Hace 13 días, Colombia acaparó los medios internacionales. Se había iniciado un Paro Nacional a través del cual los ciudadanos comenzaron a marchar, a exigir respuesta por parte del gobierno de Iván Duque.
Aunque en un inicio esas exigencias estaban enfocadas en la eliminación de un proyecto de reforma tributaria, las protestas se fueron orillando al desacuerdo de la militarización con la que les estaban respondiendo.
Y es que, para intentar enfrentar a los manifestantes, el Ejecutivo ordenó el despliegue de las Fuerzas Militares en distintos puntos del país, una decisión que ha marcado negativamente al presidente Iván Duque.
Por ello, fue que desde el pasado 4 de mayo, el jefe de Estado comenzó a declarar que instalaría un espacio para escuchar a la ciudadanía y, entre sector privado, y líderes de la sociedad civil, construir soluciones para el país.
Ese mismo mensaje lo volvió a remarcar cuatro días después, tras reunirse con gobernadores, y cuando lanzó una invitación al Comité Nacional del Paro para dialogar.
Sin embargo, y a pesar de estas propuestas, el derechista siguió enfatizando la importancia de implementar la Fuerza Pública para “garantizar tranquilidad a los ciudadanos”.
“El despliegue que se ha pedido no es un despliegue para generar confrontación con la ciudadanía; todo lo contrario, es para generar sentimientos de protección. Nuestra responsabilidad no es actuar con brutalidad ni de manera demencial, sino actuar en el marco de todas las competencias y estricto apego a la protección de los derechos humanos”, remarcó Duque.
Fernando Neira, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, comparte referente a la postura del presidente que, aunque es cierto que ha dejado la puerta abierta al diálogo, su cercanía con los ciudadanos no ha sido exactamente la mejor.
De acuerdo con él, Duque debería dirigirse directamente con los más afectados, como con los camioneros que han detenido sus trabajo por los bloqueos, pero también con los jóvenes que incitan al movimiento.
“(Duque) entiende las negociación como el conversar con algunos grupos opositores, pero no ha entendido que se trata de ir a las bases, con los estudiantes que son los que están liderando todo este movimiento, con quienes están ocasionando los bloqueos, y con los camioneros que están enfrentando una situación difícil. Pero no lo ha querido hacer, y esas son decisiones erradas, como es errático militarizar al país”, admite Neira.
En entrevista, el también catedrático asegura que esto se da porque el mandatario, desde que tomó posesión, nunca tuvo el estilo, el perfil o las capacidades para asumir retos como los que últimamente ha tenido que afrontar.
Los miembros del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), por ejemplo, declararon a través de un comunicado que era “racista e indolente” el llamado por parte del jefe del Ejecutivo para regresar a sus resguardos, luego de que se integraran a las protestas de Cali.
“Consideramos racista e indolente el llamado a que regresemos a nuestros resguardos, pues niega derecho a la movilización y la protesta contra el mal gobierno y las políticas económica”, detallaron.
Iván Duque ‘Necesita ceder’
Para que el presidente Iván Duque pueda recuperar su imagen política y logre un entendimiento con los protestantes, en definitiva necesita más que un acercamiento lejano.
El investigador de la UNAM, Fernando Neira, comenta en ese sentido que aunque Duque tiene ya un perfil muy negativo, sobre todo por su papel frente al Paro Nacional, su única salida para salir de esta crisis es enfocarse en las negociaciones.
De ese modo, se espera que el presidente se vaya inclinando más hacia ese perfil, al del diálogo y las soluciones, y alejarse un tanto de una faceta opuesta, como la que protagonizó cuando se dio el Acuerdo de Paz entre el gobierno y excombatientes de las FARC, al cual estuvo en contra.
“Por ahora, abogamos para que la población en general vote por un cambio (en 2022) (…) Se necesita que quienes ejerzan el poder entiendan la necesidad de crear unas nuevas condiciones de carácter económico, político y social para generarle a Colombia un futuro mejor”, dice Neira.