultado del referendo, el que 61 por ciento de sus hombres votaron “no” a la oferta de la Troika.
Todos los partidos de oposición, con excepción de los neonazis y comunistas, manifestaron ayer que se unirán al primer ministro en las nuevas negociaciones.
Angela Merkel
Si no la villana del cuento, al menos sí la encargada de cargar sobre sus hombros la lápida del fracaso. Angela Merker, la lideresa moral de Europa afronta un dilema legendario: aceptar el abandono de Grecia y arriesgar la integración de Europa, o ceder a los términos de Atenas y permitir que otros países en una situación similar, como España e Irlanda, sigan el ejemplo helénico.
Analistas coinciden en que una posible salida de Grecia de la Eurozona o de la UE sería un fracaso para la canciller alemana.
A pesar de que 51 por ciento de los alemanes quieren que los griegos abandonen el euro, Merkel insistió ayer en que preferiría que Grecia permaneciera en la Eurozona. Su batalla es para preservar la unión de su feudo.
“Europa sólo puede permanecer unida y ponerse de pie unida, lo que es muy importante en estos tiempos de retos de migración y desafíos de terrorismo, si cada país toma su propia responsabilidad”, indicó la alemana en una conferencia de prensa en París.
La situación se complica para la canciller porque una filtración de Wikileaks reveló que en el 2011 ella admitió que la deuda de Grecia era insostenible, lo que refuerza las críticas sobre la presunta irresponsabilidad de prestar tanto dinero.
Primer episodio:
Mentiras sobre mentiras
Como en toda tragedia griega, el origen de los actuales problemas en Grecia se remonta más allá del día que todo se derrumbó. No se encuentra en la crisis de deuda desatada en 2009, sino en su entrada al euro en 2001.
Aunque Grecia es un miembro fundador de la UE, el país mediterráneo no se unió inmediatamente a la eurozona cuando la divisa común europea fue lanzada en 1999.
Esto debido a que en ese momento Grecia no cumplía con los requisitos fiscales necesarios para pertenecer al euro, establecidos en 1992 mediante el Tratado de Maastricht: una tasa de inflación por debajo del 1.5 por ciento, un déficit presupuestario por debajo del 3 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), y una relación deuda-PIB menor al 60 por ciento.
Grecia entró al euro dos años más tarde, y gracias a una mentira.
Las cifras presupuestarias que reveló en 2004 fueron falsas – su déficit fiscal fue bastante superior al 3 por ciento, aún desde 1999- además, armó una compleja estrategia con su esquema crediticio que, con la ayuda del banco estadounidense Goldman Sachs, le permitió ocultar parte de su deuda, que ya era superior al 100 por ciento de su PIB.
Sin embargo, el gasto de más de 9 mil millones de euros (mmde) que representaron los Juegos Olímpicos celebrados en Atenas en 2004, elevó la presión fiscal y esto la obligó a admitir que le mintió a la UE.
Años después, al desatarse la crisis del 2008, el incremento en los costos del financiamiento volvieron insostenible la enorme deuda griega y sobrevino en un caos en la eurozona y en dos fallidos paquetes de rescate económico para los griegos.
Segundo episodio:
Los rescates fallidos
Las repercusiones de la crisis hipotecaria que inició en Estados Unidos elevaron los costos de los préstamos y Grecia no pudo seguir financiando sus deudas. La tragedia apenas comenzaba.
Para evitar que el país cayera en un incumplimiento de pagos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE acordaron otorgar 110 mmde en préstamos a los griegos. El país que más dinero aportó al rescate fue Alemania, con 22 mmde de la porción de 80 mmde otorgados por los europeos.
A cambio de la ayuda financiera, Grecia se comprometió a implementar varias medidas de austeridad, entre las que destaca la reducción en 30 mmde en su gasto público y el aumento de varios impuestos.
Para mediados del 2011, las medidas de austeridad agravaron aún más la crisis económica y los griegos comenzaron a reclamar a su gobierno por un cambio de política que terminó por ocasionar la renuncia del primer ministro.
En febrero de 2012, los ministros de finanzas de la UE otorgaron un segundo plan de rescate para Grecia de 130 mmde y una quita de deuda de 53.5 por ciento. A cambio de esto, los griegos se comprometieron a reducir su relación de deuda a PIB de 160 a 120.5 por ciento para el 2020.
A medida que el parlamento griego comienza a aprobar las medidas de austeridad, crece más el descontento social y las protestas se intensifican. En diciembre del año pasado llega al poder el partido de extrema izquierda Syriza liderado por Alexis Tsipras, quien en los últimos seis meses ha realizado una campaña constante en contra de los acreedores del país que culminó esta semana con el referéndum que rechazó de manera definitiva las propuestas europeas.
El elenco
El Coro: Todos a la expectativa
Ala expectativa del futuro de Grecia están países cansados de las políticas impositivas de la UE, como Reino Unido, y aquellos que también quieren terminar con la austeridad, como España e Irlanda.
El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, planea un referendo en el 2017 para que el pueblo decida si permanece o abandona la UE.
Con el resultado de Grecia y ante una posible salida de Atenas, Cameron espera negociar mejores condiciones con la canciller alemana Angela Merkel para obtener mayor autonomía a cambio de quedarse en el organismo europeo.
En Francia, el partido de ultraderecha Frente Nacional (FN) espera motivar a sus votantes a seguir el ejemplo de los griegos, pues hay un sector del electorado francés cansado de las políticas migratorias y económicas de la UE.
El partido español Podemos apoya a Grecia en su lucha contra la austeridad, pero favorece la integración de Europa.
Los gobiernos oficiales de Italia, España y Francia se han alineado con la postura de Alemania de pedir negociaciones serias y manifestarse a favor de la permanencia de Grecia en la Eurozona.
Las naciones escandinavas Finlandia y Dinamarca han exigido al gobierno griego realizar reformas serias si desean quedarse con el euro.
¿y ahora qué?
La obra griega tiene tres posibles escenarios para el final, pero cualquiera de estos no salvará a Grecia de la desdicha y tendrá que volver a reconstruir su economía de una u otra manera y eso es algo que se sabía desde el principio de su crisis.
El primer posible desenlace es que el país permanezca en la Eurozona con un acuerdo más ventajoso que el que antes tenía. El segundo, que la Troika y Atenas pacten un trato a corto plazo en lo que negocian una solución más duradera.
Y el tercero, que los acreedores se cansen del gobierno de Alexis Tsipras y saquen a Grecia de la eurozona en las próximas semanas, lo que después podría terminar en un abandono de la UE.
Bloomberg reporta que análisis de los bancos JPMorgan y Barclays incluyen una salida griega de la eurozona como el escenario más probable.
Los analistas prevén que si Grecia sale de la eurozona, su antigua moneda nacional, el dracma, volvería a salir al mercado y sufriría una depreciación del 50 por ciento frente al euro.
Aun así, hay expertos que perciben que la salida de Grecia de la eurozona sería benéfico para los griegos, que recuperarían su autonomía financiera, y para sus socios europeos, que se desharían una nación a la que consideran conflictiva. Ganarían su batalla.
“Algunos creen que si Grecia abandonara la unión monetaria, en lo que se conoce como ‘Grexit’, no sería una catástrofe”, publicó ayer The New York Times, “Europa tiene salvaguardas para limitar el contagio financiero, en un esfuerzo para evitar que los problemas se extiendan a otros países.
“Grecia, apenas una pequeña parte de la economía de la eurozona, podría recuperar autonomía financiera al salir”.
Pero otros especialistas creen que líderes europeos, como la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande, tienen buenas razones para aferrarse a que Atenas continúe con el euro.
Indican que no hay precedente legal de un país que abandone la eurozona, lo que podría convertirse en un lío.
Además, Merkel teme que la salida de Grecia incentive a los ciudadanos de Reino Unido a votar en contra de la permanencia de su país en la UE en el referendo del 2017.
A la lideresa alemana también le preocupa el incremento de popularidad de partidos euro-escépticos en Francia, España, Italia y Polonia que están en contra del control financiero y político que ejerce la UE.
México, el espectador nervioso
México, como otros países emergentes, no ha resultado inmune a los efectos de la crisis en Grecia.
La posibilidad de contagio financiero y de más problemas económicos en Europa ha resultado en una mayor aversión al riesgo entre los inversionistas del mundo, que han sacado su dinero de activos riesgosos como las acciones en favor de otros percibidos como seguros, como los bonos estadounidenses y alemanes.
El resultado de esto se ha visto en caídas en las bolsas de valores del mundo, además de una depreciación de las monedas de los países emergentes frente al dólar. Sin embargo, contrario a lo ocurrido durante las anteriores crisis griegas en 2010 y 2012, en esta ocasión la reacción negativa de los mercados se ha visto limitada.
En México, la Bolsa Mexicana de Valores cerró ayer con una caída de 0.6 por ciento. Al mismo tiempo, el valor del peso mexicano descendió sólo 0.16 por ciento frente al dólar en el mercado de divisas. Al menudeo, el dólar retrocedió de los 16.16 pesos que alcanzó como máximo durante la jornada, cerrando en aproximadamente 16.04 pesos.
Este desempeño extiende la tendencia defensiva de los mercados mexicanos, que en lo que va del año registran una caída menor que la vista en lugares como Brasil o China.