Frágil acuerdo

Tras horas de negociación, el líder demócrata Chuck Schumer anunció que la bancada votaría para abrir el gobierno bajo la promesa de que se continuaría trabajando para alcanzar un acuerdo global que permita proteger a los dreamers
Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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Después de 3 días de crisis, la administración federal de los Estados Unidos tendrá un respiro -aunque momentáneo- y entrará en funcionamiento el día de hoy después de un acuerdo frágil y muchas promesas para buscar la salida definitiva del conflicto.

Tras el fracaso de las negociaciones durante el fin de semana, finalmente la tarde de ayer, los republicanos y los demócratas llegaron a un acuerdo para extender los fondos federales por tres semanas, un periodo en el que se espera que puedan llegar a un acuerdo definitivo a pesar de las evidentes diferencias.

El primer efecto de la terminación del cierre parcial del gobierno será el regreso de más de 800 mil empleados del sector público a sus labores y la reactivación del aparato completo de la administración federal por lo menos durante los siguientes 21 días.

En la votación de ayer en el Senado, la gran mayoría de los sufragios fueron a favor de poner fin al cierre técnico -81 contra 18-, un acuerdo que pone fin a un escenario que no era deseado por ninguno de los dos bandos y que se puedo alcanzar gracias a la labor de los sectores moderados de los partidos.

Fueron semanas de intensa negociación y en medio de un cruce de señalamientos y acusaciones entre demócratas y republicanos, pero finalmente ante las consecuencias que podría traer una parálisis más prolongada y con las elecciones intermedias a unos meses de distancia, ambas facciones acordaron un ‘cese al fuego’.

Ahora, comienza un periodo en teoría más estable para alcanzar acuerdos esenciales, aunque con la polarización que se ha visto en los debates legislativo, lo alejado de las posturas y -sobre todo- con la tóxica intervención de Trump, las tres semanas podrían ser insuficientes

La cuestión migratoria

El punto más delicado y lo que ha paralizado cualquier acuerdo permanente ha sido la cuestión migratoria, donde la directriz de Trump de endurecer los lineamientos de dichas políticas se ha visto frenada por la resistencia del partido demócrata.

En septiembre pasado, el presidente estadounidense anunció el fin del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) implementado por Barack Obama en 2012 y que protegía a unos 750 mil jóvenes que llegaron a Estados Unidos cuando aún eran menores de edad.

Tras la medida, Trump le pasó la responsabilidad al Congreso para que buscara un acuerdo bipartidista para la protección de estos inmigrantes, poniendo como condición para el acuerdo la aprobación del endurecimiento de las políticas migratorias, entre las que se encontraba el financiamiento del muro en la frontera sur, una concesión que no están dispuestos a hacer en el bando demócrata.

Finalmente, tras horas de intensa negociación, el líder demócrata en el Senado Chuck Schumer anunciaba que la bancada votaría para abrir el gobierno bajo la promesa de que se continuaría negociando para alcanzar una cuerdo global que permita proteger a los dreamers.

Desde la Casa Blanca también llegaron las primeras reacciones por el acuerdo temporal, y en un comunicado firmado por Donald Trump, el mandatario insistió en que solo habría un acuerdo migratorio si era benéfico para el país.

Mitch McConell, el líder de la bancada republicana confirmó que el partido tiene la intención de abordar la legislación que incluya el replanteamiento del DACA así como la seguridad fronteriza y celebró que con el fin del cierre del gobierno se haya dado el primer paso para lograrlo.

El Ejecutivo operara con normalidad hasta el próximo 8 de febrero, fecha en que los senadores tendrán que llegar a un acuerdo que ponga un fin definitivo a la amenaza del cierre de gobierno.

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