Francisco, a reparar la casa

“Francisco, tienes que reparar mi casa, porque está en ruinas”, creyó escuchar San Francisco de Asís que le decía Dios, según varios textos católicos.

La noche de ayer, en Roma, el argentino Jorge Mario Bergoglio eligió para su investidura como pontífice, por primera vez en la historia de la Iglesia, este nombre inspirado en el santo italiano originario de Asís. 

Fundador de la orden de los franciscanos e inspirador de las monjas clarisas, San Francisco de Asís es considerado por los textos católicos como uno de los santos aceptados por religiosos y laicos.

Peniley Ramírez Peniley Ramírez Publicado el
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“Francisco, tienes que reparar mi casa, porque está en ruinas”, creyó escuchar San Francisco de Asís que le decía Dios, según varios textos católicos.

La noche de ayer, en Roma, el argentino Jorge Mario Bergoglio eligió para su investidura como pontífice, por primera vez en la historia de la Iglesia, este nombre inspirado en el santo italiano originario de Asís. 

Fundador de la orden de los franciscanos e inspirador de las monjas clarisas, San Francisco de Asís es considerado por los textos católicos como uno de los santos aceptados por religiosos y laicos.

“Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él, tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos”, refiere la enciclopedia de Santos y Teología del Corazón.

Ante esta revelación de “arreglar su casa en ruinas”, los textos católicos relatan que Francisco de Asís lo interpretó como una encomienda divina para reparar las paredes de la iglesia de San Damián.

“Se fue a su casa, vendió su caballo y una buena cantidad de telas del almacén de su padre y le trajo dinero al Padre Capellán de San Damián, pidiéndole que lo dejara quedarse ahí, ayudándole a reparar esa construcción que estaba en ruinas”, narra el portal religioso EWTN. 

Francisco era hijo de Pedro Bernardone, uno de los hombres más ricos de Asís, una pequeña ciudad en el centro de Italia.

Todas las historias sobre su vida coinciden en que renunció a los bienes de su padre después de los 21 años, y llevó una vida de pobreza hasta su muerte.

Curiosa coincidencia, fue a los 21 años cuando Bergoglio decidió ser sacerdote, tras estudiar para técnico químico en Buenos Aires, Argentina.

La enciclopedia relata que la primera túnica de San Francisco,   cuando eligió la vida religiosa, fue “sencilla, de tela ordinaria, amarrada en la cintura con un cordón”.

Más tarde, este atuendo que recordaba la humildad fue convertido en el hábito oficial de la orden franciscana, mismo que mantienen hasta la actualidad.

Entre las historias sobre su vida destacan que durante su conversión religiosa besó las llagas de un leproso y visitaba a los enfermos en los hospitales de su región.

Su comunidad católica, que luego se convertiría en la orden de los franciscanos, que actualmente tiene más de 30 mil miembros agrupados en tres ramas, se creó en un templo pequeño conocido como “La Porciúncula”, a cuatro kilómetros de Asís.

Agregan que su inspiración fue la proclamación de los textos religiosos “sin sandalias, ni doble vestido para cambiarse”.

Entre sus milagros se cuenta que curó a un hombre con cáncer en la cara al darle un beso y que recibió estigmas, por lo que en la última parte de su vida usaba vendas en los pies para ocultarlas, como, en efecto, se observa en muchas pinturas alusivas a este santo.

Uno de los argumentos para su canonización fue que el Papa Inocencio III había visto en sueños que se derrumbaría la Iglesia y encontró en San Francisco uno de los dos hombres que iban a levantarla en hombros.

Estas referencias simbólicas parecen explicar el origen de la elección de este nombre. 

Con ello vemos el mensaje que intenta llevar la curia romana,  ante la debacle gestada en los últimos años, que tuvo su punto culminante con la renuncia de Joseph Ratzinger.

Los retos del pontífice

Francisco tendrá que lidiar directamente con la titánica tarea que fue una de las presuntas causas de la renuncia de Benedicto XVI: la crisis en la curia.

Jorge Mario Bergoglio, con pasado jesuita, deberá combatir las luchas intestinas que convulsionaron los últimos años del papado de Ratzinger: disputas por poder y pugnas entre las diferentes facciones dentro del mismo Vaticano.

A pesar de que el catolicismo es una de las creencias con mayor volumen a nivel mundial, con una amplia masa en América Latina, el Papa de 76 años deberá lidiar con una realidad que se ha ido gestando en las últimas décadas: 

El incremento en la militancia del Islam, sobre todo en regiones de Medio Oriente, donde históricamente hay presencia de católicos, según lo consideró el periodista del diario inglés The Guardian Andrew Brown.

Los escándalos de pederastia son un punto de inflexión en la historia moderna de la Iglesia Católica. Recientemente se reveló que la arquidiócesis de Los Ángeles tendrá que pagar casi 10 millones de dólares por concepto de demandas judiciales de abuso sexual,  cometidos por un exsacerdote que confesó violar a varios niños. 

Previo al cónclave, la organización Red de Supervivientes de Personas que sufrieron Abusos por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) publicó una lista negra en la que llamó a boicotear la asistencia de varios purpurados acusados de encubrir a otros religiosos pederastas.

Entre los integrantes de “La docena sucia” estaban varios papables, como el italiano Angelo Scola; Marc Ouellet, de Canadá; el argentino Leonardo Sandri y el ghanés Peter Turkson.

Si Bergoglio desea borrar esa mancha casi indeleble entre la comunidad creyente, es preciso combatir los casos de complicidad, y procesar a los culpables.

Analistas como el historiador Diarmaid MacCulloch comparan el actual cisma de la Iglesia como el que sucedió en la época de la Reforma, 400 años atrás. 

El celibato es otro tema en el tintero que Francisco necesita llevar a discusión. Flexibilizar dicho punto podría tener resultados positivos si se toma en cuenta que el sacerdocio va en decadencia en muchas partes del mundo, especialmente en Europa.

Por último, el nuevo pontífice tendrá el reto de ser reformista en temas controversiales: el matrimonio gay, el aborto, métodos anticonceptivos y flexibilizarse ante la dinámica mundial.

Lo acusan por su pasado

>Tiene un compromiso con una cierta idea de justicia social. 

> En una reunión de obispos latinoamericanos en 2007, dijo que “persiste la injusta distribución de los bienes, lo que crea una situación de pecado social que clama al cielo”. 

> Además ha criticado a los políticos argentinos por no combatir la pobreza y por querer permanecer demasiado tiempo en el poder.

> Sin embargo, algunos  critican su oposición a la Ley del Matrimonio Homosexual en Argentina y el no tomar postura contra la dictadura argentina, diciendo que el lugar de los sacerdotes eran las Iglesias, según reporta eldiario.es. Incluso se le llega a acusar de colaborar con este período político.

> Sobre la Ley del Matrimonio Homosexual dijo que “hería gravemente a la familia” y que se trataba de una “pretensión destructiva al plan de Dios” porque “no se trata de un mero proyecto legislativo, sino de una movida del diablo”.

> Sobre lo segundo, el diario La Jornada publicó ayer un artículo en el que se explica que uno de los dos jesuitas detenidos clandestinamente por el gobierno de facto durante la dictadura, por realizar tareas sociales en barrios en situación de extrema pobreza, acusó a Bergoglio de haberles retirado la protección de su orden religiosa. 

> Esto según consta en el libro “El silencio” del periodista Horacio Verbitsky, presidente de la entidad privada defensora de los derechos humanos CELS. Por este motivo fue acusado de colaboracionista con la guerra sucia de la dictadura militar.

> Además, según el mismo artículo, Bergoglio fue citado por la justicia argentina como testigo en el caso que juzgaba a responsables del plan sistemático de apropiación de hijos menores de desaparecidos. 

> Sin embargo, sus defensores señalan que dichas acusaciones no están probadas y que Bergoglio ayudó a muchos a escapar de las fuerzas armadas durante los años de la dictadura militar.

Para conocerlo mejor…

Por Sandra de Miguel

— Nombre completo: Jorge Mario Bergoglio

— Edad: 76 años. Nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires

— Nacionalidad: argentino

— Reconocimientos: Haber modernizado la Iglesia argentina –que había sido considerada antes de su llegada como una de las más conservadoras de Latinoamérica– y ser considerado como papable en el cónclave de 2005. Fue el segundo clasificado en todas las votaciones de ese año.

— Tendencia: Se le considera moderado con mentalidad flexible, aunque sus posiciones doctrinales y espirituales coinciden con el legado de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Según eldiario.es, en 2005 recibió muchos apoyos porque podía adecuarse a distintas sensibilidades. A los conservadores no les disgustaba porque se había mostrado en contra de las tendencias progresistas habituales en muchos jesuitas.

— Vida: Es uno de los cinco hijos de un matrimonio italiano de clase media. Su padre, Mario, era empleado ferroviario y su madre, Regina Sívori, ama de casa.

— Formación: Según el portal ACI prensa (Agencia Católica de Informaciones, fundada en América Latina), Bergoglio estudió y se diplomó como técnico químico. Cuando se decidió por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. Posteriormente, el 11 de marzo de 1958, pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile y a su regreso a Buenos Aires se licenció en Filosofía. Entre 1964 y 1965 enseñó Literatura y Psicología. En 1970 se licenció en Teología. 

— Carrera religiosa: Según la ACI, el 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. Estuvo en Alemania, y al volver lo destinaron al Colegio del Salvador, de donde pasó a la iglesia de la Compañía, de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor. El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede arzobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Argentina. 

En la Conferencia Episcopal Argentina ha sido vicepresidente (2002-2005). Ha integrado, además, las comisiones episcopales de Educación Católica y de la Universidad Católica Argentina, de la que es Gran Canciller.

El 21 de febrero de 2001 recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino, pasando con ello a ser cardenal presbítero. En la Santa Sede formaba parte de diversas organizaciones.

— Obras: Entre sus publicaciones destacan “Meditaciones para religiosos” (1982), “Reflexiones sobre la vida apostólica” (1986) y “Reflexiones de esperanza” (1992). 

— Salud: Con la edad, ha disminuido un poco su actividad y está sintiendo los efectos de la extirpación de un pulmón debido a una infección que padeció de adolescente, según reportó la AP.

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